Por Gilberto Lavenant
En política, casi todo es posible. Quien no lo reconoce así, entonces le falta mucho para poder considerarse político, considerando como tal al individuo que entiende y sabe reconocer o interpretar, cuando algo es real, una mera simulación o simplemente una jugada política.Vamos por partes, para ver a qué nos estamos refiriendo. Panistas y perredistas estuvieron fregando tanto a los priístas, con que se aliarían en los comicios del Estado de México, gobernado por el presidenciable priísta, Enrique Peña Nieto, para dejarlo en ridículo y para evidenciar su presunta derrota en los comicios federales del 2012.
PRD y PAN, estaban más comprometidos que una pareja de enamorados a punto de firmar el acta de matrimonio. No desaprovechaban momento para “hablar de amores” –o amasiato, dicen algunos- que los priístas no encontraban la forma de echar a perder el compromiso. De “aguarles la fiesta” y que no les estropearan los comicios mexiquenses del próximo 3 de julio.
Entonces, a los priístas se les ocurrió una jugada política, que desconcertó hasta a los propios priístas. Nadie lo podía creer. El PRI utilizó el clásico truco estudiantil del “copy- paste”, que aplicó a la iniciativa panista para reformar la Ley Federal del Trabajo, que tanto han prometido y comprometido al sector empresarial, y la presentó como propia, apenas a principios de este año.
Los panistas no lo podían creer. El propio PRI les entregaba en “bandeja de plata”, la anhelada reforma laboral. Tanto que batallaron para convencer a los priístas para que se sumaran a la iniciativa panista, sin éxito alguno, y ahora ellos solítos la adoptaban, como si fuese de su propia creación. Los panistas pudiesen haber acusado a los priístas de plagio o violación de derechos de autor, pero prefirieron guardar silencio, en espera de que fuese votada la propuesta priísta y con ello los panistas cumplirían compromisos pactados con los empresarios. Fácil y sin querer queriendo.
Obviamente, esto generó problemas a los priístas, pues tal actitud hizo surgir desconfianza entre los propios priístas. Y los reclamos y jaloneos no se hicieron esperar. Ni modo, eran los riesgos de esta jugada política y la misma habría que llevarla adelante, hasta sus últimas consecuencias. Luego habremos de hacer referencia a los motivos de esos reclamos, pero baste decir que la propuesta de reforma laboral priísta, era la añeja propuesta panista, nada más que vestida de tricolor. Aquella propuesta presentada por el PAN, pero que el Secretario del Trabajo, Javier Lozano, se adjudica y presume su creación.
Finalmente, las verdaderas intenciones de la jugada política priísta, al presentar una iniciativa de reforma laboral, que resultaba ser hermana gemela de la presentada por los panistas, surtieron sus efectos. Sus presuntos aliados, los perredistas, dudaron de la palabra de los panistas, que hablaban de amores con ellos, en busca de alianza en el Estado de México, a fin de perjudicar a Peña Nieto y a su PRI, y en cambio, aparentemente ya se habían aliado con los priístas para fregarse a todos los trabajadores mexicanos, con una nueva ley laboral, confeccionada a petición del sector empresarial del país.
Los perredistas llegaron a considerar esto como una verdadera traición y resolvieron finalmente no aliarse con los traidores. Por eso decidieron irse solos por la gubernatura del Estado de México. Bueno, por esto y por la bajísima votación que se registró en la consulta pública mediante la cual se pretendía resolver el dilema de la pretendida alianza.
Lo interesante de esto, es que los panistas, ni cuenta se dieron que la propuesta de reforma laboral, planteada por los priístas, y que era simplemente una copia de los panistas, era solo una jugada política que ya había tenido sus consecuencias.
Presionaron hasta el último momento, para que fuese votada la propuesta priísta, pero éstos la retiraron de la mesa de discusiones, antes de concluir el mes de abril y por lo tanto el período ordinario de la Cámara de Diputados. El argumento fue en el sentido de que necesitaban buscar consensos, ante los reclamos y cuestionamientos de los propios priístas. Hubiera sido una burla que les dijeran abiertamente a los panistas que “les jugaron el dedo en la boca”, o que “les dieron atole con el dedo” y que todo fue una simple jugada política.
Podría decirse, sin temor equivocaciones, que esta jugarreta fue idea de Humberto Moreira, dirigente del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, que por cierto trae “locos” a los panistas y al dirigente nacional de estos, que siendo 7 los pretensos, jocosmente les observó que solo faltó “blancanieves”, en obvia referencia de que se trataba de los 7 enanos del cuento. Que estan chiquitos para la presidenciable.
Para quienes argumentan que el fracaso económico del país, se origina en la existencia de una legislación laboral proteccionista de los trabajadores, habría que decirles que son meras actitudes hipócritas, pues casi el 100 % de la clase empresarial del país, cuanta con uno de los famosos y usuales “contratos de protección”, que les permite explotar a los obreros mexicanos, sin riesgo, ni limitación alguna. La pretendida reforma laboral, sólo es la intención de legitimar los abusos que se cometen contra los trabajadores.
gil_lavenants@hotmail.com
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