Por Gilberto Lavenánt
Todo mundo sabe, o al menos tiene la idea, de que la educación en México, es un negocio. Y los negocios, no se basan propiamente en la calidad de los productos o servicios, sino en el lucro que se obtiene, al comprar o producir barato, para vender caro. El negocio educativo, no es la excepción en los procesos mercantilistas.La educación privada en México, tiene una larga historia, pero en los últimos tiempos las escuelas privadas, desde nivel pre-escolar, hasta superior, han surgido por doquier y a montones, como en campo fértil brotan los hongos y las flores silvestres.
Estas han surgido, principalmente, porque el Estado ha descuidado el tema de la educación en México. Las escuelas públicas no logran satisfacer las necesidades de los mexicanos. Se observa al inicio de cada ciclo escolar, cómo los padres de familia tienen que acampar durante varios días a la puerta de los centros escolares, para lograr un espacio para sus hijos.
Bueno, tratando de evitar esto, establecieron el sistema de pre-inscripción por internet, que no ha sido del todo efectivo, pues las escuelas de mayor demanda, agotan sus capacidades en solo unas cuantas horas y los padres se resisten a inscribir a sus hijos en escuelas distantes o de baja calidad educativa.
La carencia de espacios en instituciones educativas, se dá hasta en el nivel superior. Recientemente el Rector de la Universidad Autónoma de Baja California, anunció que rechazarán a aproximádamente a 15 mil preparatorianos, precisamente por falta de cupo para ellos.
Qué lamentable para aquellos jóvenes, cuyos padres carecen de recursos para cubrir el costo de las colegiaturas en escuelas privadas, porque definitivamente verán perdidas sus aspiraciones de superación y necesariamente tendrán que integrarse al sector económico, percibiendo salarios raquíticos y pocas posibilidades de mejoría a lo largo de toda su vida.
Muchos de esos jóvenes, quedan a expensas del crímen organizado, que los engatuza con atractivas ofertas de ingresos, aparentemente fáciles y rápidos. Aunque muchos de ellos terminan muertos o encerrados en una prisión gran parte de sus vidas.
En principio, esos 15 mil jóvenes que serán rechazados por la UABC, como ocurre al inicio de cada ciclo escolar, más muchos otros de los demás niveles educativos, son clientes potenciales de los negociantes de la educación, que estarán a la caza de ellos a las puertas de las escuelas que los egresa, o de las que los rechazan.
Tan es negocio la educación, que grandes capitales se están invirtiendo en esta área. Se habla por ahí de un consorcio, denominado Aliat Universidades, que los conocedores del ramo de la educación privada acreditan a Carlos Slim, el mexicano más rico del mundo, que cuenta con 20 campus universitarios, divididos en cuatro zonas en toda la República Mexicana, siendo estas la Zona Centro, Zona Maya, Zona Zur y Zona Norte.
Entre las universidades que aglutina y regentea, está Univer, que desde hace tiempo funciona en Tijuana, pero bajo la modalidad de franquicia, y que, se dice, ya opera bajo la firma de Aliat. Así mismo, se cuenta que ya está negociando la compra de Xochicalo.
Curiosamente, mientras los grandes corporativos educativos florecen, las modestas empresas del ramo decaen, a partir de que los llamados “mounstros” de la educación, con un sólido respaldo económico, reducen sus costos de operación al mínimo posible y se dan el lujo de reducir sus colegiaturas, para atraer clientes, contra lo que no pueden competir los pequeños empresarios.
Y ya que se observa que la educación no solo es un negocio, sino un negociazo, cabe observar que esto evidencia que la medida adoptada por el Presidente Calderón para permitir la deducibilidad fiscal del costo de las colegiaturas escolares, desde el nivel de pre-escolar, hasta bachillerato, no es una medida democrática, sino la intención de fortalecer a las empresas privadas, independientemente de que premia a mexicanos de nivel medio, para arriba, que tienen capacidad para enviar a sus hijos a escuelas particulares, a quienes les regresa el costo de las mismas.
Sin embargo, los conocedores del tema advierten que al gobierno federal le saldrá más cara la educación privada, que la educación pública y que está equivocando el camino, en tanto que está descuidando al sistema educativo nacional, que cada día muestra más su incapacidad para atender las necesidades de los mexicanos, y denota su deterioro e ineficiencia.
Ahora que, la cuestión no es si las necesidades educativas de los mexicanos se cubren mediante el sistema de educación pública, o con la intervención del sector privado en este campo, convirtiéndolo en un negocio lucrativo, sino el futuro que depara a los jóvenes universitarios que por bonches egresan cada año, sin la esperanza de encontrar un empleo remunerativo y de calidad.
Definitivamente ahí esta el meollo de la problemática educativa. Mientras muchos jóvenes mexicanos quedan marginados del camino de la superación, por la vía de la educación, precisamente por la falta de cupo en las instituciones públicas o por falta de recursos económicos para ingresar a escuelas privadas, los que si logran ingresar a las aulas universitarias, tanto públicas como privadas, en su mayoría, terminan convertidos en desempleados con título o en meros “mil usos”, debido a la falta de empleos formales.
Al final de cuentas, lamentablemente, éstas son dos vertientes que nutren las filas del crímen organizado. No todo es falta de valores, sino más bien falta de oportunidades. Esto, sin dejar de observar que en el negocio educativo, también lucran muchos vivales con sus “escuelas patitos”, que operan con la complascencia y disimulo de las autoridades.
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