martes, 15 de marzo de 2011

COLUMNA: Palco de Prensa

* La bipolaridad
Por Gilberto Lavenánt
No es lo mismo, trastorno bipolar, que bipolaridad.
El priísmo de Baja California, está enfermo, tiene bipolaridad.
El trastorno afectivo bipolar, conocido comúnmente como trastorno bipolar o psicósis maníaco-depresiva, es el trastorno del estado de ánimo. Es aquel que padecen algunos invidividuos, en los que se observan uno o más episodios con niveles anormalmente elevados de energía, cognición y del estado de ánimo. Bueno, así lo describen los psicólogos.

En palabras más sencillas, el trastorno bipolar, es el estado de ánimo de algunos individuos, que oscila entre la alegría y la tristeza o depresión, en forma bastante notoria.

Pero no se trata de hablar sobre problemas de salud personal, o individual, sino de cuestiones políticas. Se trata de referir la bipolaridad que afecta al priísmo de la entidad.

Esto, no es nuevo, pero ante la cercanía –conforme al calendario electoral vigente, aún faltan 2 años, pero con la reforma planteada, sería el próximo año- de la sucesión de la gubernatura estatal, ésta bipolaridad política, cada día es más notoria e incluso amenaza con hacer crisis.

¿De qué se trata esto ? pues simple y sencillamente, que el horizonte presente y futuro del priísmo en la entidad, oscila entre dos polos, pretensos o aspirantes a la gubernatura bajacaliforniana. Fernando Castro Trenti y Jorge Hank Rhon. Nadie más aparece en escena.

Esto lo saben los propios priístas, pero de alguna manera hacen como que no se percatan de ello. Unos son castrotrentistas y otros hankistas, abiertamente. Pero muchos otros “nadan de muertito”, para no comprometerse o no “quemarse”.

Es un principio básico de todo político, no estar con nadie, y con todos, para al final, cuando el “dedo” tome la decisión final, estar con el que habrán de considerar como “el mejor hombre”.

Y lo peor que puede hacer un político, es precisamente agarrar partido, antes de la decisión final, porque si se equivoca, y resulta que se cargó hacia el bando perdedor o no favorecido, pues entonces vivirá en el destierro político y serán nulas sus posibilidades de subir al carro de la función pública, si el “elegido” triunfa en los comicios.

Los que se equivocan, están condenados al ostracismo, le dicen, durante el sexenio o trenio del electo. Y como la mayoría de los políticos quisiera no tener qué equivocarse, para no andar lamentándose, pues entonces optan por ser cautos, prudentes, reservados.

Ahora que, quienes se arriesgan y toman una decisión, cuando aún no hay nada definido, y aciertan en su elección, pues casi tienen la seguridad de que ya la hicieron, de que tendrán chamba, privilegios o favores en los años por venir.

Así es que si los castrotrentistas organizan un evento, los hankistas se cuidan mucho de no involucrarse. Que nadie los relacione con el bando opuesto. Y visceversa, los castrotrentistas, también evitan, hasta donde puedan, pisar terreno castrotrentista.

Ambos personajes, Castro Trenti y Hank Rhon, en un tiempo “comieron del mismo plato”, al grado de que ambos Jorges gobernaron a Tijuana. Hank como Alcalde y Castro Trenti como Secretario General de Gobierno.

La separación de ambos se dió, cuando Jorge alcalde quizo gobernar Baja California, como titular de la gubernatura estatal, teniendo a su lado como coordinador de campaña, a Jorge, entonces Secretario General.

Se presentó la derrota electoral y Jorge candidato, culpó de su fracaso electoral a Jorge coordinador. Desde entonces, viven distanciados, desde entonces, encabezan dos bandos, desde entonces, son los dos polos, pretensos o aspirantes a la gubernatura estatal, en torno a los cuales se desenvuelve el priísmo en la entidad.

Ambos son priístas, pero como si no lo fueran. Son como el agua y el aceite. Nadie los ha podido conciliar, ni juntar. Si uno resulta candidato, seguro que el otro, ni un dedo moverá a su favor.

Ambos están ampliamente relacionados en la política nacional y por lo tanto, cualquiera de los dos, salvo que resulte un “tapado”, pudiese ser el candidato priísta a la gubernatura estatal.

Castro Trenti, basa su capital político, en su activismo y las relaciones personales que ha cultivado o establecido, a partir de su posición como Senador de la República, en donde se codea y se le identifica como uno de los más cercanos colaboradores del Senador Manlio Fabio Beltrones, identificado como el “Plan B” del priísmo para la sucesión presidencial.

Hank Rhon, basa su capital político, en su obvia capacidad económica, y en las relaciones económicas y políticas, logradas o establecidas, como parte de la herencia que le dejó su padre, el profesor Carlos Hank González.

Esta bipolaridad, es lo que pone en riesgo las esperanzas priístas en la sucesión de la gubernatura estatal. Esta bipolaridad también se conoce como divisionismo. Ni con “colaloca” se pueden unir ambas partes del priísmo local.

Quien en estos momentos parece llevar la ventaja, es Castro Trenti, por su hiperactivismo político. Es, como dicen por ahí “chile de todos los moles”. Curador de todos los males.



La desventaja, aparentemente, la tiene Hank Rhon, quien se ha mantenido pasivo, a la expectativa, en cierta forma por cuestiones personales y además porque seguramente algún día su padre le advirtió que “…quien se mueve, no sale en la foto” y que además en política, no hay que llegar primero, sino saber llegar.



gil_lavenant@hotmail.com

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