COLUMNA: Expediente Político

* El dinero y los halagos, no quitan lo patán
Por Alfredo Calva
Por más que se esfuerce el presidente municipal de Playas de Rosarito, Javier Robles Aguirre, en ocultar lo grosero y patán, de su coordinador de Copladem, Ernesto Gilbert Castillo, no le es posible.
No es suficiente el dinero y los halagos en los actos públicos de entrega de despensas adquiridas con el dinero del titular de Copladem, para paliar la mala imagen que ha generado entre ciudadanas que han acudido a la dependencia que encabeza a solicitar algún apoyo, y que por pertenecer o ser simpatizante de una causa distinta a la del PRI, Ernesto Gilbert, la emprenda en contra de ellas con un rosario de denostaciones.

Se le olvida al alcalde y al propio Ernesto Gilbert, que los recursos que se utilizan para entregar apoyos, o bien, realizar obras de beneficio a la comunidad, provienen del erario público, de los impuestos que todos pagamos, que además, es una obligación atender a los ciudadanos de manera respetuosa, ya que por ello cobran un salario, que la mayoría de las veces, no devengan.

De continuar estas actitudes de maltrato y prepotencia por parte de Ernesto Gilbert, hacia la comunidad, no tardaran los ciudadanos en manifestarse en contra de este pésimo servidor público, cuya tarea es la de programar a través de la consulta ciudadana las obras que habrán de beneficiar a las diferentes zonas de este municipio, y que se ejecutan con los recursos que se envían por parte del gobierno federal.

Asimismo, si el alcalde hace caso omiso de esta situación, no solo se presentara en Sindicatura una querella en contra de Ernesto Gilbert, como la que ya existe, si no que, los ciudadanos inundaran la oficina que dirige, al menos eso se cree, Roberto Perales Sánchez, de quien los rosaritenses esperan cumpla a cabalidad con su responsabilidad, ¿será?.

En fin, esperemos a conocer la evolución de este pésimo inicio de administración municipal en el área de Copladem, confiando en que exista la voluntad de dar solución a la problemática que recién empieza, evitando con ello que, la situación se salga de control y que el costo político sea después mayor, en manos del alcalde está la respuesta.

Hay que esperar.