martes, 16 de noviembre de 2010

COLUMNA: Palco de Prensa

* El tal Hugo
Por Gilberto Lavenánt
Prominente empresario hotelero, reconocido como uno de los impulsores de la municipalización de Playas de Rosarito, con 12 años en la función publica en esa zona de la entidad, bajo la sombra del priísmo, Hugo Torres Chabert vino de más a menos.
Fue Presidente del Consejo Municipal, al erigirse en el quinto municipio de Baja California, dos veces antes fue delegado municipal, cuando formaba parte del municipio de Tijuana, y fue el único Alcalde de Baja California que obtuvo el triunfo electoral bajo las siglas del PRI en el 2007.

En cierto momento, dados los resultados electorales con los que llegó a la Alcaldía, se pensó que bien podría contender por la gubernatura estatal de Baja California en el 2013. Hoy su carrera política está acabada, no solo por su avanzada edad, sino por su gris gestión y por su falta de visión y de coraje por defender a los rosaritenses de los pillos que se ostentan como amos y señores de este jóven municipio.

Hugo Torres, en el último tramo de su trayectoria política, perdió el don y luego del 30 de noviembre próximo, los rosaritenses simplemente lo recordarán como el tal Hugo, porque no pudo resolver los problemas de los habitantes de Playas de Rosarito, en especial el de la inseguridad en la tenencia de la tierra, que le heredará a su sucesor, Javier Robles Aguirre, el priísta nieto del Salvador ¨chavoy¨ Aguirre.

Con todo cinismo, en la página oficial del IV Ayuntamiento de Playas de Rosarito, desde hace tiempo aparece la sección denominada ¨El semáforo¨, en donde reconoce que en Playas de Rosarito existen 31 fraccionamientos ilegales y otros 51, también ilegales, aunque supuestamente en proceso de regularización.

O sea 82 fraccionamientos que operan al margen de la ley, cuyos propietarios deben ir a la cárcel porque al carecer de autorización para operar como tales, incurren en el delito de fraude, como se advierten en el mismo portal de internet en mención.

El artículo 220 del Código Penal vigente en la entidad, relativo al fraude equiparado, observa que ¨Comete delito de fraude el que por sí o por interpósita persona, cause perjuicio público o privado al fraccionar y transferir o prometer transferir la propiedad, la posesión o cualquier otro derecho sobre un terreno urbano o rústico, propio o ajeno, con o sin construcciones sin el previo permiso de las autoridades administrativas competentes, o cuando existiendo éste no se hayan satisfecho los requisitos en él señalados. Este delito se sancionará aún cuando no se hubiere totalmente percibido la contraprestación pactada¨.
El mismo numeral se precisa que ¨Para los efectos penales se entiende por fraccionar la división de terrenos en lotes¨. y que ¨Este delito se sancionará con las penas previstas en el Artículo 218 de este Código, con la salvedad de la multa mencionada en la fracción II de dicho precepto, que se elevará hasta ochocientos días multa¨. La sanción aplicable consiste en prisión de cuatro a nueve años y hasta quinientos días multa, si el valor de lo defraudado fuere mayor de ochocientas veces el salario.
Otra cosa que es importante observar, es que el artículo 223 del Código Penal, establece como requisito de procedibilidad, para las denuncias en contra de quienes cometan este tipo de delitos, es que se perseguirán por querella del ofendido o de la autoridad facultada para conceder el permiso o la licencia correspondiente.
Dicho en pocas palabras, el aún Alcalde de Playas de Rosarito, Hugo Eduardo Torres Chabert, siendo la autoridad facultada para conceder los permisos o licencias para crear fraccionamientos, está facultado para denunciar a quienes fraccionen terrenos sin contar permiso para ello.
Reconociendo en su página de internet, que ha detectado 81 fraccionamientos irregulares o ilegales, a cuyos propietarios debe denunciar penalmente, para que se proceda legalmente en su contra, ¿saben cuantas denuncias ha presentado Torres Chabert? Solo una, a exigencia de un extranjero y evidentemente para evitar ser exhibido a nivel internacional, por haberle hecho caso omiso.
Pero a esto agréguenle que Torres Chabert recibió constancias suficientes y fidedignas, que personalmente le entregó el autor de Palco de Prensa, sobre las tropelías que han cometido y siguen cometiendo los pillos que se ostentan como supuestos propietarios del antiguo Rancho El Rosario, actualmente conocido como Playas de Rosarito, y que es la principal causa del estrancamiento económico de este municipio, y se negó a mover un solo dedo para frenarlos. No se sabe si por miedo, o por estar coludido con ellos.
Por eso, y por muchas otras cosas más, Hugo Torres, en el último tramo de su trayectoria política, perdió el don y luego del 30 de noviembre próximo, los rosaritenses simplemente lo recordarán como el tal Hugo
Y todavía, habiendo vivido bajo la sombra del priísmo, incurre en la osadía de reformar el reglamento interno de la administración municipal de Playas de Rosarito, para impedir que su sucesor, el priísta, Javier ¨tito¨ Robles, integre libremente a su equipo de colaboradores.

Vergüenza, debería de darle, al tal Hugo. El don, lo perdió hace tiempo.


gil_lavenant@hotmail.com

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