sábado, 30 de octubre de 2010

COLUMNA: Palco de Prensa

* El atolladero
Por Gilberto Lavenánt

Definitivamente, el Gobernador José Guadalupe Osuna Millán y los diputados de la XX Legislatura local, al menos los priístas, y sus respectivos afines, se han metido en un atolladero. Más o menos como cuando metemos el automóvil en una zona pantanosa, en un banco de arena o en un lodazal y no encontramos cómo salir de ahí. Ni para atrás, ni para adelante.
Más o menos así están, desde el primer día en que entró en funciones la XX Legislatura, en la que predomina la mayoría priísta. Con los de la XIX, Osuna Millán no tuvo ningún problema, porque dominaba la mayoría panista y hacían todo lo que el Gobernador quería que hicieran. Estaban a su disposición. Asíٕ ni modo que algo le pudiese molestar.

Pero, apenas llega la XX Legislatura, toma el primer acuerdo, que consistió en reformar la Ley Orgánica del Congreso, y de inmediato el ¨gober¨, al grito chapulinezco de ¨no contaban con mi astucia¨, los para en seco, con el veto contundente que los dejó desconcertados. Ni se imaginaron que el jefe del ejecutivo estatal se fuese a atrever a ello. Pero lo hizo.

Luego del desconcierto, los diputados, al menos los priístas y sus afines, los del PT, PEVM y el PEBC, decidieron regresarle el empellón a don José Guadalupe, tratando casi con la punta del pie a sus colaboradores, durante el proceso de glosa del tercer informe de gobierno. Los funcionarios estatales, no sentían lo duro, sino lo tupido. Hubo algunos que más o menos la libraron, como Juan Tintos, de Turismo, pero a los demás, los cuestionaron hasta el cansancio, en especial a Cuauhtémoc Cardona, Secretario General, el último en comparecer, a quien restregaron en plena cara las fallas o excesos de la administración estatal.

Cardona, dando la apariencia de que las cosas pueden mejorar, trató de justificar el veto del gobernador e incluso lanzó la propuesta de dialogar con Osuna Millán, para conciliar intereses y terminar con posturas de roces o fricciones, que a nadie benefician. En esta posición fue secundado por los poquitos diputados panistas, la minoría blanquiazul, avalados por sus afines, los del PANAL y PRD, y finalmente por el propio Gobernador, quien reitero el exhorto para instalar una mesa de diálogo, a partir del lunes próximo, en la que participaran incluso los alcaldes en funciones y los electos.

Los diputados priístas, sobre todo aprovechando que ostentan la representación formal de la XX Legislatura, en la persona de la diputada Nancy Sánchez Arredondo, no quisieron desaprovechar la oportunidad y de inmediato respondieron que aceptaban la propuesta y que están listos para iniciar el pretendido diálogo, pero bajo sus condiciones. Que esto se lleve a cabo en el recino legislativo y bajo un esquema de 9 puntos, muy interesantes, en cuya discusión o análisis, se anticipa que Osuna Millán lleva las de perder.
Pero al margen de los ¨dimes y diretes¨, o los posicionamientos de ambas partes, vale la pena precisar lo siguiente :

Esto ya se veía venir, desde el momento en que se dió por un hecho la derrota electoral panista el pasado 4 de julio. Incluso algunos priístas lo presumieron y sarcásticamente tarareaban aquella canción que advierte : ¨…qué bonita es la venganza, cuando dios nos la concede, ya sabía que en la revancha, te tendría que hacer llorar¨.

Pero tratando de aparentar que no está en desventaja y que, ¨con dinero o sin dinero¨¨, sigue siendo ¨el rey¨, pues Osuna Millán hizo valer el fuero. Los priístas, por su parte, obviamente no se iban a quedar callados o resignados, por ello el trato que le dieron a los osunamillanistas en la glosa del tercer informe, resltando, entre muchas cosas, el excesivo gasto destinado al manejo de la imágen personal del Gobernador, que Nancy Sánchez calificó de aterrador.

Lanzado el reto del jefe del ejecutivo estatal, para establecer una mesa de diálogo, y aceptado este por los legisladores, pero bajo sus reglas y en su casa, podría decirse que, al son de que ¨hablando se entiende la gente¨, puede ser esto el inicio del fin de esta contienda política, consecuencia de los resultados electorales de la contienda electoral del 4 de julio, es necesario aclarar que eso está muy lejos de lograrse.

Los boxeadores no dialogan, se dan de guamazos. Ante las actitudes bélicas de ambos bandos, aunque se les vea juntos, es difícil que realmente haya un diálogo. Es tanto como pretender que dos gallos de pelea olviden que traen filosas navajas amarradas a sus extremidades, y que en lugar de pelear, se pongan a bailar o a cacarear juntos.

Ciertamente el diálogo es la fórmula o método ideal para lograr el entendimiento de dos partes, para establecer las condiciones que permitan encontrar soluciones a los problemas que atañen o aquejan a ambas o a terceros.

Pero para dialogar, primeramente se requiere serenidad, sensatez, cierto grado de tolerancia y comprensión, tener el ánimo de negociar o ceder, recíprocamente. Así mismo, ambas partes deben despojarse de la soberbia, del carácter agresivo o bélico.

Por el momento, Osuna Millán y los legisladores, al menos los priístas y sus afines, no reúnen las condiciones necesarias o requeridas para dialogar. Si el lunes se reúnen en una pretendida mesa de diálogo, la van a convertir en un ring de box o lucha libre, o acaso en un redondel donde se dan las peleas de gallos, lo que dificultará aún más todo.

Definitivamente, están metidos en un atolladero. Y lo seguirán estando, en tanto que ninguna de las partes quiera ceder. Ni para atrás, ni para adelante.

gil_lavenant@hotmail.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario