martes, 12 de octubre de 2010

COLUMNA: Palco de Prensa

* Los “granjeros”
Por Gilberto Lavenánt
Ahora resulta que para hablar o escribir sobre política, se debe conocer el lenguaje de los granjeros. Es la moda, que personajes involucrados en la vida pública, y en especial en la política, recurran a expresiones coloquiales, propias de granjeros.

Ahí tienen el caso del Arzobispo de Guadalajara, Juan Sandoval Iñiguez, quien, molesto porque los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, validaron los matrimonios gay, se atrevió a decir que el Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, los ¨maiceó¨, para que resolvieran en tales términos.

Y si las leyes son de interpretación, pues los dichos populares o el lenguaje coloquial, lo es mucho más.

Maicear, derivado de maíz, el alimento básico de los mexicanos, elevado popularmente al rango de verbo conjugado, significa dar de comer maíz a las gallinas, gallos y pollitos, e incluso a los cochis. A los animalitos de la granja, pues.

Se les da maíz a los animales, por necesidad, para que puedan sobrevivir. Como también se les da agua y otro tipo de alimentos preparados, propios o necesarios para su mayor y mejor crecimiento y engorda.

Aunque los animalitos no razonan, muestran actitudes de agradecimiento hacia la mano que les da de comer. Caso contrario, huyen despavoridos ante quien les agrede con frecuencia.

Pero los Ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el máximo tribunal de justicia del país, no son animalitos y ganan bastante paras proveerse ellos mismos de sus alimentos, así es que la referencia de la ¨maiceada¨ fue considerada como un agravio, como una ofensa, como una denuncia de un acto de corrupción sujeto a prueba, consistente en que don Marcelo Ebrard les dió dinero para que apoyaran las reformas que permiten en el Distrito Federal los matrimonios entre personas del mismo sexo.

Esta costumbre, de sentirse y hablar como granjeros, ya se aplica en Baja California. En días pasados, con motivo de su tercer informe de gobierno y al sentirse menospreciado por los diputados locales priístas, que no fueron a su evento social, en el que dió su mensaje, pero en este caso reunido con sus compañeros de partido, llamó gallinas a los priístas y además dicen que dijo que no saben cacarear el huevo o que lo cacarean sin ponerlo. Le salió lo granjero, pues.

Esto, obviamente, alebrestó al ¨gallinero¨ y los priístas, principalmente el Senador Fernando Castro Trenti, le respondió que los priístas no son gallinas, sino gallos, y muy bravos, y que Osuna Millán es mal gobernante. Si ambos realmente fuesen gallos, y de pelea, seguramente en estos momentos ya se hubiesen desplumado. Seguramente.

Aunque, Castro Trenti, también reveló que Osuna Millán ha tratado de ¨maicear¨ a algunos priístas, que se han sentido cautivados por el trato y promesas gubernamentales, advirtiendo que, de llegar el caso, denunciará a quienes hayan caído bajo los dominios del Gobernador panista.

Estamos apenas en el 2010 y los comicios para la gubernatura estatal, serán hasta el 2013. Falta aún mucho tiempo. Osuna Millán apenas acaba de concluir la primera mitad de su gestión y va por la segunda y última. Si esto ocurre apenas en el inicio, ya podrá imaginar el ¨desplumadero¨ que nos tocará observar en los siguientes tres años.

Quizás a muchos les parezcan sumamente sencillas las labores de los granjeros. Como a otros posiblemente así les parezca la política. Pero ni lo uno, ni lo otro, es tan sencillo.

Los granjeros, no dominarán a sus animalitos, tirándoles ¨rollos¨ enfadosos, que ni le van a entender. Ni tampoco a gritos y sombrerazos. Para lograr el control, debe ¨maicearlos¨ y darles buen trato.

Los políticos, no dominarán en el escenario político, si confundiéndolo con una granja, pretenden ganarse a propios y extraños, simplemente ¨maiceándolos¨. Ni con amenazas o pullas. No, el verbo, o sea la palabra, es la herramienta básica de control en la política. Pero no la palabra agresiva, sino la diplomática.

Y si el granjero fracasa, al tratar de dominar a los animalitos a gritos y sombrerazos, con mayor razón el político cuando a base de insultos o agresiones, directas o indirectas, trata de controlar el ¨gallinero¨ y dominar a sus rivales.

Esto lo entiende cualquiera, hasta los granjeros, que no saben nada de política, menos los políticos bajacalifornianos, que se sintiéndose muy ¨gallitos¨, quieren controlar el ¨gallinero¨ con simples bravatas.

Así está bien, o se los vuelvo a explicar. Luego se quejan, cuando las cosas les salen mal.


gil_lavenant@hotmail.com

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