MEXICO.- Escoltado por 10 vehículos repletos de sicarios, Gerardo Álvarez Vázquez, El Indio o El Chayan, se movió libremente por el estado de México hasta este miércoles. El principal aliado de Edgar Valdez Villarreal, La Barbie, en la disputa que sostiene con los hermanos Beltrán Leyva, tuvo compradas las voluntades de militares y policías que figuraban en la red de protección que usaba para habitar sin problemas en Huixquilucan, sitio en el que fue detenido y donde informes de la Procuraduría General de la República (PGR) lo ubicaban desde hace poco más de dos años.
Informes de investigaciones oficiales realizadas por la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO), y a los que tuvo acceso EL UNIVERSAL, revelan que El Indio pagaba incluso cinco mil dólares a aquellos policías o sicarios por cada enemigo que se levantara o ejecutara.
Testigos protegidos, como María Fernanda, Jennifer, Claudia, Saúl y David, confesaron cómo el capo realizaba sus operaciones en la zona poniente de la ciudad de México y su colindancia con el estado de México.
Pensaba ampliar control
Álvarez Vázquez, quien hasta diciembre pasado trabajó para el cártel de los Beltrán Leyva junto con La Barbie, era el encargado de controlar la venta y distribución de drogas entre los límites de la ciudad de México y el estado de México, por lo que su centro de operaciones —según la SIEDO— se ubicaba en Huixquilucan, donde pensaba ampliar su control y se preparaba para cobrar la venta de protección a comerciantes y empresarios.
A El Indio también se le vincula con la matanza de 24 personas en la zona de La Marquesa en 2008, pues él era el jefe de Raúl Villa Ortega, El R, su jefe de sicarios, y a través de él controlaba a la Policía de Huixquilucan. Éste, se presume, poseía una empresa de seguridad que reclutaba ex militares y ex policías para ponerlos al servicio de El Indio.
Uno de los hombres que acercó al capo detenido con militares que trabajaban en el área de inteligencia, fue precisamente el mayor Arturo González, quien se encuentra detenido desde hace más de un año por sus presuntos nexos con el cártel de los hermanos Beltrán Leyva. El testigo protegido Jennifer reveló que en 2008 el citado jefe militar se entrevistó con El Indio y le pidió que trabajara para él, pero éste le dijo que ya trabajaba para La Barbie y El Barbas por lo que ya no podía trabajarle y dada esta circunstancia, entonces El Indio le pidió al mayor González que le presentara a otras personas que le pudieran informar sobre operativos del Ejército, por lo que le presentó a otros de sus compañeros”.
El testigo protegido María Fernanda señaló que Gerardo Álvarez Vázquez trabajaba para Arturo Beltrán Leyva, El Barbas, y para La Barbie, y que una vez que se rompió la alianza que tenían los Beltrán Leyva con el cártel de Sinaloa, El Indio siguió como subordinado de sus jefes, e incluso cuando ambas organizaciones se disputaban la protección que les vendía un comandante de la Policía Federal en Cuajimalpa, Álvarez Vázquez ordenó a El R mejor ejecutar al jefe policiaco. “Raúl Villa Ortega con su grupo de sicarios acribillaron en La Marquesa al comandante de la Policía Federal a cargo de Cuajimalpa”, dijo.
De acuerdo con las versiones de los testigos protegidos contenidos en el expediente 288/2008 del Juzgado Sexto de Distrito de Procesos Penales Federales de Jalisco, El Indio pagaba a toda los policías federales que cubren la carretera de Chamapa, estado de México, ya que circulaba mucho por esa zona.
Según las investigaciones de la SIEDO, Álvarez Vázquez fue en algún momento el designado por los Beltrán Leyva para recoger la cocaína procedente de Colombia, que llegaba al aeropuerto de la ciudad de México en maletas que contenían 50 kilos de la droga cada una. El R era quien recogía a nombre de El Indio las citadas maletas.
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