miércoles, 2 de diciembre de 2009

Matan a “garganta profunda” de PGR

MEXICO.- Édgar Enrique Bayardo del Villar era informante para varios casos de corrupción oficial y contra cárteles; fue ejecutado ayer en un café de la colonia Del Valle.

El testigo protegido de la Procuraduría General de la República que destapó el mayor escándalo de corrupción policial, Édgar Enrique Bayardo del Villar, fue ejecutado ayer en un café de la colonia del Valle a las 11:15 de la mañana.

Bayardo se encontraba dentro del establecimiento, ubicado en la esquina de Pilares y Pestalozzi, cuando una camioneta Isuzu modelo Rodeo, placas LZU 13 30, con tres ocupantes, se estacionó frente al negocio. Uno de ellos quedó en el interior, con el vehículo en marcha.

De acuerdo con testigos, los otros dos descendieron del vehículo. Uno ingresó al lugar para ubicar al objetivo y salió. En seguida el tercer elemento, armado con una metralleta calibre 9 milímetros, entró al local, fue directamente hacia Bayardo y lo asesinó. En el ataque resultaron heridos José Solís Castillo, presunto escolta de Bayardo y quien es reportado delicado, así como María Eugenia Martínez, cliente del café, fuera de peligro.

Los atacantes huyeron por la calle Pestalozzi y abandonaron la camioneta frente al número 1007.

Los peritos de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, que arribaron minutos después, encontraron al menos 20 casquillos percutidos.

Bayardo del Villar fue detenido en octubre de 2008 por sus vínculos con el cártel de Ismael El Mayo Zambada —uno de los principales jefes del cártel de Sinaloa—, a quien daba información sobre operativos antinarco de la PGR, Secretaría de Seguridad Pública e incluso de la agencia antidrogas estadounidense (DEA), a cambio de 25 mil dólares al mes.

EL UNIVERSAL publicó a finales de octubre de este año que Bayardo era hasta ese entonces el único ex jefe policiaco acusado de corrupción y nexos con el crimen organizado que había librado las acusaciones en su contra y seguía cobrando al erario por sus “servicios” como testigo colaborador, identificado con la clave Tigre. Por acogerse al programa recibía una compensación mensual estimada en 50 mil pesos.

En 11 años escaló desde agente judicial federal, en 1997, hasta llegar a comisario de la Policía Federal el año pasado.
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