domingo, 6 de febrero de 2011

Dos derrotas de Beltrones

Por Néstor Ojeda
La semana que termina definió sin duda el futuro político de Manlio Fabio Beltrones, quien, después de los contundentes descalabros sufridos en los comicios de gobernador en Guerrero y de la —abortada antes de nacer— reforma hacendaria del IVA generalizado a 12 %, está casi descalificado en la carrera por la candidatura presidencial tricolor.


A pesar de la operación de control de daños del líder del PRI en el Senado —secundada religiosamente por el PAN—, en la que pretendió endosar la derrota electoral en Guerrero a Beatriz Paredes, Humberto Moreira, Enrique Peña Nieto, en fin, a cualquiera menos a él, al interior del PRI todos lo responsabilizan de la vergonzosa paliza que le propinó el ex priista Ángel Heladio Aguirre al ciento por ciento beltronista Manuel Añorve.




Beltrones demostró hace una semana que, a pesar de su estatura política y su gigantesco poder, es un absoluto fracaso en materia electoral, pues partió en dos al PRI guerrerense para imponer a Añorve como candidato y su dedazo derivó en una de las más grandes derrotas de los tiempos recientes para un priismo que se veía hace unos meses en una autopista sin paradas de regreso a Los Pinos.



A este fracaso contribuyó sin duda Añorve, que de ser un popular alcalde de Acapulco se convirtió en un desidioso y sobrado candidato que se manejaba ya como si fuera el futuro gobernador de Guerrero por la graciosa bendición de Beltrones, Peña y Televisa, y en un descuido desdeñó la talacha de campaña a pie y en los medios que le toca hacer a cualquiera que aspira a una gubernatura.



Distinto fue el hacer de Aguirre Rivero, que fue con todos y a todas, con lo que demostró que tuvo el talento para reconvertirse y pasar de ser un político de la vieja guardia a uno que entendió los nuevos tiempos y usos de la política y la democracia. Por eso ganó.



Y qué decir de la paliza que los diputados del PRI, con Francisco Rojas a la cabeza, le propinaron a un soberbio Beltrones, que pensó que luego de su fracaso en Guerrero podía llevar a buen puerto la reforma hacendaria que construyó con Francisco Labastida, senador y candidato perdedor de los comicios presidenciales de 2000.



Así, hace una semana, se firmó el futuro de Beltrones. Lo que sigue es sólo esperar el desenlace de los comicios en el Edomex. Si Peña Nieto gana, su entidad habrá pasado la aduana que no pudo Manlio Fabio y no habrá nada que lo detenga en su camino a la postulación presidencial del PRI en 2012. La suerte ya está echada.



nestor.ojeda@milenio.com

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