Por Alfredo Calva.
De la nada original idea que tuvo y ha llevado a la práctica Jaime Bonilla Valdez, gobernador de Baja California, de imitar las acciones y expresiones del habitante de Palacio Nacional, sólo logró convertirse en una copia folclórica de AMLO y lo orilló a cometer yerros que no solo denostaron y ridiculizaron su imagen política a nivel nacional, sino también su gobierno.
Error de Bonilla Valdez el creer que la beligerancia política gubernamental es una herramienta útil para la operación administrativa de un gobierno, asumió y dio por hecho, que amenazar o amedrentar,-como lo hace AMLO-, a todos aquellos que disienten y no se someten a sus deseos y especialmente, no guardan la disposición de estar en permanente genuflexión ante su imagen y voluntad, no son merecedores de su consideración y atención, por el contrario, son acreedores de padecer todo el rigor y la fuerza de las instituciones bajo su control.
Los pretextos son variados y en ocasiones hasta risibles, eso no tiene importancia, lo trascendental para él es denostar, exhibir, hacer escarnio y crítica acida de su imagen y patrimonio, lo trascendental es que se pase por encima de quien se atrevió a ser irreverente a su mandato, y si es necesario para lograr el objetivo, se tuerce la ley para obtener lo deseado, para eso tiene a su disposición las dependencias bajo su cargo, la FGE, a la mayoría de los integrantes del congreso del estado y a los titulares de los ejecutivos municipales.
Su insania política ha hecho que su hostilidad alcance a la figura y entorno de la gobernadora electa, emanada de su partido Morena, Marina del Pilar Olmeda, a quien en las ultimas semanas durante sus oficiosas homilías informativas, sin mencionarla de forma directa, la ha tomado del blanco favorito de sus expresiones denostativas y hasta misóginas, derivado del rotundo fracaso al pretender controlar y manipular a quien lo sustituirá a partir del primer minuto del próximo primero de noviembre.
Y de quien por cierto, solo ha recibido cortesía y civilidad política, demostrando con ello, que lo rebaza en capacidad, operación y estatura política.
Por esa actitud desequilibrada, sin control y contrapesos en la entidad, ha ocasionado que los afectados directos y organismos de la sociedad civil hayan acudido al nivel federal para contener al gobernador Bonilla, habiendo conseguido que el gobernante reciba serios descalabros por parte de la SCJN, como a la Ley Bonilla, Impuestos a Combustibles, Impuesto Sobre Nómina, Expropiación del Campestre, Municipalización de los Organismos Operadores del Agua, la desaparición de la Judicatura del TSJE, etc.
A lo que hay que adicionar, porque vienen en camino, una serie de amparos por los cobros realizados por los organismos operadores del agua, con base en los análisis y deducciones contables que realiza la empresa FISAMEX, que pondrán de cabeza, las ya de por si desaseadas finanzas del estado, que serán su perniciosa herencia al gobierno al que encabezará Marina del Pilar Olmeda.
En fin, le restan al gobernante 38 días para continuar imitando al inquilino de Palacio Nacional y saciando a través de sus matutinas homilías informativas sus ansias beligerantes, total, es más reconfortante y sobre todo nada estresante, arremeter en contra de quien ose cruzar en su camino, que aplicarse y trabajar en contener y combatir la inseguridad que ahoga a la entidad que, según él, gobierna.
Y mientras tanto….
En Rosarito se empiezan a cruzar las apuestas sobre quien será el o la edil de oposición, que venda su voto y voluntad a la alcaldesa Araceli Brown.
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