Hace unos días en la ciudad de Mexicali a través de su onerosa área de comunicación social, el fiscal compadre, Guillermo “Titi" Ruíz Hernández, junto a su equipo de aduladores e incondicionales que lo acompañan en su impostada lucha contra la inseguridad, montaron un vodevil en el que con bombo y platillo anunciaron los grandes logros obtenidos en cuatro meses en su lucha contra la delincuencia.
Ruíz Hernández con profunda satisfacción soltó sus alegres cifras referentes al comportamiento delictivo en la entidad en los meses de enero y febrero próximos pasados, en las que, en comparativas con sus similares del año 2019, las tendencias delictivas actuales van hacia a la baja en delitos como robo de vehículos, robo a casa habitación y otro tipo de hurtos.
De igual forma, ha sido efectivo, dijo, su combate a delitos como el narcomenudeo y a la corrupción de menores, el cumplimiento de ordenes de aprehensión, aumento en la vinculación a procesos judiciales de presuntos delincuentes, y su cereza de pastel, la disminución del 22 por ciento, en lo que respecta a los homicidios dolosos.
Tras su anuncio, para el fiscal compadre todo transcurría con éxito y alegría, sin embargo, a los días la cruel realidad lo situó en otra perspectiva de la óptica y percepción ciudadana, gracias al consejero nacional del Sistema Nacional de Seguridad Pública y presidente del Consejo Ciudadano de Seguridad en el Estado, Juan Manuel Hernández Niebla, quien en declaraciones a un medio regional (Síntesis), contradijo lo presumido por el fiscal general, al dejar en claro que los índices de homicidios en Baja California nuevamente se incrementaron durante el mes de febrero, en comparación con el mismo mes pero de 2019.
Aseguró, que la percepción de inseguridad en la ciudadanía continúa siendo alta, especialmente en Tijuana, en donde, debido a los últimos acontecimientos registrados, ciudadanos han perdido la vida en manos de la delincuencia, como fue el caso del joven herido de bala en una limpiadura de Playas de Tijuana.
Lo anterior, solo ratifica lo que en diciembre último Hernández Niebla declaró sobre el particular a Cadena Noticias, en aquella ocasión dijo, que la incidencia delictiva iba a la alza, que si bien era cierto, que en la nueva administración estatal los homicidios tendían a disminuir, delitos como el robo a comercios y vehículos con violencia se habían incrementado, y agregó, que las mesas de seguridad que todos los días encabezaba el gobernador Jaime Bonilla Valdéz, no habían servido para reducir el índice delictivo.
En lugar de continuar con las parafernalias mediáticas, el titular de la Fiscalía General debe de aplicarse y llevar a efecto la asepsia que de manera urgente requiere la dependencia, un ente conformado con personal administrativo, ministerios públicos y corporaciones policíacas, de las extintas PGJE y SSPE, que se amalgamaron para formar el Frankenstein que hoy conocemos por su acrónimo como la FGE, y que heredó todos los vicios que tenían sus componentes.
Las informaciones encontradas sobre un tema tan sensible socialmente como lo es la inseguridad, solo contribuye a generar más inquietud y temor en los ciudadanos, debe haber coordinación en el manejo de la estadística, sin que esto signifique la alteración u ocultamiento de las cifras que se le proporcionan a los ciudadanos.
Ya es tiempo de que Guillermo Ruíz Hernández, deje de ser la versión vernácula de Eliot Ness, asuma su responsabilidad y haga el trabajo que le encomendaron.
Y mientras tanto….
La mayoría de los mexicanos se preguntan, si autoridades y sociedad estamos preparados para recibir y combatir lo inevitable, el coronavirus.
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