Han pasado años y hemos gastado miles de millones de pesos en autoridades electorales confiables, buscando ser “democráticos”.
Pero aunque hemos mejorado, sigue habiendo exceso de gastos, trampas, compra disfrazada de votos, PREPS que fallan y funcionarios electorales ineficaces, que llevan a elecciones cuestionadas.
Se dilapidaron dinerales en los criticados comicios del domingo pasado, mientras más de la mitad de la población enfrenta carencias vitales.
Y además de lo erogado, partidos y autoridades seguirán gastando; porque los conteos de actas, protestas, declaraciones a medios y apelaciones para no aceptar las derrotas, cuestan mucho dinero.
Lástima, pero los procesos electorales en el Estado de México, Coahuila y Veracruz sólo terminarán, hasta que una vez concluidos los cómputos y cernidas las quejas, llegue la operación cangrejo que tradicionalmente empieza, con la exigencia de que se les reconozca todo y va bajando hasta irse con lo que se les quiera dar por decir “perdí”; lo que generalmente ocurre, cuando se le llega al precio, -político o económico-, a alguno de los contendientes.
Pero no será ni rápido ni fácil, porque vivimos en un país de legisladores abusones y negociantes, de dirigentes partidistas gandallas, y de candidatos ganones, pleitistas y habladores.
Como ese consumado ladrón, de dinero público cuando fue gobernador y de votos cuando dirigió el PRI, que es Humberto Moreira; y ahora se desgañita diciendo que el PRI, ese mismo PRI que él presidió, le robó la elección que le daría fuero como diputado de un partido diminuto y protección para no enfrentar la justicia por todo lo que robó.
O como Margarita Zavala que para tener espacio en los medios, se pelea a gritos con Ricardo Anaya y lo culpa de la anunciada derrota de Josefina Vázquez Mota; que tras vender cara su candidatura, no será gobernadora; pero sí una rígida, botoxeada y restirada senadora panista.
En fin, para qué seguir con lo que todos estamos viendo y que una vez más, muestra la locura en la que vivimos al desperdiciar en política y políticos, millonadas que hacen falta para asegurar una vida por lo menos decente, a más de la mitad de nuestros compatriotas que carecen de salud, educación y viviendas de calidad.
Vaya, no hay recursos ni para penales seguros y tranquilos como vimos esta semana.
Ojalá pues que sintamos que es el momento de exigir a autoridades y congresos, que disminuyan esos recursos multimillonarios que reciben legalmente partidos y legisladores; y que nadie sabe bien a bien a cuanto a ascienden.
Y raro que quien debiera saberlo que es el INE, no está de acuerdo en reducirles las prerrogativas que les proporciona; y que su consejero presidente Lorenzo Córdova, haya declarado esta semana que el dinero oficial no se les puede disminuir, “porque pueden buscar dinero de otros lados”.
Háganme favor… ahora sí que de inocente se pasa… porque de todos es conocido, que buscan y obtienen enormes cantidades. ¿En qué mundo vivirá, que no se da cuenta de lo que está sucediendo?
Por fortuna no todos le hacen caso; y por iniciativa del diputado independiente José Pedro Kumamoto Aguilar, el estado de Jalisco decidió recortar entre un 48 y un 69 por ciento, en dependencia de si es o no año electoral, las prerrogativas estatales a los partidos.
Con lo que ahorrará anualmente 180 millones de pesos, que podrá dedicar esos a mejorar las condiciones de los que menos tienen.
Y hacerlo urge.
Ya reiteró esta semana la CEPAL en su documento "Panorama Social de América Latina 2016", que la desigualdad en México es excepcionalmente elevada.
Y su titular Andrea Bárcena, advirtió que requerimos de un nuevo pacto social que transite de la actual cultura de privilegios a una de igualdad”, porque dos terceras partes de la riqueza total del país están concentradas en sólo el 10 por ciento de las familias y, de ellas, uno por ciento acapara más de un tercio.
Todos nos percatamos que estamos como estamos, porque nos saquean gobernadores y funcionarios de todos los partidos; que actualmente andan más preocupados por sus pleitos internos y externos que les permitan agarrar hueso en las elecciones presidenciales que se acercan; y que seguramente nos dejarán aún más irritados, pobres y agotados.
Y como estará el infiernito para que luego de años de solapar la red de corrupción del gobernador Roberto Borge, para apropiarse de tierras e inmuebles valuados en más de cinco mil millones de pesos, el PRI lo haya expulsado este pasado jueves.
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