Ignoro bien a bien, cómo fueron las campañas de Clinton y Trump, porque no estuve en sus mítines.
Pero a juzgar por los debates, la nación más poderosa del orbe y la que tiene el mayor número de premios Nobel, desarrolló una campaña de nivel político semejante o inferior, a la de cualquier país del tercer mundo; y sin los desplantes de Trump, hubieran resultado aburridísimos.
Increíble lo insustanciales y chabacanos que se mostraron los candidatos; les oímos sobre todo, chismes; aderezados con las muecas del hombre anaranjado al calificar de asquerosa a su rival y por la risa de ésta, al oírlo y aún más forzadas fueron las sonrisas que se colocaron en los rostros, al tomarse selfies con sus respectivos seguidores.
Y podrían haber sido interesantes y excelentes discusiones, porque el contraste entre ellos es fuerte: Clinton, ha sido legisladora, secretaria de estado y mujer de presidente; y Trump, podría ser el primer mandatario de EU, que no ha ocupado puestos oficiales ni trabajado en otra cosa, que no sean sus negocios.
Está por terminar una campaña, que podrían haber dedicado a hacer ver que sus respectivos planes de gobierno, son mejores que los del rival; pero desperdiciando el tiempo, bailaron al ritmo que Trump impuso; porque Hillary, que dijo sentirse orgullosa de lo aprendido en décadas de transitar la política, no mostró esa experiencia, tiene muy poco carisma y fue incapaz de conducir los enfrentamientos, por otros rumbos.
De ahí que el 80 por ciento de los gringos entrevistados, haya declarado sentir vergüenza por el desarrollo de la campaña; y más vergüenza debiera darnos a los mexicanos, ver que nuestro peso subía o bajaba a su compás.
En fin, nos quedamos sin saber cómo van a gobernar ese país que ha provocado y puede seguir provocando, daños inmensos al mundo.
Pero en cambio, conocimos a varias mujeres que Trump acosó y se quedaron calladas durante décadas; y vimos en primera fila, a cuatro de las protagonistas de otras tantas relaciones extramaritales del ex presidente-esposo de la candidata.
Y fuera de las afirmaciones de Trump de que en sus primeros cien días como mandatario, construirá el muro fronterizo, deportará a los indocumentados y suspenderá la inmigración "desde regiones propensas al terrorismo", desconocemos lo que piensa en otros asuntos de política internacional.
En un ejemplar de El País de hace días, me topé con una fotografía de Radovan Karadzic, presidente serbio entre 1992 y 1996, y conocido por su crueldad, como el Carnicero de Sarajevo; y me impresionó, la semejanza de su semblante, peinado y decires, con los de Trump.
Tras ser acusado dos veces por la ONU ante el Tribunal de Crímenes de Guerra en La Haya, por su responsabilidad en la matanza de al menos siete mil 500 hombres y niños musulmanes en julio del 1995 en Srebrenica, como parte de una guerra que, dijo, tenía como objetivo “aterrorizar y desmoralizar a la población musulmana bosnia y croata”, Karadzic estuvo prófugo durante 13 años, pero fue detenido en el 2008 y este marzo de 2016, los jueces lo condenaron a 40 años de prisión por genocidio.
Pero Trump anda vivito y coleando y es una lástima que también se parezca, a Andrés Manuel López Obrador.
Ambos son narcisistas, cultivan ademanes grandilocuentes y tienen actitudes de perdonavidas, que respaldadas por muchos de sus seguidores resultan muy peligrosas.
Presumen opacidad sobre propiedades y pagos de impuestos; culpan de igual manera, a los medios de comunicación cuando algo no sale como quieren; repiten una y otra vez, falsedades como ciertas; y anuncian que no aceptan resultados electorales, a menos que los favorezcan.
Veremos que hace Trump, cuando eso suceda.
A estas alturas pienso que ellos dos han llegado a descollar, a falta de personas con cualidades superiores que estén dispuestos a entrar a la política; y ya extraño la simpatía y el encanto de Obama y su familia.
Y mientras en México casi todos estábamos pendientes del debate, se informó que los ricos han sacado del país en los últimos años casi 80 mil millones de dólares; que los programas de Peña Nieto y los presidentes anteriores contra la pobreza, no han logrado frenarla y acciones sociales como Prospera, han fracasado tan rotundamente, que uno de cada dos mexicanos vive en pobreza o pobreza extrema; y que el gobierno no ha podido encontrar a Padrés, y se le peló Duarte…
¡Qué panorama Dios mío!...
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