miércoles, 13 de julio de 2016

Expediente Político: Violencia imparable

Por Alfredo Calva
Mientras Silvano Abraca Macklis, alcalde de Playas de Rosarito, duerme tranquilamente en el lecho de la corrupción y el valemadrismo, Rosarito se baña de sangre por la violencia que nadie contiene y que día a día se incrementa, bajo la mirada indolente de una corporación policiaca preventiva carente de mando y liderazgo, pero si, con graves señalamientos de corrupción.


Alejado en su mundo, Abarca ha transitado desde el inicio de su administración por la vía que tanto le critico a su antecesor Javier Robles, el de la corrupción, sus trapacerías y cuchupos de todos son conocidos y no trata de ocultarlos, él siente que su cinismo es la mejor forma de lidiar con los señalamientos en su contra, pues además no hay quien lo sancione, quien tiene esa obligación por ley, el Síndico Tomas de la Rosa, es su cómplice.

Y, en ese tenor Silvano ha superado al gobierno de Robles, pero en el tema en que ha sido peor su mandato ha sido en el de la seguridad, los crímenes comunes son el azote de las familias cada día, el robo con o sin violencia a casa habitación, a vehículos, a comercios y a transeúntes, y los de sangre, van acercándose a la cotidianidad rosaritense, sin que hasta el momento a Silvano Abarca, muestre un mínimo de interés por resolverlo, o cuando menos haga el intento por frenar la ola delincuencial en todos sus niveles.



No hay semana en la que no se registre cuando menos un asesinato, ayer lunes (dos personas ejecutadas y una herida) ya se cubrió la cuota, lo que se registre en el resto de la semana que transcurre ya será de gane para las estadísticas, el delito en todas sus modalidades se ha disparado un 30 por ciento con relación al año anterior, y para cuando arribe la nueva administración, la criminalidad se encontrará imparable.

Es tal su cinismo e indolencia con relación al tema de la seguridad que, ha reconocido la incapacidad de su director de la policía, Joaquín Olea, para hacer su trabajo, de hecho, señala el primer edil que, no existe un policía capaz en Rosarito para llevar a efecto la tarea en la corporación y que en ese tema el ha fallado, y que solo logro contener la inseguridad, la falta de equipo, personal y mayores salarios para los uniformados, fueron las limitantes para cumplir con su principal promesa de campaña, dar a los rosaritenses, seguridad.

Estas declaraciones en apariencia parecen un acto de contrición del edil, sin embargo, solo son el reflejo de quien se encuentra sumergido en las aguas de la corrupción y de actuar impune, a sabiendas de que nada o nadie llevara a efecto alguna acción de carácter punitivo en su contra, por todas las trapacerías realizadas y por el incumplimiento de sus obligaciones, de hecho, se rumora en los pasillos de la casa municipal, que ya hay un arreglo con el Síndico Procurador electo, Miguel Vila, para que se haga como que todas las acciones gubernamentales de Abarca y subordinados, incluidas las de la presente Sindicatura, fueron ejecutadas en tiempo y forma.

Lo dicho, mientras Silvano duerme en el lecho de la corrupción y el valemadrismo, Rosarito se mancha de sangre.

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