La posibilidad de ser tomados en cuenta a la hora de asignación de candidaturas a puestos de elección popuar, ha llevado a los aspirantes de todos los partidos políticos a salir a la calle a muestraerse o placearse.
Algunos empezaron con mucho tiemo de anticipación. No les han faltado pretextos, para tratar de justificar sus labores proselitistas.
Algunos sacan a airear membretes de fundaciones ajenas a cuestioes políticas o partidistas.
Otros simplemente la mera presunción de supuesto interés en causas o necesidades populares. Curiosamente, de reprente les surgió el “amor por el prójimo”.
Antes, ni al vecino “pelaban”. La política es como una “enfermedad social”, que da en tiempos electorales.
Los efectos se han dado en especial entre las mujeres. Con eso de la “equidad de género”, ahora les tendrán que asignar candidaturas a fuerzas. Al menos el mismo número que a los hombres.
Ha sido tan descarado este ímpetu, entre las féminas, que ha generado preocupación entre los dirigentes partidistas.
El dirigente municipal del PAN en Tijuana, Raúl Felipe Luevano, manifestó su preocupación al respecto.
Incluso, dijo que ya les llamó la atención a los “acelerados” y los invitó a ser cautos, advirtiéndoles que deben observar el cumplimiento de la legislación electoral, so pena de perder el derecho a una candidatura.
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Incluso señaló que ha tenido acercamiento con los miembros de su partido, con los aspirantes a cargos de elección popular, que se han hecho notar por su activismo.
Pero tal parece que el dirigente partidista les urgió a muestrearse lo más posible, pues algunos de ellos, o de ellas, no tienen los suficientes méritos, para participar en la asignación de posiciones.
Lo que debe interpretarse es que la supuesta advertencia, fue “de dientes para afuera”.
Pero también puede interpretarse, que no tiene ascendencia sobre los miembros de su partido, pues nadie “peló” sus supuestas advertencias. O sea, son unos desbedientes.
La desesperación es más que evidente. Un ejemplo claro lo representa la joven Iraís Vázquez Aguiar, quien abiertamente ha manifestado su interés por contender por una diputación en los siguientes comicios, en representación del Partido Acción Nacional. Pero no es la única.
Cualquier hecho o acto que realizan, es suficiente para proyectar su imagen personal en los medios, tanto impresos como digitales. Lo importante es darse a notar.
Todos los aspirantes, de cualesquier partido político, actúan igual. Se llega la temporada electoral y les brota por los poros el supuesto interés social.
Los políticos no entienden que la política, debe ser una labor constante, no de simple temporada.
El activismo social, y por ende el político, debe ser una labor de tiempo completo, por parte de todo aquel que pretende realizar una carrera política.
No es necesario seguir el calendario electoral para hacer labor social, que puede consistir en orientar o asesorar a los ciudadanos en general en la búsqueda de soluciones a los problemas que afrontan.
Es como sembrar, sabiendo que algún día podrán levantar la consecha. El que nada siembra, no cosecha nada.
Así mismo, el tiempo libre lo deben dedicarse a su preparación. De poco sirve que aspiren a ocupar puestos de elección popular, si no están capacitados para su desempeño.
Por ejemplo, los que buscan ostentar una diputación, dediquen tiempo a conocer el procedimiento legislativo y la problemática social que puede ser atendida y ordenada a través de las normas jurídicas. De esa forma, la tarea legislativa podrá ser realmente trascendente. No nada más levantar la mano.
Debido a su falta de preparación, los “flamantes” legisladores suben a la tribuna, solamente para proponer meros puntos de acuerdo, consistentes en exhortos al poder ejecutivo, para hacer o no algo.
Reformas legislativas, prácticamente ridículas, como el establecer en ley, la obligación de pintar de un deteminado color, las instalaciones públicas.
Aún así, los gobernantes tratan de distinguirse y deferenciarse de sus antecesores, cambiando los colores de las unidades policiacas, por ejemplo.
Cuestan mucho, para que gasten o dediquen su tiempo en cuestiones supérfluas o intrascendentes.
Cada uno, apoyados por sus asistentes o secretarios técnicos, reuniéndose con grupos sociales o colegiados, pueden estudiar temas específicos y observar los posibles cambios legales para corregirlos o solucionarlos.
Lo que el país requiere, son políticos profesionales, serios, preparados, de tiempo completo, realmente preocupados por la problemáticas social.
No políticos temporaleros, improvisados o acelerados.
gil_lavenants@hotmail.com
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