Luego de haber perdido la Presidencia de la República, ante el foxismo, como tratando de reconocer que fue consecuencia de los excesos, las frivolidades y la corrupción, de tantos años, pero que estaban dispuestos a rectificar, los priístas empezaron a pregonar que eso era cosa del pasado, que el suyo era un nuevo PRI.
Dándose “golpes de pecho”, juraban estar arrepentido de haber cometido tantos desmanes. Que atrás habían quedado el dedazo, los compadrazgos, los amigotes y los ahijados. Y muchos lo creyeron.
Pensaron, que al recuperar la Presidencia, con Enrique Peña Nieto, se notarían los cambios del nuevo PRI. Pero no fue así. Si bien es cierto que en el terreno de la macroeconomía, a nuestro país le ha ido excelentemente, en el de la microeconomía ha sido todo lo contrario. Los ricos siguen acumulando riqueza. Los pobres, casi se mueren de hambre.
En la implementación de las reformas estructurales, cuestionadas por muchos y avaladas por otros, bajo el trillado argumento de que son dolorosas, pero necesarias, los fronterizos comprobaron, que siguen a expensas de los intereses centralistas. Que a quienes gobiernan desde el centro del país, poco interesan, quienes viven en el norte. Ni en lo económico. Ni en lo político.
La lucha contra el centralismo, ha sido ardua y poco efectiva. Parecen los tiempos de la colonia, en la que el único “derecho” de los mexicanos era el de tributar a la corona española. Situación que, ingenuamente, se pensó terminaría al lograr la independencia. Ya no se tributa a un gobierno extranjero, pero como que si lo fuera. Los mexicanos, en especial los fronterizos, parecen extranjeros. Nada les consultan. Simplemente les imponen las medidas centralistas, sin importar las consecuencias.
En el terreno político, el llamado “nuevo PRI”, como antaño, sigue haciendo de las suyas. Continúa aplicando la política de los amigotes. Desde el centro del país, designan, candidatos a puestos de elección popular, lo mismo que los administrativos o partidistas, sin importar mérito alguno. Basta con que sean compadres o ahijados.
Las esperanzas de muchos bajacalifornianos, en el sentido de que el arribo del exgobernador sonorense, Manlio Fabio Beltrones, a la Presidencia del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, traería los anhelados cambios, sobre todo bajo el argumento de que se requiere, en su lucha por lograr la candidatura priísta a la Presidencia de la República, se desplomaron estrepitosamente, en días pasados.
Se desplomaron, al enterarse que para relevar en el cargo de la dirigencia estatal priísta, a la ahora diputada federal, Nancy Sánchez Arredondo, les impondrá al exdiputdo federal, Chris López Alvarado, sin consulta previa. Por el simple hecho de que es su ahijado.
La imposición, según lo que ha trascendido, se llevará a cabo el viernes de esta semana, en Mexicali. La supuesta justificación, es de que, de esa manera, no entregará la dirigencia priísta, ni a los castrotrentistas, ni a los hankistas. Además, que la presencia de su ahijado, será factor de unidad. Sin duda alguna unirá a todos los priístas bajacalifornianos, pero en su contra.
Las “caras largas” de priístas, se empezaron a observar por todas partes. Para muchos de ellos, es algo así como una derrota anunciada, para los comicios del próximo año. Temen que en el 2016, se repita la historia del 2015, en que los priístas no ganaron ni un solo distrito electoral federal.
Que ahora, no ganarán ninguna de las cinco alcaldías, ni las diputaciones locales, salvo aquellas que les correspondan como segundo lugar de votación en algunos distritos lectorales.
Como dirigente estatal del PRI, sobre todo ahora que el tema del IVA sigue siendo la principal bandera política de los panistas, sin duda alguna, Chris será el objetivo central de las campañas negras, de los partidos políticos opositores al PRI, por el papel protagónico que desempeñó, como coordinador de los legisladores priístas bajacalifornianos, durante el proceso de aprobación de la homologación del IVA.
Por si fuese poco, Chris “se ha ganado a pulso”, la animadversión de los propios priístas. Para muchos, es un soberbio. Más aún, a partir de que su padrino Manlio Fabio, ostenta la dirigencia nacional del PRI.
Para muchos de ellos, será sumamente incómodo, tener que tolerarlo, ante el temor de que cualquier expresión o actitud, de enfado o reclamo, puede entorpecer sus aspiraciones políticas. Aunque, la verdad, quizás nadie pierda la compostura. Los priístas están acostumbrados a respetar la disciplina partidista, que traducido al español, significa el tragar cochinada, sin hacer gestos.
Habrá quienes, bajo cualquier pretexto, omitan acudir este viernes a Mexicali, a la toma de posesión del sucesor de Nancy Sánchez. Si por ellos fuera, le rogarían a la ahora diputada federal, que no deje la dirigencia del priísmo. Pero ni modo, donde manda capitán, no gobierna marinero.
La otra versión, a manera de justificación, por dicha imposición, es que de esta forma, Manlio Fabio Beltrones evita el tener que asignar una candidatura a su ahijado. Prefiere propiciar la derrota del priísmo, a que lo acusen de volver a aplicar las prácticas viciadas del viejo PRI, en la asignación de candidaturas para los comicios locales del 2016. De no haberlo hecho así, lo hubiera tenido que hacer candidato a Alcalde de Tijuana. Qué salvadota, para los tijuanenses.
gil_lavenants@hotmail.com
-------------------------------------------------------
Ahora síguenos vía email, ¡Suscríbete!
* Gracias por compartir y darnos un "LIKE" en
https://www.facebook.com/rosaritotijuana.enlanoticia
Y en nuestra pagina:
http://rosaritoenlanoticia.blogspot.mx/
No hay comentarios:
Publicar un comentario