El decrepito político y fracasado empresario, Hugo Torres Chabert, considera que el grave problema de inseguridad pública que se vive en este municipio, solo afecta a su entorno y la de sus coreutas, y acostumbrado a que se haga lo que a su capricho se antoja, trata el tema con las autoridades de los órdenes de gobierno, estatal y municipal en lo oscurito.
La importancia de que la Procuraduría del estado, a través de la subprocuradora licenciada Patricia Librada Ortega Insunza, y del alcalde, Silvano Abraca Macklis, atiendan su exclusivo reclamo de que se apliquen y disminuyan los delitos en contra de su círculo familiar, de negocios y afectivo, hace del decrepito político un indicador de que en esta demarcación, loa prevención del delito y la procuración de justicia están solo a la disposición de quienes designa Hugo Torres.
Para el fracasado empresario no tiene importancia que, el resto de los integrantes de la sociedad rosaritense solo tenga que conformarse y adecuarse a las acciones que de forma magnánima, ineficiente y esporádicas, aunque eso si, con la obligatoriedad de seguir puntualmente sus impuestos, mientras que a a él y a sus marionetas les cumplan sus deseos y exigencias.
Mejor ejemplo de lo anterior, es la opacidad en que se llevo a cabo la reunión de Hugo Torres y sus zalameros, éste viernes 21, con la subprocuradora y el alcalde, en uno de los salones del vetusto hotel que se apropio y al que, por ordenes directas de Hugo Torres a la jefa de prensa del VI Ayuntamiento, Mónica García, no permitieron la presencia de los medios de comunicación.
Y, conociendo la estrecha mentalidad política del ex alcalde Torres Chabert, ha de aducir que no se pueden dar el lujo de tener a los medios de comunicación, para que no se filtren las instrucciones que les gire al alcalde y la subprocuradora de cómo se deben conducir en el combate a la delincuencia para disminuir el alza drástica en la estadísticas de criminalidad que se ha venido registrando en los últimos meses.
Que los personeros sigan las órdenes y antojos de su adalid, pero que n este insano y oscuro juego entren el alcalde Silvano Abarca y la subprocuradora de justicia, es aberrante y preocupante.
La opacidad de Hugo Torres Chabert y su Club de Tobi.
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