Son trucos, artimañas, tretas o estrategias, para hacer que algo resulte escandaloso, o bien minimizarlo, para que muchos se enteren, o por el contrario, para que no lo sepan, o abiertamente como distractor, para que algo que afecta a alguien en particular, pase desapercibido o no llame tanto la atención.
Son mediateces, o recursos mediáticos, porque se manejan a través de los medios de difusión.
El tema o asunto que se maneja, de manera mediática, a favor o en contra, generalmente no es la verdad, o se trata de una verdad a medias. Incluso hasta mentiras completas.
Ocurrió con el asunto de la inversión de valores económicos en la Bolsa de Valores Mexicanos.
Cuando está a punto de concluir su gestión –el 27 de enero del 2015- el flamante Rector de la UABC, Felipe Cuamea Velázquez, fue exihibido como pésimo administrador, cuando trascendió que tuvo la ideota –idea grandota, pues- de dedicar recursos universitarios a actividades bursátiles.
Esto, a raíz de una auditoria del Orfis, el llamado Organo Superior de Fiscalización de la Legislatura Estatal.
Era un absurdo, a partir de que el dinero de la UABC es dinero público, tanto el que recauda por cuotas de inscripción o sorteos, como el de subsidios estatales y federales. La Máxima Casa de Estudios, no es una institución privada. Aunque lo parece, porque desde hace años, la maneja un grupúsculo de “sabios” se han incrustrado ahí y hacen lo que les da la gana.
Pero eso de arriesgar en la Bolsa de Valores, dinero valioso, destinado para la educación superior, ya es el colmo. Y que lo pierdan, mucho peor.
Primero se dijo que fueron 150 millones de pesos, los invertidos. Ya descubiertos, trataron de minimizar la situación, observando que más que perder o ganar, hubo “minusvalías” y “plusvalías”.
Después, los defensores oficiosos, aseveraron que al final del 2012, no tuvieron pérdidas, sino que salieron ganando.
Cuando el Rector se sintió acorralado, de inmediato echo a andar la farsa. Esa de que estaba en peligro la autonomía universitaria. Dijo que la UABC era un botín apetitoso y que muchos lo codiciaban. Que se querían meter hasta la cocina.
Esto, fue una mentirota, que le sirvió para “calentar la gallera”. Una de las múltiples que ha hecho valer, en este trance.
Una vez logrado, al menos mediáticamente, el apoyo del Consejo Universitario, el Rector se envalentonó. Desairó a los Legisladores, que lo habían citado para que explicara la problemática universitaria.
En silencio, les hizo creer que si iría, pero en los últimos, para cumplir la cita, simplemente les dijo que no tenían facultades para exigirle cuentas.
En obvia burla hacia los diputados, unos minutos después los invitó a dialogar, preferentemente en las instalaciones universitarias. Sabía que ni de locos se atreverían a meterse a la “boca del lobo”.
Entonces, los diputados decidieron establecer una tregua. Nada se acosar, mediáticamente, al Rector. Hacerlo, implicaba el surgimiento de un serio conflicto en la UABC.
Entonces, los diputados cambiaron la jugada. Por una parte, se dedicaron a manifestar, que la fiscalización, no era ningún atentado contra la Universidad. Que esto era necesario hacerlo, en tanto que recibía recursos públicos.
Luego, aprovechando el cambio de Presidente de la Legislatura, David Ruvalcaba, los diputados enviaron a un mediador, para convencer a Cuamea, para que visitara el recinto legislativo, mediante un pacto de no agresión.
Como si nunca hubiese habido diferencias y roces entre ambas partes.
El pasado viernes, por fin se dió la visita rectoril al Congreso Estatal. Dicen que todo fue risas y apapachos. Que nadie se atrevió a mencionar el asunto de las inversiones bursátiles.
Para algunos observadores, Cuamea ganó la batalla a los legisladores. Y además los nalgueo y los ridiculizó.
Al menos mediáticamente, para los diputados, fue más importante, aparentar cordialidad entre ellos y el Rector.
La reunión, fue totalmente privada. Poco es lo que se ha dicho sobre los términos de la misma.
Sin embargo, cuando el Rector iba en veloz huída, los periodistas lo cuestionaron. Aprovechó para decir que aclararon los temas que generaron “la confrontación mediática”, que hubo entre ambas partes, días atrás.
Jactancioso, Cuamea Velázquez, advirtió que : “en estos reencuentros, nadie ha pedido perdón o disculpa alguna, porque aquí nadie gana, ni nadie pierde”.
Luego del 27 de enero del 2015, cuando ya haya abandonado la Rectoría, cuando ya no pueda cobijarse en la bandera de la autonomía universitaria, los legisladores volverán a exigir cuenta a Cuamea. Para que se le quite la maña, de apostar lo que no es suyo.
gil_lavenants@hotmail.com
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