Aparentemente preocupados, por lo que piensen los ciudadanos sobre temas relevantes, los dirigentes de los partidos políticos pretenden motivar a los electores, para que acudan a votar en los comicios del 2015, agregando a los comicios, una encuesta nacional.
En principio, les quieren hacer creer, que les preocupa saber qué piensan, aprovechando la Ley Federal de Consulta Popular, expedida apenas el pasado 14 de marzo, cuando a todos les consta que eso siempre les ha valido un cacahuate.
Lo único que evidencian, es que están preocupados, por lograr a favor de cada uno de ellos, el mayor número de votos, para alcanzar más curules y con ello posicionarse mejor para la hora de las negociaciones. Porque los legisladores, además de que votan por consigna, lo hacen conforme a negociaciones con los demás partidos político, vendiendo sus votos al mejor postor. Ese es el meollo del asunto.
El Senado de la República, se integra por 3 Senadores electos por cada entidad federativa, más los del Distrito Federal, y 32 de una lista adicional, con lo que suman en total 128. De esos, el PAN tiene 38, PRI 52, PRD 22, PT 5, PVEM 9, MC 1 y Nueva Alianza 1.
La Cámara de Diputados Federales, está integrada por 300 legisladores, electos por mayoría relativa y 200 de representación proporcional, sumando un total de 500. De estos, el PRI tiene 213, PAN 114, PRD 101, PVEM 28, MC 20, PT 14 y Nueva Alianza 10.
A mayor número de legisladores, mejores posibilidades de negociación, a la hora de la aprobación de nuevas leyes. Más prerrogativas y posiciones políticas.
Un factor más, que resalta el interés de los partidos políticos, en los posibles resultados del 2015, lo es el hecho de que buscan quedar mejor posicionados, hacia las elecciones presidenciales del 2018, cuyas negociaciones son aún más redituables. Por ello lo de las encuestas.
Cual si fuesen meras campañas publicitarias, o sea de “marketing”, los partidos políticos están planteando que los comicios del 2015, se aprovechen para realizar encuestas nacionales, respecto de temas, sobre los que han mostrado poco interés, pero que pretenden utilizar como “gancho”, para hacer creer a los electores, que si votan por sus candidatos, los temas propuestos, se harán realidad.
El PAN, identificado como una organización con inclinación empresarial, plantea que la encuesta sea sobre la posibilidad de aumentar el salario mínimo. Todos los mexicanos saben, que es urgente mejorar las condiciones económicas de los trabajadores. Pero se advierte, que el simple incremento salarial, no será benéfico para nadie, sino contraproducente. En especial, porque muchas normas jurídicas prevéen sanciones y obligaciones fiscales, en base al monto de los salarios mínimos.
Por lo tanto, aumentar el monto de los salarios mínimos del país, en las condiciones actuales, causaría estragos en la economía mexicana, y se agravarían las condiciones de vida de las familias mexicanas. Los panistas, ni lo entienden, ni lo reconocen. Su postura, es meramente populista, con fines totalmente electoreros.
La encuesta propuesta por el PAN, resulta innecesaria. Lo que se requiere es liberar de cargas fiscales a los salarios mínimos y buscar la forma de otorgar, por otras vías, estímulos económicos a los trabajadores mexicanos. Aunque en la reforma hacendaria, se les quitó la oportunidad de recibir bonificaciones, que mejoraban sustancialmente sus ingresos.
Curiosamente, esta misma propuesta la está impulsando el jefe de gobierno del Distrito Federal, Miguel Angel Mancera, evidentemente también con fines electoreros. El político defeño busca mejorar su posicionamiento político, con la esperanza de contender en las presidenciales del 2018, como abanderado del PRD, si logra desplazar a Marcelo Ebrad.
Sin embargo, la propuesta perredista, para los comicios del 2015, es sobre la reforma energética, planteando la posibilidad de darle marcha atrás, a lo que se ha logrado, a partir de la propuesta impulsada por el Presidente Enrique Peña Nieto.
En esto, coinciden con el líder de Morena, Andrés Manuel López Obrador. Juntos, pero no revueltos.
Este tema, es más complejo de lo que parece. Es sencillo entender, que la economía mexicana esta petrolizada, en tanto que el presupuesto del gobierno federal, está soportado, en gran parte, en las tributaciones de Pemex. Al abrirse el mercado energético a la inversión privada, podría tropezarse la economía nacional.
Los riesgos, van más allá del pregón de que el petróleo es de los mexicanos y que se está dejando en manos de los extranjeros.
Más que preguntar a los mexicanos si están a favor de la reforma energética de Peña Nieto, o dar marcha atrás, para dejar las cosas como estaban, es urgente proponer la creación de órganos revisores o fiscalizadores, que se encarguen de vigilar, que las operaciones del ramo sean claras y favorables para México. Son tan complejas, como todos los asuntos de la macroeconomía, que son ajenos y poco entendibles para la mayoría de los mexicanos.
La simple consulta sobre la reforma energética, es meramente populista, con fines totalmente electoreros. También, en esto, podría ser peor, el remedio, que la enfermedad.
Mención y análisis especial, merece la propuesta del PRI, consistente en reducir el número de legisladores federales, de representación proporcional, o sea aquellos adicionales a los electos por distritos electorales.
No parece tan populista, como la del salario mínimo, del PAN, o la energética, del PRD, pero también es atractiva, por el acto costo del aparato legislativo. El PRI propone se reduzcan 100 diputados y 32 senadores, que estiman permitirían un ahorro de unos 900 millones de pesos. Sin embargo, hay voces que advierten que hay truco en esto.
No cabe duda, la política sigue siendo circo, maroma y teatro, en donde los intereses de los mexicanos, salen sobrando. México, no cambiará, mientras siga sometido por la partidocracia. Que no les digan, que no les cuenten. Son simples posturas electoreras.
gil_lavenants@hotmail.com
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