Pánico, paranoia, cientos de hospitalizados, más muertos que en 2009, camas llenas en los hospitales y pacientes intubados en los pasillos de las clínicas que hace mucho se vieron rebasadas en su capacidad de atender tantos casos, es el saldo de esta agresiva cepa de influenza AH1N1 que se encuentra esparcida en Baja California, según relata la última edición del semanario Zeta.
Mientras que el gobierno federal brilla por su ausencia –nunca le ha interesado demasiado el norte, no representa demasiados votos- y se pavonea grotescamente en lugares como Davos, de manera oficial se reportan 139 posibles casos y podrían haber hasta 13 muertes, 6 más que el reporte oficial de apenas siete.
Aunque en la vecina ciudad de San Diego se reportan de manera conjunta tanto casos de influenza AH1N1 como de enfermedades agresivas con síntomas “parecidos” a la influenza, en el lado mexicano abunda el desconcierto y ya se han agotado las vacunas contra la influenza en clínicas como el ISSSTECALI, según informa el semanario local.
Un médico que ha atendido pacientes de ambas crisis, la de 2009 y la de este 204 señaló en una entrevista que “se han visto más fallecimientos que en 2009”. Por otra parte, una de mis más antiguas y confiables fuentes en el estado me ha señalado en un par de ocasiones que existen “muchos más casos de los que se reportan” de manera oficial.
La situación en los hospitales de la localidad, es dantesca: pisos repletos “de enfermos conectados a ventiladores mecánicos, medicamentos caducados (…), pacientes intubados sin los sedantes necesarios, falta de guantes y cubrebocas, pruebas de diagnósticos no confiables”. En el Hospital General de Playas de Rosarito, la situación es crítica ya que los pacientes hospitalizados por influenza “no salen hasta que fallecen”.
Esto, insisto, no es especulación, sino una investigación del semanario más prestigioso del noroeste de México. ¿Dónde están los recursos de ese robo que representó el aumento de 5% al IVA? Tengo una idea de en dónde. No aquí, por supuesto.
En los municipios de Tijuana y sobre todo en Playas de Rosarito “todo el mundo está enfermo, o conoce a alguien cercano que lo está”, según relata un funcionario quién también me reveló que ante la propagación de esta enfermedad y otras similares, de una agresividad no vista en 5 años, la paranoia y la falta de una acción decisiva de los tres niveles de gobierno han provocado un ausentismo laboral por parte de personas que no quieren infectarse de este virus que puede ser mortal.
¿Será que, como en el caso de los hechos de violencia en Michoacán, la “estrategia” de la administración peñista es aventar todo debajo de la alfombra e insistir a nivel internacional que “no pasa nada”?
Mientras que el PRIAN-Gobierno celebra la primera “alianza” estratégica de Pemex con la mafia petrolera rusa, en Baja California siguen aumentando exponencialmente las infecciones y las muertes por AH1N1. ¿Cuántos se necesitarán para decretar una emergencia sanitaria? 100, 10 mil, 100 mil muertos? ¿Influye en algo que el gobernador de esta entidad sea panista y no priísta como el presidente?
Y lo peor de todo es que las cosas van a empeorar antes de que mejoren… aunque sea un poco.
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