Tal parece que Silvano Abarca Macklis, alcalde de Palayas de Rosarito, sus acciones van en contrasentido de sus expresiones.
Durante el periodo de las campañas proselitistas, el entonces abanderado de la alianza Unidos por Baja California, integrada por el PAN, PRD, PANAL y PEBC, no se cansaba de repetir a todo aquel conciudadano que lo escuchaba y visitaba solicitándoles su sufragio, que al llegar al gobierno, gobernaría al lado de hombres y mujeres que reunieran el perfil adecuado en cada una de las aéreas donde fueran colocados.
Agregaba en aquella época de promesas y juramentos, que además, cada uno de los invitados a integrarse a su gabinete, reunirían cualidades muy especificas, como la honestidad, honradez, capacidad, eficiencia y sensibilidad social, designaciones señalaba, los haría sin amigos, compadrazgos, lazos familiares, presiones partidistas o de grupos políticos o cualquier tipo de chantaje.
Esas fueron sus palabras y promesa a los confiados y creídos rosaritenses, hoy, la realidad muestra un contrasentido de estas expresiones, el gabinete que designo, se encuentra plagado de elementos impulsados por grupos políticos, tráfico de influencias, chantajes, y la mayoría no reúnen el perfil, la capacidad, eficiencia, eficacia y la sensibilidad social prometida.
Si bien es cierto, no todos caen en ese oscuro estatus, invito a personajes que son conocidos y reconocidos por los ciudadanos, que garantizan un cumplimiento cabal de sus responsabilidades y tareas encomendadas, hecho, que es relevante porque ahora con ese gabinete empieza el futuro de Rosarito, pero sin descuidar o hacer caso omiso de lo sucedido en el pasado, se tienen que aclarar todas las irregularidades, ilegalidades, abusos y omisiones si las hubo, y por supuesto, buscar la acción punitiva contra aquellos que resulten responsables.
Pero también, se tiene que cuidar el no repetir los errores de antaño, la situación económica, financiera y de política social del gobierno municipal quedo en la letrina, tendrá Silvano que picar piedra de nueva cuenta como autoridad, para que los rosaritenses vuelvan a creer en sus gobernantes y representantes populares.
Y es por ello, que las acciones de Silvano Abarca hasta el momento con respecto a la integración de su gabinete, no van acorde a lo que prometió en campaña a sus conciudadanos, en las delegaciones municipales las nominaciones fueron producto de la presión del PANAL y el tráfico de influencias de su Secretario de Gobierno, Fernando Serrano, lo que ha generado situaciones incomodas entre los habitantes de esas demarcaciones.
En fin, es el arranque de una nueva administración, titubeante en el aspecto político interno por los roces ocurridos entre ediles y el alcalde y sus cercanos con relación a la nominación de aquellos que pasan por el sufragio del cuerpo edilicio, sin embargo, pudieron salir avante, confiemos que se encarrilen y logren una armonía política que les permita hacer un verdadero ejercicio gubernamental en beneficio de los rosaritenses.
Rosarito ya lo merece.
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