Aunque lo niega Silvano Abarca Macklis, alcalde electo de Rosarito, las designaciones de quienes los acompañaran los próximos tres años en lo que será la administración del VI Ayuntamiento de Playas de Rosarito, son producto del chantaje de los regidores electos y de los grupos de los partidos políticos integrantes de la alianza Unidos por Baja California.
Los ciudadanos de este municipio se quedaron con las ganas de que Silvano Abarca les cumpliera su principal promesa de campaña, la realizacion de un gobierno eficaz, eficiente, transparente y honesto, acompañado de hombre y mujeres íntegros y probos que garanticen esa gobernabilidad.
Hay que recordar que Silvano Abarca contendió en el pasado proceso electoral local abanderando la causa de la alianza Unidos por Baja California, conformada por el PAN, PANAL, PRD y PEBEC, y que por esa coalición, le correspondió al PANAL designar al candidato a la alcaldía rosaritense.
Sin embargo, ante la paupérrima capacidad política del PANAL y de su nula militancia con capital político entre la comunidad, optaron por ofrecer al militante mejor posesionado y aceptado entre los rosaritenses, perteneciente a su coaligado el PAN, Silvano Abarca Macklis, quien obviamente les garantizo el triunfo.
Por ello, el partido de los mentores siente que deben de tener el control y la mayoría de las carteras del gobierno local, estólidamente creen, que ellos hicieron ganar a Silvano Abarca, y es natural que eso lo den como un hecho, su exigua visión y conocimiento político los lleva a divagar en ese aspecto, pero la realidad no se puede negar, Abarca Macklis no ocupaba de los maestros, él les dio lo que es casi imposible vuelvan a tener, una alcaldía.
A lo anterior, se suma la malsana ambición de los ediles electos, tanto los de voto directo como los de representación proporcional, quienes a través del chantaje electivo, por aquello del proceso de votación para las designaciones que por reglamento tienen que pasar por cabildo del Secretario de Gobierno, Director de la policía, Tesorero y delegados municipales.
Tal es la situación que se manejo en torno a la designación de Fernando Serrano como Secretario de Gobierno, que para obtener a su favor el sufragio de los ediles Silvano Abarca padeció los embates chantajistas de los regidores, condicionando su sufragio relación a favor de Fernando Serrano, a cambio de meter a la nomina gubernamental a sus parejas, familiares, amigos, ex colaboradores y lo que resulte.
Asimismo, los líderes de los partidos políticos en coalición y grupos de poder panistas, exigieron su cuota laboral para colocar a sus recomendados, hijos, amantes, aviadores, lo importante es succionar la ubre gubernamental, con la base en que Rosarito es tan noble que puede aguantar otros tres años de rapiña, y ellos quieren ser beneficiarios del saqueo de lo que quedo.
Estas designaciones mostraron el verdadero rostro de Silvano Abarca, engaño a sus conciudadanos, no les cumplió la promesa de colocar a elementos con capacidad y el perfil adecuado a cada una de las áreas en las que se desarrollarían.
Nombres como Juan Gabriel Esquivel, Carlos Peraza, Luis Franco Galarza, Jesús Armando Esquivel Amaro, Arnoldo Olivarría, son un ejemplo de la falta de temple y firmeza de Silvano Abarca para aguantar y rechazar las presiones y chantajes de sus hoy verdugos.
Y como en todo, existen sus excepciones, tuvo la lucidez de nominar a personas conocidas por su capacidad, alta responsabilidad y probidad.
Finalmente, al ser cuestionado Silvano Abarca por Tribuna Pública, respecto a estas presiones y chantajes, el alcalde electo solo atino responder, ´´que si fue un error, en 100 días lo corregiría¨.
Por lo pronto y mientras el tiempo transcurre, Silvano Abarca, le falló a los rosaritenses.
Más de lo mismo.
En algunas áreas van a la rapiña.
Al tiempo.
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