Aunque se advierte que a los políticos no se les aniquila a periodicazos –“ni que fueran moscas”, dicen algunos- nadie puede negar que al menos se les ataranta.
El martes 16 de agosto de 2011, el columnista comentaba, a propósito de este tema, que cuando el internet era solamente una mera posibilidad, o un sueño casi irrealizable, una teoría, el periodismo impreso “rifaba”. La ciudadanía leía poco, igual o menos que ahora, pero los pocos que leían, estaban al pendiente de lo que publicaban los periódicos. Sobre todo, buscaban cuáles eran las noticias de primera plana. La nota de “ocho columnas”.
Cuidado de aquel político –decía- que resultara involucrado en alguna de las notas principales de primera plana, de determinado periódico. Señalaba que el prestigio de dicho político, la fama o carrera, se echaba por la borda, o al drenaje. Que claro, de inmediato trataban de hacer aclaraciones, o pretendían desvirtuar lo publicado, con la intención de disminuir el efecto negativo producido, observaba el columnista.
Subrayaba que, a ese tipo de publicaciones, popular o vulgarmente se les conocían como “periodicazos”. Sobre todo cuando se evidenciaba que había claras intenciones de dañar a determinado personaje. Enfatizaba que los había que, por mero cinismo, o simplemente porque desestimaban el efecto del periodismo impreso, aparentaban indiferencia ante lo publicado e incluso hacían como que ni siquiera se habían enterado o no habían tenido oportunidad de leer la nota que les refería, que les exhibía y que les afectaba.
El origen o motivo del comentario, fue que entonces, aparecieron, durante varios días, en periódicos impresos, notas de las llamadas “a 8 columnas”, pretendiendo evidenciar al Alcalde Carlos Bustamante Anchondo, como un pésimo administrador.
Una de esas notas, había sido publicada en primera plana, con el título : “Bustamante DUPLICO LA DEUDA”, y en la parte superior del título principal, el llamado “cintillo” : “Es un fracaso el refinanciamiento”. Remataba con un sumario : “Tijuanenses pagarán ahora 6 mil 167 mdp, en vez de 3 mil 910 mdp”.
En los últimos días, a menos de dos semanas de concluir la gestión del Alcalde Bustamante, de nueva cuenta, las presuntas fallas o deficiencias financieras del ayuntamiento local, han dado lugar a periodicazos similares a los de 2011.
Las mismas, no son motivo de hallazgo alguno, el tema de los quebrantos financieros de los cinco ayuntamientos de Baja California, no solo del de Tijuana, no representan ninguna novedad. Si acaso, son un pésimo presagio para las nuevas administraciones que iniciarán el 1 de diciembre próximo.
Los cinco ayuntamientos, requerirán de empréstitos, para cubrir los compromisos de fin de año. Básicamente salarios y aguinaldos de sus trabajadores. Para los nuevos, la llamada “cuesta de enero”, les costará enormes esfuerzos, además de dinero.
Lo preocupante es que, quienes están por concluir, ante la serie de periodicazos que reciben, además de que se molestan, tratan de justificar las precarias condiciones financieras de sus administraciones, cavando más hondo, el hoyo en que se encuentran. Ese es el caso del XX Ayuntamiento de Tijuana.
Sin atribuir a alguien en particular, la autoría de un manifiesto aclaratorio, sino al propio Ayuntamiento, en los principales medios impresos apareció un texto, con el propósito de contrarrestar los efectos de los periodicazos, señalando que “Las finanzas del gobierno de Tijuana son estables”.
Algo así como cuando el ahora exgobernador José Guadalupe Osuna Millán, reiterado por y sus colaboradores, decía que la deuda que heredaba a su sucesor, Kiko Vega, de algo así como 14 mil millones de pesos, era manejable, en base a lo cual se atrevía a asegurar que las finanzas del gobierno estatal, eran sanas.
Nadie puede presumir sanidad, en sus finanzas, cuando los bolsillos, o sea las arcas de gobierno, están vacías y además en el fondo tienen un enorme hoyanco. Las cuentas por pagar, aunque estén programadas para ser cubiertas a plazos futuros, se tienen que pagar los montos de las mismas, más los intereses que generen.
Dicen, en el citado manifiesto, que pretendió frenar los periodicazos de los últimos días, que : “Es falso que el 20 Ayuntamiento de Tijuana se encuentra en “crisis financiera” y con ello comprometa de manera negativa a la próxima administración. Estas afirmaciones carecen de sustento y sólo se sostienen en la intención de desacreditar el trabajo realizado por la actual administración”.
Y explica, a manera de justificación, que : “La deuda pública municipal recibida por el 20 Ayuntamiento, se compone de la siguiente forma : 588.1 Millones de Pesos generados en el 17 y 18 Ayuntamientos. En el 19 Ayuntamiento se incrementó en 1,498 MDP. (deuda del PIRE) es decir un total de 2,086 MDP, lo que representa un 255% más de endeudamiento en una sola administración”.
Luego señalan el proceso de refinanciamiento de la deuda, más los pasivos registrados y no registrados y se presumen altos niveles de calificación crediticia. Simples malabares de palabras, que en nada alivian la crisis financiera, ni eluden los periodicazos.
No cabe duda de que, para obligarlos a rectificar y que dejen de ser simples administradores de deuda pública, los alcaldes, al menos lo de Tijuana, los periodicazos deben ser sustituidos por avisos permanentes, advirtiéndoles que su prioridad es cubrir los adeudos, para que la hacienda municipal realmente sea sana. Ya basta de simulaciones. Negar lo innegable, es absurdo.
gil_lavenants@hotmail.com
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