lunes, 5 de agosto de 2013

Palco de Prensa: Persiste el capricho

Por Gilberto Lavenant
Dicen que después de la tempestad, viene la calma. Para los tijuanenses, esto va a ser todo lo contrario. Después de la tempestad que generó el proceso electoral, con “campañas negras” y fuego cruzado a base de todo tipo de acusaciones, en los próximos días se iniciará otra en torno a un tema que parecía ya olvidado : La llamada Plaza del Capricho.


No obstante las múltiples observaciones y opiniones técnicas de profesionales en materia urbanística y desarrollo urbano, el gobierno estatal en días pasados anunció que a mediados del presente mes de agosto se iniciará la construcción de la primera obra, que consistirá en un multiforo, que estará ubicado en la explanada del Centro de Gobierno del Estado, el que tendrá un costo de 30 millones de pesos.

Los promotores de este proyecto, que denominan Plaza 11 de Julio, pero que la voz popular conoce como “La Plaza del Capricho”, trabajan en dos frentes. Por una parte lo oficial, el gobierno, anunciando el inicio de las obras. Por la otra, los directivos del Patronato, reuniéndose con grupos sociales, hablándo de las “bondades”.

El gobernador panista, José Guadalupe Osuna Millán, no entiende que muchos tijuanenses rechazan este proyecto, por múltiples razones. Pero ya es ampliamente sabido, los políticos en campaña, son una cosa. En el cargo, son otra totalmente distinta. Atentos y correctos en la contienda electoral, en la búsqueda del cargo. Soberbios, prepotentes, ciegos y sordos, en la función pública.

Ya se ha dicho hasta el hartazgo, que el proyecto puede resultar fabuloso, pero no el sitio donde se le pretende ubicar. La pretensión es construirlo, entre los dos edificios de gobierno, el municipal y estatal, precisamente donde se localiza una de las pocas zonas arboladas de la ciudad, el Parque Benito Juárez. Ya se imaginan lo que habrá de ocurrir.

El más modesto de los urbanistas, sabe y les puede advertir, que ya no hay espacios disponibles, en esa área, para sembrar o incrustrar, un proyecto como el de la llamada Plaza del Capricho. A quienes se oponen, no les han podido convencer de que no se dañará la zona arbolada y que no se trata de un negocio de particulares.

Lo ideal sería que se le ubicara en la tercer etapa de la canalización del Río Tijuana, o ahí en el crucero del Río Alamar, donde se están construyendo nuevas vialidades. Pero no donde por mero capricho quieren meterla “con calzador”.

En días pasados, el Arq. Ricardo Cisneros, quien dice ser director del proyecto arquitectónico, en una reunión con un grupo político, hizo una exposición respecto a las “maravillas” del mencionado Zócalo. Cuando lo cuestionaron sobre el destino del Parque Benito Juárez, dijo que es falso que se vaya a quitar esa área verde, pero reconoció que van a moverse algunos árboles de su lugar, para plantarlos en otros puntos, o bien que talarán algunos que “ya están muy viejos”. A otros con ese cuento.

¿Cuántos y cuáles árboles, pretenden mover ?

¿Cuántos y cuáles árboles habrán de talar, que dizque por estar viejos, están en peligro de caer ?

¿Tienen ya los permisos oficiales para mover y talar árboles?

¿Por qué no tomaron en cuenta, las opiniones técnicas de quienes se oponen a este proyecto?

¿Por qué el capricho de realizarlo, contra viento y marea?

Pero si la afectación a la zona arbolada, es grave, los trastornos a la circulación vial que se ocasionarán con estas obras, no son menos peor.

Los tijuanenses ya han experimentado, en múltiples ocasiones, las dificultades que se ocasionan cuando grupos de ciudadanos acuden al Palacio Municipal, a manifestar sus inconformidades por acciones u omisiones de las autoridades locales. Situaciones que se agravan, cuando los accesos al edificio se cierran, dizque por motivos de seguridad.

Ya han visto lo que pasa, cuando los transportistas, táxis, calafias o autobuses, toman la zona en protesta o incluso en manifestaciones de apoyo político. La circulación hacia la garita internacional, en especial por la llamada vía rápida, es casi imposible.

Pues ahora agreguen al escenario, excavadoras haciendo perforaciones para construir cimentaciones, camiones de carga retirando escombros o acercando materiales de construcción. Enormes grúas trasladando viguetas o colocándolas. Nada justifica el capricho.

Sobre todo, cuando los gobiernos afrontan serias crisis financieras. Es como cuando las familias de condición económica modesta, gastan hasta lo que no tienen, para celebrar los 15 años de alguna de sus hijas.

Tengan por seguro que cuando se intente dar el arranque de las obras, surgirán por doquier las manifestaciones de protesta, que también serán un factor adicional que hará aún más grave la situación.

Pero tal parece que a nadie interesa lo que afecte y trastorne a los tijuanenses. Los intereses personales del propio gobernador panista Osuna Millán y los integrantes del supuesto Patronato que promueve la Plaza del Capricho, son lo único que cuenta. Aún no inicia la administración estatal, donde, supuestamente, la gente habrá de mandar.

P.D. El columnista citó a Paraguay, en lugar de Uruguay, el país que está en proceso de legalizar el uso de mariguana, al comparar la diferencia con México. Disculpas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario