Por Miguel Rojas Salazar
En las postrimerías del último semestre Osunista y quizá Panista (¿?) el estado 29 que ha sido por casi 25 años de hegemonía blanquiazul, empieza a ser desmantelado. Osuna empieza el fatidico latrocinio sexenal, a llenarse de dinero las maletas un porcentaje para él, otro para el partido, y el mínimo irrisorio, para sus “socios”, cómplices y protegidos, sucursalitas de cajas chicas.
La ruta troncal, el oneroso gasto en materia de salud y la verificación vehicular son tres industrias recaudatorias de beneficencia política, lucradas desde la administración pública.
Las concesiones de transporte público, otorgadas de manera unilateral a empresas trasnacionales ventilan el éxodo de capitales sustraídos desde el poder por un lado, el partidismo sobre el constitucionalismo por el otro.
En otras entidades de México, ya se estaría exigiendo un juicio político o una seria investigación que en Baja California se “negocia” por sistema, igual que la macro deuda del Estado a burócratas del ISSSTE no arribo mas allá de una manifestación en 2012, la de los lideres transportistas se desdibujo y silencio fehacientemente.
La ruta troncal en Tijuana como necesidad sobre la anómala infraestructura vial y la flota de transporte en pésimo estado, fue usufructuada por el gobernante Osuna Millán, otra de las facetas lucrativas de su gobierno estimadas en más de 2.5 mil millones de pesos, en este momento “bajo congelamiento” en calidad de valores entendidos.
Otra auditoria pendiente contra Osuna Millán, es el negocio redondo que significo crear la verificación vehicular decretada en los albores del 2013.
La medida a todas luces recaudatoria, provee al gobierno de BC de 350 millones de pesos anuales y beneficio a 14 empresas privadas, que salpicaron fuertes tajadas para licitaciones amafiadas, entre ellas la del polémico millonario Jorge Kahwagi.
Igual, El sistema de salud, adquirió en opacidad millonarias sumas por “importación de vacunas” estadounidense entre 2009 y 2012, cuando hubo brotes de influenza AH1N1
El gasto global federal fue de 2 mil 600 millones de pesos, en Baja California se destinaron 360 millones de ese paquete “universal” que hubiera menguado significativamente si se pone atención en la ciencia médica a la que antes de proveer se improvisa por “becas” otro de los argumentos políticos que entrega el Gobierno con erario.
Las formas y usos que empleo el gobierno Osunista en BC para atender la crisis sanitaria para impedir la pandemia, fue un efecto del Calderonismo político jugando al héroe como defensor social, para lograr ingresos lejos de la transparencia.
Osuna MIllan fue el que mas, como gobierno Panista entrego “donativos” al teletón sanitario, recolector de un millonario dispendio, en el clímax de la salud de los Mexicanos atentada por el fovismo inducido “políticamente” Osuna MIllan, endeudo el estado por más de 5.5 millones de pesos, pasando charola a la Iniciativa privada, aporto dineros “huecos” aprovechados coyunturalmente por Osuna Millán, imitando recaudaciones negras del gobierno federal. La entrega se coordinó con las entidades federativas, los diferentes hospitales públicos y el sistema de seguridad social.
Al final, la fiscalización contra el estado era una utopía, aunque contrastaba que IMSS e ISSTE habían utilizado sus propios recursos para enfrentar el cerco sanitario “decretado” por el gobierno Calderonista.
El sector salud adquirió 30 millones 215 mil dosis, de las cuales 20 millones 215 mil fueron compradas a los laboratorios Sanofi Pasteur por un monto superior a mil 300 millones de pesos, y los restantes 10 millones de dosis a los laboratorios Glaxo Smithkline por unos 750 millones de pesos. En total, alrededor de 2 mil 500 millones de pesos en vacunas.
La falta de transparencia se mantuvo en cuanto a los contratos. Pese a que en su respuesta la Ssa identifica los números de contratos AV-0328/2009, AV-0335/2009 y AV-0338/2010, declaró no tenerlos en sus archivos, por lo que el contenido de éstos supuestamente no existía.
Es decir que la Ssa gastó 2 mil 500 millones de pesos en vacunas, pero oficialmente no existe documento que compruebe que fue así.
la influenza se convirtió en una Industria del fraude, un enorme negocio trasnacional que Calderón y algunos gobiernos como el de Osuna Millán utilizaron para fines lucrativos propios, sellando archivos.
Osuna Millán dejara el estado de Baja California en los 3 primeros lugares como el peor en casos de obesidad infantil, sida, AHINI y drogadicción juvenil.
Paradójicamente se destinan 60 millones anuales para el sida, 360 millones fueron a la “licuadora” de aportaciones para el AH1N1 y la drogadicción juvenil recibe de iniciativa privada solo 50 mil pesos mensuales.
El cuarenta por ciento los niños en Tijuana sufren de sobre peso. Con la cifra esta frontera se posiciona en el primer lugar no sólo en México, si no en todo el mundo como la ciudad con mayor sobre peso infantil, reporto en su momento el Director de Salud Jorge Ángel Bórquez Pesqueira.
El titular de la Secretaria de Salud a nivel Estado José Guadalupe Bustamante Moreno junto a Mirna Cecilia Rincón Vargas, directora del Seguro Popular, enfrentan serias denuncias por corrupción y si no salen por otro cargo político, que proteja sus expedientes, podrían enfrentar serios cargos.
Bustamante Moreno ha sido señalado por tráfico de órganos en BC, con pruebas irrefutables, erigió un Hospital privado en Ensenada, donde habría desvío de recursos y tráfico de influencias y Mirna Rincón, frustrada candidata del “gober” a alcaldesa de Rosarito a donde le “fincaron residencia”.
Mirna Rincón da “patada y mordida” del presupuesto federal, pues en abasto y surtido de medicinas vende a laboratorios la “concesión” , una red de corrupción descubierta, igual que paga a medios publicidad del erario e incluye a asistente y empleados a su servicio en esas facturas, además de utilizar equipo de médicos y enfermería del Hospital general pagando solo un salario de seguro popular y quedándose con el ingreso nominal del nosocomio que desmantelo.
Merced a esta “transacción” En Tijuana ya no hay Hospital general, el seguro popular lo “absorbió” literalmente lucrando subrepticiamente.
Hasta hoy le han fallado al gobernador, pero a la sociedad que es lo más importante más.
Jope Guadalupe Osuna Millán, el 5 gobernador en fila Panista en BC, sus predecesores: (1989 – 1995): Ernesto Ruffo Appel (PAN)(1995 – 1998): Héctor Terán Terán (PAN)(1998 – 2001): Alejandro González Alcocer (PAN)(2001 – 2007): Eugenio Elorduy Walther (PAN), fueron uno a uno como el “blindados”, la codependencia lograba sistemáticamente “maquillar” o “proteger” al sucesor.
Frente al último semestre Osuna Millán, ya empieza a hacer las maletas, su cargamento es de peso, no propiamente de ropa, enseres o menaje, atascado, de dinero…
AL SILENCIO…La caja recaudatoria intocable sigue siendo la CESPT, ultra defendida contra la Municipalización.
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