Por Gilberto Lavenant
Es una expresión popular, bastante común, para dar a entender u observar, que algo ya está listo o preparado. Que acaso, solamente falta el anuncio oficial. “Este arroz ya se coció”, diría la cocinera con toda autoridad, como anunciando la proximidad de la comida. Y cuando alguien expresa esto, es porque, al igual que la cocinera, sabe lo que está diciendo.
A mediados de junio del 2012, a solamente dos semanas de los comicios presidenciales, el expresidente panista Vicente Fox, utilizó esta frase popular para advertir que ya era inminente que el mexiquense Enrique Peña Nieto sería Presidente de México.
El vaquero político, teniendo como base la publicación de las encuestas en las que Peña Nieto aparecía como el candidato puntero, por encima del candidato de las izquierdas, Andrés Manuel López Obrador, dijo a los periodistas : “Yo creo en las encuestas… este arroz ya se coció”.
Se encontraba en el Centro Fox, en el Estado de Guanajuato, donde concedió una conferencia de prensa. En especial, se refería entonces a la encuesta del diario Reforma, que ubicaba a Peña Nieto 12 puntos arriba de López Obrador.
Expresiones como esa, le generaron acusaciones de traidor. Fox disfrutaba el impacto que esto provocaba entre los panistas, incluso en el Presidente Felipe Calderón. Al final, con los resultados de los comicios, se acreditó que tenía razón, que “el arroz ya estaba cocido”.
Esta semana, un político bajacaliforniano, radicado en el Distrito Federal, refiriéndose al proceso de selección del candidato priísta a la Gubernatura de Baja California, en diálogo con el columnista, por vía telefónica, categórico, como lo hizo Fox en junio del 2012, dijo : “Este arroz ya se coció”.
No quizo soltar más. Simplemente comentó que durante los primeros días de este mes, los bajacalifornianos aspirantes a la gubernatura, desfilaron por las oficinas de César Camacho Quiróz, Presidente del CEN del PRI, para mostrar sus “cartas credenciales”.
Señaló que la transformación observada en los aspirantes, fue sumamente expresiva. Todos entraron seguros de ser los elegidos. Cuando salieron, unos se retiraron desconsolados, otros tratando de ocultar su frustración con una leve sonrisa y hubo quienes “soltaron chispas”.
Sólo uno de ellos salió como si fuese caminando entre nubes. Como si estuviese levitando. No obstante la discreción, se le notaba la emoción. Se le reflejaba en el rostro. La identidad se mantiene en reserva, pues en un par de semanas el propio César Camacho vendrá a Baja California, para dar a conocer “la decisión de la base priísta”.
A todos se les pidió regresar a esta entidad, sin incurrir en ninguna indiscreción. Que se reintegraran, en espera de que se revele la identidad de quien será el abanderado priísta a la gubernatura. Las entrevistas fueron individuales, así es que nadie se enteró de lo que el líder priísta dijo a cada uno de ellos.
Confirmó que luego de Navidad, y antes de la llegada del 2013, personas cercanas al primer círculo del Presidente Peña Nieto, estuvieron en Baja California, indagando, dialogando, reuniendo antecedentes y constancias sobre las condiciones políticas prevalecientes en la entidad. El expediente que integraron, fue voluminoso, indicó.
El político no ocultó la preocupación e interés que se tiene, por la resolución que habrá de darse en torno a la selección del candidato priísta a la gubernatura. Dijo que será “salomónica”. De tal forma que, de favorecer a alguno de los dos bandos priístas visibles, el que encabeza el diputado federal Fernando Castro Trenti, por un lado, y el empresario de las casas de apuestas, Jorge Hank Rhon, por el otro, no se ocasione una seria ruptura en el priísmo.
La intención es que todos queden conformes. Por eso el propósito es hacer un reparto equitativo de candidaturas, incluyendo delegaciones federales en la entidad. Todos habrán de comprometerse con el proyecto de gobierno del Presidente Peña Nieto. Quien se resista o se oponga a las instrucciones que habran de dárseles, se deberá atener a las consecuencias.
En especial, el PRI pretende recuperar la gubernatura de Baja California, luego de estar durante 24 años en manos del PAN. Se sabe, dijo el político, que puede haber derrotas electorales en algunas posiciones, pero el objetivo primordial es recuperar la gubernatura.
Así como el PAN, o lo que queda de éste, realizará los máximos esfuerzos para retener la gubernatura e incluso el lograr otras posiciones, como lo serían las alcaldías de Tijuana y Mexicali, el PRI, hará hasta lo imposible por recuperar la gubernatura.
Para los priístas. La mayor preocupación no la representan los rivales políticos, sino los propios priístas. Irónico sería que perdieran la oportunidad de recuperar la gubernatura de Baja California, por no superar las diferencias que existen entre ellos.
Siguen prevaleciendo dos bandos visibles en el priísmo bajacaliforniano. Por un lado, el bando del diputado federal Fernando Castro Trenti. Por el otro, el integrado por el empresario de las casas de apuestas, Jorge Hank Rhon, los alcaldes de Tijuana, Ensenada y Mexicali, Carlos Bustamante Anchondo, Enrique Pelayo Torres y Francisco Pérez Tejada, respectivamente, así como Humberto Lepe Lepe y Eduardo Martínez Palomera.
Es cuestión de días. Antes de que concluya el mes de enero deberán definir las diversas precandidaturas. En base a esto, determinarán las alianzas. Está contemplado, en el terreno priísta, designar responsables para la coordinación de campañas. Sólo faltan algunos detalles. La decisión será “salomónica”. Sólo se adelanta que : “este arroz, ya se coció”.
gil_lavenants@hotmail.com
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