Por Gilberto Lavenant
En todos los partidos políticos, y en cada proceso electoral, hay individuos que son considerados como candidatos naturales a determinado puesto de elección popular. Son los más conocidos, los que más se han promovido o los que ya lo han intentado en varias ocasiones, al grado de que propios y extraños dicen que “ya lo merecen”, o “ya les toca”.
El caso es que las candidaturas son meramente circunstanciales. En muchos casos ocurre que los llamados “candidatos naturales”, se quedan con las ganas y otros son postulados, por cuestiones especiales, dejando a los “naturales”, como dicen por ahí que dejan a las novias de rancho : “vestidos y alborotados”.
En camino hacia el proceso electoral del 2013 en la entidad, muchos panistas veían como su candidato natural, al exalcalde y exdiputado federal Francisco vega de la Madrid. Dicen que es el que tiene mayor carisma, que es popular y que además ésta sería la tercera ocasión en que lo intentara. Que ya le toca.
Pero ahí tienen, que cuando hacen la encuesta para determinar el posicionamiento de cada uno de los 7 aspirantes, Vega de la Madrid aparece en segundo lugar, luego del exalcalde Héctor Osuna Jaime, que no tiene nada de carismático, es hosco y poco popular.
En el PRI, con al menos 7 aspirantes, hay quienes consideran a Fernando Castro Trenti, como el candidato natural a la gubernatura estatal. Es sumamente activo, lo fue siendo Senador y ahora como Diputado Federal, es sumamente hábil en el terreno político, al grado de que ha logrado que el PT y el PES se pronuncien a su favor, lo mismo que la Central Campesina Independiente.
Ante las críticas de que Castro Trenti casi es el dueño de la estructura priísta en la entidad, así como de la mayoría en el poder legislativo estatal, sus defensores destacan que el legislador federal es quien sacó adelante al partido tricolor, en los peores tiempos políticos, cuando nadie daba, ni un cinco, por el tricolor.
El aludido, por su parte, ha decidido presionar a su partido, exhibiendo apoyos, priístas y no priístas, como para no dejar dudas de que es el aspirante que les garantiza el triunfo electoral en el 2013 como candidato a la gubernatura estatal. Sobre todo, cuando hay quienes lo consideran como el “candidato natural” del PRI.
Sin embargo, contra todo lo que digan, muchos de los llamados “candidatos naturales”, tanto en el PRI, como en los demás partidos políticos, se quedan “planchados” en el camino hacia un proceso electoral que les parece favorable. Incluso, ha ocurrido que al observar que no son favorecidos, buscan refugio en otros partidos.
Reporte Indigo, en febrero del 2011, a propósito de los comicios del Estado de Guerrero, celebrados un mes antes, en los que el candidato tricolor a la gubernatura estatal, perdió por 14 puntos, antes el candidato del PRD, PT, Convergencia y PAN, publicó un interesante reportaje que tituló con el siguiente cuestionamiento : ¿Quién derrota al PRI?
Señalaba entonces, que la elección de Guerrero confirmaba que si otros partidos quieren ganarle al tricolor, sólo hay que ponerle enfrente a un expriísta. El exgobernador tricolor y Senador con licencia Ángel Aguirre derrotó a su primo, el también priísta, Manuel Añorve.
Observaba que aunque parecía que el partido tricolor fue derrotado en Guerrero, la verdad era que en esa y otras elecciones, quienes han triunfado, representan a otros partidos y otros colores, pero tienen el sello inconfundible del Partido Revolucionario Institucional.
Incluso advertía que después de las experiencias vividas en Guerrero, Sinaloa, Oaxaca y Puebla, casi todos, incluidos los priístas, están convencidos de que las alianzas entre el PRD y el PAN han demostrado su eficacia. Por cierto, en Baja California, hacia los comicios del 2013, persiste la posibilidad de una alianza entre PAN y PRD.
En mayo del presente año, el periódico capitalino Excelsior, publicó un interesante reportaje, en el que observaba que en el afán de ganar elecciones a toda costa, los partidos políticos ya no muestran rubor al intercambiar candidatos. Sin importar ideologías, ni proyectos, los aspirantes lo mismo se afilian al PRI, que se van al Panal; se enemistan con el PAN y brincan al PT; son expulsados del PRD y luego adoptados por el Verde Ecologista.
Hacia hincapié en que al analizar la transmutación de candidatos en nueve estados de la República, descubrió que al menos 50 personajes que entonces competían por un cargo de elección popular con los colores de un partido, lo habían hecho antes bajo las siglas de oponentes.
Pero sin duda alguna el mayor número de transferencia de políticos, de un partido a otro, en el caso de los priístas, se dió durante los dos sexenios de gobiernos federales panistas, cuando el PRI se quedó sin mando máximo y las dirigencias nacionales carecían de la fuerza o contundencia que tuvieron durante 70 años de gobiernos tricolores.
Ante el caso de que el diputado federal Fernando Castro Trenti, no fuese postulado como candidato priísta a la gubernatura estatal en los comicios del 2013, sería irónico que buscara la postulación en algún otro partido, porque, aunque ganara, significaría una derrota, al enfrentar al Presidente Enrique Peña Nieto, quien logró el retorno del PRI a Los Pinos.
Si fuese un juego de chamacos, podría decirse que Castro Trenti trae bastantes canicas en la bolsa, como para ganar la candidatura y luego los comicios por la gubernatura. Sin embargo, requiere conciliar con los demás priístas. Sobre todo lograr la anuencia del Presidente de México, máximo dirigente del priísmo. En el bando contrario, dentro del PRI, también tienen bastantes canicas. Hank Rhon, Bustamante, Pelayo Torres, Martínez Palomera, Lepe Lepe, etc. No basta ser candidato natural.
gil_lavenants@hotmail.com
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