Por Gilberto Lavenant
Pocos saben que los seguidores de Andrés Manuel López Obrador, en Baja California, están operando para transformar su agrupación Morena, en partido político, con miras a las elecciones presidenciales del 2018.
En esta entidad, el coordinador de los lopezobradoristas, lo es el empresario Jaime Bonilla Valdez, de recién ingreso a la política, ostentando el cargo de Diputado Federal, precisamente gracias a sus relaciones con “el peje”.
Precisamente este sábado 29 de septiembre, se llevarán a cabo varias reuniones distritales, mediante las que, se dice, decidirán si continúan adelante la integración del nuevo partido político que llevaría a su creador y líder moral, por tercera ocasión, a buscar la Presidencia de la República.
El día de ayer, el columnista recibió un mensaje, supuestamente suscrito por la priísta Rosa Elena Mares Cossio, quien fue designada como responsable del Congreso del Quinto Distrito. En dicho comunicado, explica más o menos la mecánica del evento.
Por ejemplo, que se pretende que el quórum sea integrado con la mitad más uno, de un total de 395 personas, dentro de las cuales deberán incluirse a 199 de la estructura electoral que participó en la pasada campaña, 100 miembros de Morena, A.C. y 99 de la sociedad civil, que participen con dicho proyecto.
Se indica que luego de llevar a cabo la votación para decidir si Morena se convierte en partido, o no, elegirán a 10 delegados que con la representación del quinto distrito participarán en las convenciones estatal y nacional.
Se hace la observación de que quienes pertenezcan a algún partido político, no podrán ser delegados estatales o nacionales, a menos que demuestren haber renunciado a su partido.
Es interesante ver la participación de esta mujer, Rosa Elena Mares Cossio, priísta de muchos años, en esta aventura política. El caso puede ser considero como un ejemplo de los vaivenes de la política. Mejor dicho, de lo camaleónico de los políticos. Al menos de aquellos que cambian de color, de camiseta o chaqueta, según las circunstancias.
Y habrá quienes digan que el aventurarse con Morena, está más o menos justificado. Quizo competir por la candidatura priísta al Senado, pero los dirigentes locales y enviados del CEN del PRI, le hicieron el fuchi.
Lo narran las crónicas periodísticas. Rosa Elena se quejó amargamente, de que ni siquiera la incluyeron en la lista de aspirantes a senadores. Ella decía ser la “aspirante número 18”, cuando que la lista apenas llegó a 17.
También se quejó amargamente de que cuando se llevó a cabo el registro de los aspirantes al Senado, hubo fiesta en las instalaciones del partido tricolor. Priístas y dirigentes hicieron actos de presencia, en especial cuando se trató del registro de doña Maria Elvia Amaya de Hank. Que cuando ella se presentó, la dejaron sola y ni siquiera le querían recibir sus constancias.
Al final, la dejaron fuera. Bueno, no sólo a ella, sino a otros 15 de la larga lista de aspirantes. El domingo 22 de enero del presente año, fueron registrados como candidatos priístas al Senado, Eligio Valencia Roque y Nancy Sánchez Arredondo.
Dos observaciones se hicieron en las crónicas periodísticas. Una, que los seguidores de doña María Elvia Amaya de Hank, conservaron hasta el último momento la esperanza de que la esposa del empresario de las casas de juego fuera registrada como candidata, pero ella rechazó tal posibilidad, pues le ofrecían la fórmula 2, la correspondiente al valle de Mexicali, pues la fórmula 1, la de la zona costa, ya la habían comprometido al dirigente estatal de la CTM.
La otra observación, fue de que doña Rosa Elena Mares Cossio, llegó ese día, minutos después de las 15:00 horas, a presentar sus documentos para registrarse como candidata priísta al Senado, pero que el órgano auxiliar de procesos internos del PRI, la rechazó, por no reunir determinados requisitos.
Y no crean que ante tal desdén, se dió por vencida. La priísta promovió Juicio Para la Protección de los Derechos Políticos-Electorales del Ciudadano, ante la Sala Regional del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la federación, con sede en Guadalajara, registrado bajo expediente SG-JDC-2042/2012, señalando como autoridad responsable a la Comisión Nacional de Justicia Partidaria del PRI.
Al final de cuentas, lo único que logró en dicho proceso jurídico-electoral, fue que se ordenara a la citada comisión interna del Partido Revolucionario Institucional, que se le aceptara su solicitud de registro, pero fue rechazada, porque supuestamente no acreditó 3 de los requisitos exigidos para ello.
Por lo tanto, es evidente que el desdén, rechazo y marginación, ocasionaron humillación, despecho y frustración en doña Rosa Elena, quien no dudó mucho en echar por la borda su militancia y trayectoria partidista, para ahora iniciar carrera política en las izquierdas.
Tal vez le ayudó un tanto a tomar esa decisión, al ver que dos novatos de la política, con nulos antecedentes en esos menesteres, Jaime Bonilla Valdez y Marco Antonio Blázquez Salinas, cobijados bajo la sombra del lopezobradorismo, ahora despachan en el Congreso de la Unión, el primero como Diputado Federal y el otro como Senador.
Sin embargo, Bonilla y Blázquez, se sacaron la lotería. Pocos en la entidad creyeron en el proyecto de López Obrador y ellos se “sacrificaron” y fueron los ganones. Desplazaron a muchos que toda su vida han militado en las izquierdas. Probablemente nadie le ha dicho a la señora Mares Cossio, que el 2018, está lejos y muy lejanas las posibilidades de AMLO.
gil_lavenants@hotmail.com
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