Por Gilberto Lavenant
Una de las facetas poco reconocidas del Gobernador panista, José Guadalupe Osuna Millán, es la de coleccionista. Muchos suelen reunir o adquirir cosas antiguas, objetos un tanto raros o extravagantes, estampillas postales, monedas, pinturas o documentos antiguos.
Osuna Millán “colecciona” individuos de dudosa reputación. Extraño o insólito, pero así es. Habrá quienes digan que sabedor de que la política es como una rueda de la fortuna, de esas de los juegos mecánicos que se instalan en las ferias de pueblo, y que a veces se está arriba, y a veces abajo, acostumbra cobijar bajo su “manto protector”, a aquellos individuos que en la función pública no salieron muy bien librados, que digamos, para que eludan responsabilidades. Está demostrado que “le vale gorro” lo que se diga de ellos. No obstante los señalamientos en su contra, los asigna a puestos claves de su administración, en donde cualquier intento de fincarles responsabilidades, es tanto como declararse enemigo del Jefe del Ejecutivo Estatal. Hay al menos 3 casos, que son más notorios que otros. Porque sin duda alguna seguramente habrá muchos más. Se trata de Julián Leyzaola, exSecretario de Seguridad Pública Municipal de Tijuana, Jorge Eduardo Montero, exSecretario de Seguridad Pública Municipal de Playas de Rosarito y Donaldo Eduardo Peñaloza Avila, exPresidente Municipal de Tecate. En el caso de Leyzaola, contra quien la Comisión Nacional de los Derechos Humanos emitió recomendación por privación ilegal de la libertad y tortura en contra de elementos de seguridad pública a su cargo, siendo titular de la Secretaria de Seguridad Pública Municipal, hechos estos ocurridos allá por marzo del 2009, solicitando su cese como funcionario policiaco, Osuna Millán lo “rescató” y lo designó Subsecretario de Seguridad Pública Estatal. Se dice que no duró mucho en el puesto, porque Leyzaola quería ser el titular de dicha Secretaría a cargo de Daniel de la Rosa, y no simple subalterno, por lo que decidió renunciar y trasladarse a Chihuahua, donde le ofrecían chamba similar a la que ostentaba en Tijuana. Cuentan que allá también ha “hecho de las suyas” y ya no hallan qué hacer con él. Al salir de Baja California, dejó vacante la Subsecretaria de Seguridad Pública, posición que Osuna Millán aprovechó para ubicar al militar retirado, Jorge Eduardo Montero, para “rescatarlo”, pues siendo Secretario de Seguriad Pública Municipal de Playas de Rosarito, “se le calentó la plaza”. El crímen organizado sentó sus reales en el jóven municipio, al grado de que los rosaritense ya pedían su cabeza. Recientemente, su sucesor en el cargo, el Lic. Francisco Castro Trenti, lo acusó de actos de corrupción, ante la Sindicatura del Ayuntamiento, luego de percatarse de que en los tiempos del Alcalde Hugo Torres, cuando Montero era Director de Seguridad Pública Municipal, pedía cuotas de “cooperación” a los policías auxiliares, de cuyos ingresos no se rendía cuentas a la autoridad municipal. No obstante el escándalo que se armó con esto, Montero sigue en el cargo de Subsecretario de Seguridad Pública Estatal. Obviamente bajo la protección del Gobernador Osuna Millán. El tercer caso es el del exAlcalde de Tecate, Donaldo Eduardo Peñalosa Avila, cuya administración en el período 2007-2010, y actualmente ocupa el cargo de Subsecretario de Infraestructura de la Secretaria de Desarrollo Social del Estado, o sea, disfruta de la protección del Gobernador José Guadalupe Millán, a quien ahora podríamos identificar como “El coleccionista”. El jueves 23 de agosto del año en curso, el Síndico Municipal de Tecate, Noé Basilio Montiel, presentó denuncia ante el Ministerio Público del Fuero Común, por la comisión de delitos tales como abuso de autoridad, coalición de servidores públicos, peculado, negociaciones ilícitas y lo que resulte, en la que aparecen como presuntos responsables, el exAlcalde Donaldo Eduardo Peñaloza Avila, la exOficial Mayor Edna Silvia Moreno Romero, la exjefa de Recursos Materiales Sandra Orozco Hernández, el entonces Director de Bomberos Felipe Villalobos y el exJefe de Control Presupuestal Fernando Cárdenas, todos ellos siendo funcionarios del XIX Ayuntamiento de Tecate. También resultan involucrados algunos particulares y empresas mercantiles que aparecen como supuestos proveedores, tales como AMMEX, representada por Luis Cháidez León, CPS, representada por José Ignacio Iván Licea Angulo y Rivera Motors, representada por Gustavo Rivera de la Torre. Conforme a la denuncia, resulta que la ciudad de Gilroy, California, donó 2 vehículos para bomberos y 8 vehículos, al Ayuntamiento de Tecate, entonces presidido por Peñaloza Avila, precisándose las características de identificación tales como números de motor y serie de los vehículos. Para ello, Gilroy aportó 15 mil dólares y el Ayuntamiento tecatense otra cantidad similar. Sin embargo, al revisar el Padrón Vehicular de la cuenta pública del 2009, del gobierno municipal, se encontraron diferencias entre la información asentada en acta de Sesión de Cabildo en la que se trató este asunto y lo que realmente se llevó a cabo. Las diferencias consisten en que de las 10 unidades donadas, sólo se integraron 5 al patrimonio municipal y las otras 5, fueron facturadas por las empresas señaladas en la denuncia penal como involucradas, como si el gobierno municipal se las hubiese comprado en una cantidad superior a los 508 mil pesos. No se sabe que la Procuraduría de Justicia haya avanzado algo en torno a dicha denuncia, aunque sobra decir que el exAlcalde Peñaloza Avila, ni suda ni se acongoja, pues sigue cobrando como funcionario estatal. Seguramente el Gobernador Osuna Millán, como si se tratase de una simple travesura infantil, ha de haber dicho : ¡Estos pillines! gil_lavenants@hotmail.com
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