Por Gilberto Lavenant
Los productores de bebidas, tanto embriagantes como refrescantes, principalmente, ante el rechazo a estas, por los posibles daños que pudiesen causar en la salud de quienes las ingieren, decidieron producir otras, más suaves o menos severas o agresivas. Las identifican bajo la expresión “ligth”, como diciendo que son, pero no tanto, o que se parecen a las ya comúnes en el mercado, pero más leves.
En materia de alimentos, los “ligth”, son aquellos libres de grasas. Los que dizque no engordan a quienes los consumen. Sin embargo, hay tragones compulsivos, que alivian un tanto sus culpas, comiendo solamente alimentos “ligth”, aunque les resulte peor, pues duplican o triplican la dosis. Al cabo que no engordan, supuestamente.
Pues resulta que en política, también hay políticos “ligth”, o sea aquellos que son menos nocivos o agresivos que los tradicionales. Que hacen daño, pero no tanto. Que simplemente tienen presencia. Nada más.
Son casi como el agua, en cuanto a sus características físicas : incoloros, inodoros insípidos. Incoloros, porque no tienen un color preciso, fijo o definido. Lo mismo son azules, que amarillos o tricolores. Son inodoros, no manifiestan ningún olor y en especial son insípidos, o sea no tienen sabor. Son faltos de gracia, de espíritu, de coraje.
Por citar un ejemplo –y conste, solo como un ejemplo, pues no es el único- es el caso del empresario Gastón Luken Garza, quien este día concluye su gestión como diputado federal, cobijado bajo la sombra del PAN y quien esta semana, al rendir su tercer informe de actividades, se “autodestapó” como aspirante a la gubernatura de Baja California.
Gastón –y no se trata de meterse en su vida privada, pero la referencia es válida- es yerno del Arq. Enrique Luna Herrera, priísta de “hueso colorado”, del equipo de colaboradores del exgobernador Xicoténcatl Leyva Mortera, viejo priísta, identificado estrechamente con Andrés Manuel López Obrador.
Wikipedia nos cuenta que Gastón es Licenciado en Administración de Empresas, egresado del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, de donde es nativo, habiendo ingresado a la política y a la administración pública en 1997, cuando Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, líder moral de las izquierdas, siendo Jefe de Gobierno del Distrito Federal, lo designa Contralor General.
Permaneció en el cargo hasta 1999, para convertirse en asesor del Gobierno del Distrito Federal. Entonces, las izquierdas no pintaban en Baja California, porque de estar en las condiciones actuales, una simple “carta de recomendación” del hijo del Tata Lázaro, hubiese sido suficiente para lograr una postulación en esta entidad.
De ahí se vino a Baja California, a ocupar la Presidencia del Instituto Electoral, para luego retornar al Distrito Federal para desempeñarse como Consejero General del Instituto Federal Electoral, del 2000 al 2003, encabezando la comisión del Registro Federal Electoral. Curiosa o coincidentemente, en el 2000 fue cuando el PAN arrebató al PRI la Presidencia de México.
Seguramente Gastón dejó una magnífica impresión entre los panistas, pues seis años después, en la elección federal del 2009, lo postulan –dicen que fue una imposición de la dirigencia nacional- como candidato a Diputado Federal por el quinto distrito de Tijuana.
No era panista –ni aún lo es, o cuando menos carece de afiliación al blanquiazul- por lo que fue postulado como candidato ciudadano. El pasado miércoles, al rendir su tercero y último informe de actividades, aprovechó la ocasión para externar sus aspiraciones por la gubernatura bajacaliforniana, obviamente de nueva cuenta bajo la sombra del PAN, y seguramente tratando de repetir la condición de candidato ciudadano.
“Quiero poner –dicen que dijo- la experiencia que he adquirido al servicio de Baja California. Por eso, de frente a los ciudadanos, de frente al partido, quiero manifestar mi deseo de ser candidato a la gubernatura de Baja California. Quiero hacer política de sentido común, de manos limpias, con la gente”.
Presumiendo su trabajo legislativo, señaló que promovió 50 iniciativas de ley y trajo a Baja California 284 millones de pesos, adicionales a los establecidos en el presupuesto federal, para obras de infraestructura, instalaciones culturales y deportivas, medio ambiente, salud, desarrollo social y educación.
Y entonces, seguramente alguien preguntará el por qué referirlo como ejemplo de los “políticos ligth”, o sea aquellos que son menos nocivos o agresivos que los tradicionales. Que hacen daño, pero no tanto. Que simplemente tienen presencia. Nada más. Bueno, pues pregunten a Gastón, entre otras cosas, lo siguiente :
¿Dónde estabas, cuando Felipe Calderón determinó restringir la importación de autos usados, ocasionando el cierre de innumerables fuentes de empleo y dañando severamente a la economía de Baja California?
¿Dónde estabas, cuando Felipe Calderón determinó establecer el Siave en la frontera, dizque para frenar la internación de armas al territorio mexicano, en cuyos propósitos ha fracasado, pero que ha afectado severamente la economía de la región fronteriza?
¿Dónde estabas, cuando Felipe Calderón determinó restringir el manejo de los dólares?
Sobre todo, ¿Qué hiciste para evitar, frenar o contrarrestar las medidas centralistas calderonistas?
Se pueden plantear mucho más cuestionamientos, pero esos bastan para que entiendan qué es un “político ligth”. Son menos nocivos que los tradicionales. Hacen daño, pero no tanto.
gil_lavenants@hotmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario