Por Gilberto Lavenant
Las alianzas entre los partidos políticos, son como cuando los chamacos, luego de que alguno de ellos es vapuleado, le advierte al vencedor que lo buscará luego, cuando junte a sus amigos y, ya en bola, buscará la revancha.
En la pasada contienda presidencial, a nivel nacional, y salvo prueba en contrario, ganó el PRI, quedando el PRD en segundo lugar y en tercero el PAN. En el 2013 habrá elecciones en Baja California, para elegir al gobernador de la entidad, para el período 2013-2019. Los priístas confían en ganarle la gubernatura a los panistas. Lo único pendiente de ganarles. Aunque aún no han digerido la congoja de la derrota electoral, panistas y perredistas han anunciado la posibilidad de aliarse, para enfrentar a los priístas, en un intento por no permitir que se queden con la gubernatura. La propuesta surgió luego de hacer “cuentas alegres”. Sumaron sus respectivos votos, los que recibieron sus candidatos presidenciales, y observaron que juntos, son muchos más que los obtenidos por el PRI y sus posibles aliados. Obviamente, pasan por alto que en el 2013, no participarán ni Peña Nieto, ni Andrés Manuel, ni Josefina. En Baja California, en las elecciones presidenciales, el PAN obtuvo 343 mil 418 votos, o sea el 27.18% del total y el PRD logró 239 mil 995 votos, o sea el 18.99%. Juntando ambas cantidades, suman 583 mil 413 votos, o sea el 46.17% de la votación total. Son muchos más que los obtenidos por el PRI y el PVEM, que fueron 497 mil 987 votos, o sea el 37.03%. Ni sumados los obtenidos por el Panal, que fueron 35 mil 229 votos, o sea 2.79%, les permitirían alcanzarlos, pues apenas serían 533 mil 216, o sea el 39.82 %. La desventaja sería de 50 mil 197 votos, o sea el 6.35% del total. La diferencia sería mayor, si se consideran los votos obtenidos en forma directa por el PT y el MC, así como los obtenidos por los tres partidos de izquierda en alianza, que juntos con los obtenidos por el PRD y PAN en forma directa, suman 737 mil 284 votos, o sea el 58.34% de la votación total. Entonces sí el PRI y sus aliados, PVEM y Panal, serían avasallados. Sólo que los votos contabilizados, para hacer tales cotejos, fueron emitidos en Baja California a favor de Enrique Peña Nieto, Andrés Manuel López Obrador y Josefina Vázquez Mota, quienes no aparecerán en las boletas de elector de los comicios del 2013 en la entidad. Ellos no serán candidatos a gobernador. Por ello es que cometerían un serio error, los dirigentes de los diversos partidos políticos, si pretenden negociar posibles alianzas para los comicios del 2013 en la entidad, en base a los resultados de los votos obtenidos por sus respectivos candidatos presidenciales en Baja California. Serían meras suposiciones ilusorias. La política no es un juego de cánicas, en el que gana quien tenga más. Tal vez les sirva al PAN y al PRD, como una medida meramente mediática, el mencionar la posibilidad de ir juntos en los comicios locales, aunque resulta un tanto absurdo, si los resultados presidenciales todavía no son definitivos. Ni en cantidad de votos, ni en número de posiciones en el Congreso de la Unión. Para empezar, los partidos de izquierda, en la entidad, están más que pulverizados. Carecen de estructuras visibles. Los dirigentes, son totalmente desconocidos. Son pocos los nombres de individuos valiosos en las filas de las izquierdas en Baja California y casi nadie se atreve a dar la cara, porque en cuanto la muestran, les tiran de todas partes. Las pugnas entre ellos, son prácticamente institucionales. Algo común y corriente. Los panistas, por su parte, tampoco son una opción válida para establecer alianzas con ellos. No logran reponerse de las derrotas electorales y son muchos los aspirantes a la gubernatura. Hablar de unidad, entre ellos, es un mero absurdo. Ya aprendieron a que, aunque en apariencia hay cordialidad entre ellos, por debajo del agua se dan hasta con la cubeta. Nadie es capaz de trabajar por el partido, si saben que con eso le ayudarán a sus rivales. Así es que hablar de alianzas en Baja California, para los comicios del 2013, al menos entre las izquierdas y la derecha, es algo casi imposible de lograr. Ni siquiera para tratar de evitar que el PRI retorne a la gubernatura estatal. Podrían influir bastante, los nombres de los candidatos a la gubernatura, sus capacidades, experiencias e imágenes. En caso de que efectivamente el priísta Peña Nieto llegue a ser Presidente de la República, las acciones de gobierno durante los primeros meses, si realmente cumple sus compromisos, podría influir en las campañas locales. La postura que continue asumiendo Andrés Manuel López Obrador y sus afines, como el movimiento #YoSoy132, después del 1 de diciembre próximo, y los efectos de éstos a nivel nacional. Definitivamente, no serán las mismas condiciones en los comicios locales, que en los presidenciales. Al menos la “guerra sucia”, será con menor intensidad. Aunque faltan varios meses para el arranque formal del proceso electoral local, lo cierto es que en cada partido político se están moviendo para lograr ventajas, no solo entre ellos, sino en relación con sus posibles rivales de las demás organizaciones partidistas. La mayoría de los políticos responden a la sentencia aquella de que : “Camarón que se duerme, se lo lleva la corriente”. Lo de las posibles alianzas, sólo es para destantear al enemigo. gil_lavenants@hotmail.com
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