Por Alfredo Calva
Religiosamente cada año, el 22 de agosto, se celebra el día del Bombero, y cada año, en las ceremonias que las autoridades municipales llevan a efecto para reconocer a los tragahumo como se les conoce, se escuchan los mismos discursos plagados de las mismas admiraciones, falacias e hipócritas intenciones por parte de los gobiernos municipales por dotarlos del equipo y enseres necesarios para que lleven a cabo su loable tarea en beneficio de la sociedad.
Las autoridades piensan que los integrantes de los cuerpos heroicos de bomberos en cada ciudad, cuando menos en éste país no tienen memoria, dan como un hecho que, el humo y gases que aspiran en cada evento en el que participan evitando aún a costa de su propia integridad física daños materiales y humanos, que les provoca amnesia colectiva y por lo tanto, son sujetos en cada anualidad de escuchar y creer las promesas de mejoría en los conceptos salarial, de prestaciones sociales y sobre todo, del avituallamiento al que están obligados los gobiernos. Este año no podía ser la excepción en Tijuana y Playas de Rosarito, el resto de los municipios de la entidad dudo que hayan sido la excepción, los integrantes de los cuerpos de bomberos fueron testigos de nueva cuanta de esta política gubernamental de doble cara y discurso, las promesas de cumplir con la obligación de equiparlos para garantizar en lo máximo posible su seguridad y puedan hacer de la mejor forma su trabajo no faltaron, solo que, al igual que en los años anteriores, fueron solo promesas. Solo hay que recordar al bombero Gregorio Gómez Torres, perteneciente al municipio de Tijuana, quien el pasado siete del presente mes, sufrió graves quemaduras que lo mantuvieron al borde de la muerte, al momento en el que participaba en el sofocamiento de un incendio en Playas de Tijuana, y que por la negligencia del alcalde Carlos Bustamante Anchondo, al no autorizar los gastos para su atención adecuada estuvo a punto de perder la vida. Para el primer edil tijuanense, es más importante entregar 15 millones de pesos al equipo de futbol propiedad del empresario Jorge Hank Rhon, bajo el pretexto de la promoción turística del municipio, que cubrir los gastos que se requieren para cubrir la atención medica de su Capitán de bomberos Gregorio Gómez Torres. Y lo peor del asunto es que, la situación y postura de los gobiernos no cambiara, la mentalidad de los gobernantes con relación a este tema es de omisión, la razón, simple, no les deja votos ni capital político, y lo principal, ellos no se juegan la vida. Así que, vaya desde esta humilde columneja, mi más sincera felicitación a todos los bomberos que sin escatimar esfuerzos y sacrificios, cumplen a cabalidad y ponen el ¨fua¨ en cada acción que emprenden cada ocasión que salen a servir a sus conciudadanos sobre todo, sin olvidar que la sociedad en su conjunto se suma a esta congratulación. No hay que perder la fe.
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