Palco de Prensa: Las casas del engaño

Por Gilberto Lavenant
La empresa inmobiliaria Urbi, se ostenta como una de las más exitosas desarrolladoras de vivienda en el país. Presume que ha construido más de 400 mil, en 37 ciudades de la República Mexicana. Dos de sus principales socios, son Cuauhtémoc y Netzahualcóyotl, Pérez Román. Este último, dicen, se cobija bajo la sombra del candidato priísta Enrique Peña Nieto, para ser postulado a la gubernatura de Baja California en el 2013.








Durante una de las primeras manifestaciones estudiantiles, en la capital del país, por el movimiento #Yo soy 132, se observó una enorme manta, en la que aparecían los rostros de los hermanos Pérez Román y el de Peña Nieto, en señal de repudio por fraudes con viviendas. Es obvio que no todo lo han hecho bien, ni mucho menos con sentido social, como presumen.







En Tijuana, se ha puesto al descubierto, la forma no muy honesta como los hermanos Pérez Román hacen sus negocios. Ese es el caso de los condominios Villas de El Alcazar, en la zona de La Presa Rodriguez. En febrero del 2001, Urbi, a través de una de sus filiales, Cyd Desarrollos Urbanos, S.A. de C.V., adquirió un enorme predio, donde construyó aproximádamente 700 viviendas, bajo régimen en condominio.







Seis años después, aparece un tercero, Luis Carrillo Sánchez, quien dice ser propietario donde se ubican las Villas del Alcazar y reclama judicialmente la nulidad de la Escritura Pública de adquisición de Urbi, así como aquellas mediante las cuales vendió a terceros dichas viviendas. A partir de entonces, los adquirientes, viven angustiados de ser lanzados a la calle. El asunto está radicado en el Juzgado Octavo de lo Civil, en Tijuana, bajo expediente 750/2007.







Carrillo Sánchez, exhibe documentos con los que afirma ser propietario de las Parcelas 50 y 51 del Distrito de Riego Número 12 de La Mesa y además señala que quien le vendió el predio mayor a Urbi, Rafael Pérez Ramos, lo “adquirió en propiedad”, mediante juicio de prescripción, falsificando un contrato de compraventa que supuestamente celebró en 1968 con Guadalupe García, propietario original del predio en el que se asienta el poblado de La Presa Rodríguez, cuando que dicha persona falleció 16 años antes de la celebración de dicho acto jurídico.







Por su ligereza y falta de ética para hacer negocios, Urbi, por conducto de sus directivos, poco les importó la ilícita procedencia de los supuestos derechos de propiedad de quien le enajenó el predio mayor en el que desarrolló Villas del Alcazar. Aproximádamente 700 viviendas, vendidas a un precio de 262 mil pesos, cada una, la mayoría financiadas mediante créditos otorgados por Infonavit.







El asunto es más grave de lo que parece. Urbi, que legalmente está obligada a resolver el problema en el que metió a las personas a quienes les vendió las viviendas construídas en predio ajeno, de inmediato puso a trabajar a sus abogados. Obviamente no para resolver el problema y darle certidumbre a los adquirientes. De ninguna manera. Para que Urbi se “lave las manos”.







Los abogados de Urbi, evidentemente atendiendo instrucciones de sus patrones, se dedicaron a elaborar las contestaciones a la demanda de Carrillo Sánchez. Cualquiera diría que esto es correcto, pues Urbi fue quien metió en problemas a los adquirientes y lo menos que debe de hacer es auxiliarlos a hacer frente al reclamo judicial.







Pero los abogados de Urbi, al redactar las contestaciones de los adquirientes, omitieron solicitar al juez que se mandara llamar a Urbi, la patrona de los abogados, para que respondiera del saneamiento, para el caso de evicción. Esto, en español, significa que en caso de que los adquirientes quedaran en la calle, en base al reclamo judicial del presunto propietaripo del predio en que se ubican las viviendas de Villas del Alcazar, Urbi está obligada a cubrirles el costo de las viviendas. La omisión, que no fue un simple descuido, sino un acto deliberado, fue con la intención de que Urbi eluda sus responsabilidades.







Y no solo eso. Toda vez que las viviendas las adquirieron en el 2002, siendo compradores de buena fé, los adquirientes, al contestar las demandas, pudieron hacer valer en su favor el fenómeno jurídico de la prescripción adquisitiva, mediante una reconvención o contrademanda. En los escritos de contestación, se hace mención de dicha figura, pero no exhiben las constancias básicas requeridas para ello, como lo son plano de la vivienda y certificado de inscripción relativo a la partida registral bajo la cual obra inscrito a nombre de Carrillo Sánchez el predio mayor en el que se ubica Villas del Alcazar. Los escritos de contestación, no salvan los derechos de los adquirientes. Por el contrario, los vulneran. Los abogados simplemente les dieron “atole con el dedo”.







Y aún hay más. Los abogados de Urbi, atendiendo las instrucciones de proteger a la inmobiliaria, y no a los adquirientes de viviendas, siendo parte codemandada, está “auxiliando” a Carrillo Sánchez, ayudándole a notificar a todos los adquirientes, con lo que los obliga a comparecer al juicio. Los que no lo hacen dentro del término legal previsto para ello, prácticamente serán vencidos, procesalmente hablando.







Para que se den una idea de lo enorme de este asunto, consta de unos 14 volúmenes y dada la cantidad de codemandados, en condiciones normales demoraría unos 5 años o más. Con la “ayuda” de los abogados de Urbi, a favor del reclamante, el tiempo podría reducirse.







Los adquirientes de viviendas de Villas de El Alcazar, están desesperados y sumamente molestos. No entienden la razón por la que Urbi, en lugar de resolverles el problema en el que los ha metido, busca cómo librarse de responsabilidades.







Ya se preparan para en los próximos días acudir a todas las instancias y a hacer pública la seria problemática que afrontan, por la adquisición de “las casas del engaño”. Situaciones como ésta no abonan para nada a las apiraciones de Netzahualcóyotl Pérez Roman, el presunto tercero en discordia para la gubernatura de Baja California, por parte del PRI. Pronto será uno de los personajes más conocidos en la entidad, pero por casos como el de Villas de El Alcazar.



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