Por Gilberto Lavenant
Auque ya lo han dicho varios actores políticos, más que todo como una forma de descalificarlo, diciéndole mesiánico, alucinado, desquiciado, el candidato presidencial de las izquierdas, Andrés Manuel López Obrador, es un efermo mental.
Esto, según diagnóstico psiquiátrico, cuya autoría se adjudica, presúntamente, al prestigiado médico de Tijuana, Dr. Hermilo Fernández.
El tabasqueño tiene un trastorno de la personalidad, que quizás no fuera tan grave si se tratara de un ciudadano común y corriente. En su caso es sumamente grave, pues aspira a ser Presidente de México. El día de ayer el columnista recibió el texto de este Diagnóstico Psiquiátrico, en el que se señalan las características del mal que aqueja a Andrés Manuel, y obviamente los riesgos.
“…Ante recientes acontecimientos en el ámbito político, un grupo de colegas, profesionales de la salud mental, nos hemos visto motivados a la reflexión y estudio de las conductas de algunos personajes públicos. Lo que más nos llama la atención es la actitud y las reacciones del candidato de las izquierdas, así como de sus seguidores, incluyendo su esposa”, se señala de entrada.
Refiere que : “…Desde hace tiempo se ha calificado a AMLO como un megalómano, o como un demagogo, mesiánico, etc.”, pero observa que esto a nivel de chisme o de chiste. Que no se ha configurado un diagnóstico, una descripción que lo encuadre dentro de una categoría patológica.
“Sin embargo –advierte- lo que le hemos visto últimamente, sus reacciones ante las críticas de Javier Sicilia y luego al descubrirse las solicitudes monetarias por 6 millones de dólares por su operador principal, un extranjero indeseable, a cambio de algunos acuerdos misteriosos, nos ayudan a clarificar el cuadro clínico”.
Explica que las características de personalidad mencionadas, quedan en un plano secundario ante lo central, que expone el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, con validez mundial. Asevera que según el consenso a que han llegado, pueden avanzar el diagnóstico de Trastorno Narcisista de la Personalidad.
Aclara que los trastornos de la personalidad son categorías relativamente recientes, infravaloradas y escasamente aplicadas. Que esto puede explicar que la personalidad de AMLO haya sido poco y mal estudiada, tachándolo de loco, “lo cual es un craso error clínico”, aclara.
Respecto al trastorno que padece López Obrador, refiere que : “…La característica esencial es un patrón general de grandiosidad y necesidad de admiración. Los sujetos con este trastorno tienen un sentido grandioso de autoimportancia. Pueden asumir el que otros otorguen un valor exagerado a sus actos y sorprenderse cuando no reciben las alabanzas que esperan y que creen merecer. A menudo están preocupados por fantasías de éxito ilimitado, poder y brillantez. Creen que son superiores, especiales o únicos y esperan que los demás los reconozcan como tales”.
Insiste en que : “…Los sujetos con este trastorno, demandan una admiración excesiva y les preocupa mucho cómo son vistos por los demás. Quieren recibir constantemente halagos, manipulando y desplegando un gran encanto. Esperan que su llegada sea recibida con un toque de fanfarrias. Con frecuencia usurpan posiciones que creen merecer por ser tan especiales y únicos”. Como aquello del Presidente Legítimo, por ejemplo.
Abunda que : “…Las críticas obsesionan a estos sujetos y los hacen sentir degradados y vacíos. Pueden contraatacar con desdén y rabia. Por otra parte, los períodos persistentes de grandiosidad pueden ir asociados a un estado de ánimo maníaco o hipomaniáco”.
Lo grave es que advierte que “…En el caso especial de AMLO, el trastorno central que identificamos tiene algunos añadidos : algo de paranoia (la obsesión por los “complós”) mesianismo y mitomanía”. Rasgos estos que han sido evidentes, de ahí las acusaciones en tal sentido.
Y eso no es todo, en este Diagnóstico Psiquiátrico, se hace hincapié en que : “…Lo más preocupante es que este trastorno, con los otros componentes, es muy contagioso, aunque no en su cariz activo, sino en quienes se identifican con él en forma pasiva. Puede atraer a grandes cantidades de individuos quienes renuncian a su pensamiento crítico y hasta la autocrítica, masas que se sienten en posesión de la verdad y omnipotentes, llegando a la violencia verbal, física y en algunos casos hasta la destrucción”.
Concluye observando que : “…Aunque estos extremos se ven más en los fanáticos religiosos, como en Guayana y Waco, Texas, cuando se llega al fanatismo político (y los jóvenes son especialmente proclives ) puede ser peor. Recordemos a las juventudes nazis”.
El narcisismo, es un trastorno de la personalidad, que implica desórdenes dramáticos, emocionales, o erráticos. Presenta un patrón general de grandiosidad, en la imaginación o en el comportamiento, una necesidad de admiración y una falta de empatía, que empiezan al principio de la edad adulta. El narcisista tiene un grandioso sentido de autoimportancia, por ejemplo, exagera los logros y capacidades, espera ser reconocido como superior, sin unos logros proporcionados.
Así mismo, el narcista está preocupado por fantasías de éxito ilimitado, poder, brillantez, belleza o amor imaginarios. Cree que es "especial" y único y que sólo puede ser comprendido por, o sólo puede relacionarse con otras personas, o instituciones, que son especiales o de alto status. Exige una admiración excesiva. Es muy pretensioso, por ejemplo, expectativas irrazonables de recibir un trato de favor especial o de que se cumplan automáticamente sus expectativas. Presenta comportamientos o actitudes arrogantes o soberbios. Siendo justos, debería de llamarse “Narciso” López Obrador. Cualquier parecido, es mera coincidencia.
gil_lavenants@hotmail.com
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