Por Gilberto Lavenant
En México, y seguramente en muchas partes del mundo, se pretende solucionar los problemas que se afrontan, con un decreto. Es el caso de la problemática educativa. Los legisladores federales acaban de aprobar reformas legales, para extender a ocho horas las jornada diaria escolar.
Piensan, ingenuamente, que con esto se acabará la deserción escolar, la mala calidad educativa, la vagancia de los menores cuando no están en las aulas y el lograr mejor preparación para el trabajo. El sistema educativo, a nivel nacional, tiene más agujeros que un balde roto. No tiene capacidad para atender la demanda educativa en todos los niveles. Faltan edificios escolares. En cada edificio, operan dos escuelas, una en el turno matutino y otra en el vespertino. De manera frecuente, prácticamente en forma sistemática, se inventan reformas educativas, se inventan nuevas formas y actitudes para impartir clases y todo se vuelve un desastre. El sistema que se aplica actualmente, dizque a base de evidencias, en la que los maestros fungen –o fingen- como meros cordinadores y los alumnos deben investigar, buscar la verdad por sí mismos, ha incrementado los índices de deserción. Agreguen a eso las medidas restrictivas de la SEP. Cualquier plaza vacante, se suspende. Los recursos para mantenimiento, mejora y ampliación de infraestructura escolar, son nulos. Ahora, los diputados locales están proponiendo sancionar penalmente la exigencia de cuotas escolares. No habrán de pasar muchos años, para que sea notorio el deterioro de edificios e instalaciones. Pero pensando en aquello de que todo tiempo pasado fue mejor, los legisladores mexicanos, recordando que en sus tiempos de niñez recibían clases el día completo, propusieron y aprobaron el extender a ocho horas diarias, la jornada escolar. El jueves pasado, 26 de abril, con 354 votos a favor, los diputados federales aprobaron reformas para que el horario de tiempo completo en primaria y secundaria, tenga una cobertura nacional. El decreto que modifica la denominación de la Sección 3 del Capítulo IV y adiciona el Artículo 53 Bis a la Ley General de Educación, tiene la finalidad de formalizar una política educativa integral, homogénea y con cobertura nacional. Esto, a fin de establecer un nuevo modelo pedagógico que desarrolle habilidades y conocimientos básicos, además de aquellos con un carácter científico, humanista, innovador y crítico, según dicen. De igual forma, consideran primordial que la jornada extendida de ocho horas se institucionalice en la legislación nacional, para que se le pueda dar viabilidad, cobertura nacional y de forma permanente al Programa Nacional de Escuelas de Tiempo Completo. Se dice que coforme a los datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, la jornada ampliada beneficiaría a los 21.6 millones de niños, entre cuatro y 14 años de edad. Se pretende que la implementación de la jornada educativa ampliada, sustituya los tiempos de permanencia en la calle o frente al televisor y permita compensar insuficiencias en los estímulos culturales que ofrece el hogar. Dicho en otras palabras, se pretende convertir a las escuelas en centro de custodia de los menores. Para que no vaguen en las calles o para que no pasen horas frente al televisor o computadora, con programación perversa o inútil. Pero no basta el decreto para cambiar las cosas. La educación en jornada ampliada, requiere la reasignación del gasto público, ya que el impacto presupuestario para su implementación en educación básica sería de 36 mil 275 millones de pesos, según el Centro de Estudios las Finanzas Públicas. Dicha cantidad, se dice, podría implementarse paulatinamente en el transcurso de seis años. Total, lo que sobra al gobierno mexicano, es dinero. Se argumenta que el modelo actual, que tiene un horario de cuatro horas y media de trabajo en promedio, ha sido insuficiente para lograr una cobertura universal, generar un estado de equidad de oportunidades, incrementar la productividad, reducir la pobreza de la ciudadanía y tampoco crea habilidades para trascender en un mundo globalizado. Señalan que las deficiencias del modelo actual, así como la falta de estrategias para mejorar el aprovechamiento y acciones que incentiven la permanencia académica, provocan la persistencia en la deserción escolar, lo cual demuestra la necesidad de replantear la política educativa en México, según el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación. Establecer el horario ampliado, o lo que le llaman escuelas de tiempo completo, no es tan simple como parece. En la mayoría de los edificios escolares operan dos escuelas, una en el turno matutino y otra en el vespertino, y ni así pueden cubrir la demanda total de la población escolar. Aún muchos niños quedan sin escuela en cada ciclo escolar. Si en cada edificio, operan dos planteles, se requiere construir un edificio más, para cada escuela que será desplazada con las jornadas de ocho horas. Los maestros, que cubren turnos de 4 horas y media, definitivamente no estarán dispuestos a laborar más tiempo por el mismo salario. Por lo tanto, o se les aumenta el sueldo, al doble, o se contratan maestros para que cubran la segunda parte de cada jornada. Mantener a los estudiantes el doble de la jornada actual, obligará a proporcionarles alimentos, o a darles una cantidad de dinero para que los adquieran. Quizás los padres estén felices, cuando ya no tengan que preocuparse por sus hijos, que estarán bajo custodia en las escuelas. Ya no habrá necesidad de ayudarles a hacer tareas, pues ni tiempo tendrán para ello. Los niños y jovencitos llegarán a casa simplemente a descansar o a dormir. Los diputados federales, con un simple decreto solucionaron todo esto. Como quien recurre a remedios caseros para curar males mayores. Pero no son tan sencillas las cosas. Aunque se advierte que tardarán varios años para aplicar este programa de escuelas de tiempo completo, como de primer mundo, la verdad es que del dicho al hecho, hay mucho trecho. La problemática educativa, es mucho más compleja. No se resuelve con remedios caseros. Si con un decreto bastara para desaparecer a la maestra Gordillo. Tal vez lo demás no sería tan difícil de lograr. gil_lavenants@hotmail.com
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