Por Gilberto Lavenant
La mañana del lunes 28 de marzo del 2011, hace un año, el cuerpo de Juan Francisco Sicilia Ortega, de 24 años de edad, estudiante de administración de una universidad privada de Cuernavaca, fue hallado dentro de un automóvil, junto con otras seis personas. Atados de las manos, con huellas de tortura.
El jóven era hijo del poeta Javier Sicilia, colaborador del periódico La Jornada y la revista Proceso. Desgarrado el corazón y profundamente herido en su amor paterno, el poeta decidió abandonar las artes literarias y lanzó un desesperado grito : ¡ Ya basta! Luego inició un nuevo oficio, el de caudillo social. Recorrió el país mostrando su dolor y desesperación, enfrentó a políticos, a quienes les restregó sus reclamos y los de miles y miles afectados por la narcoguerra. Lo más que logró, fue una cínica solicitud de perdón. Hasta ahí.
El pasado viernes, 20 de abril, varios sicarios llegaron hasta un bar, allá en Chihuahua, Chih., dispararon sus armas contra las personas ahí reunidas, asesinando a 15 en forma artera. Entre ellas había dos periodistas, Francisco Javier Moya y Héctor Javier Salinas Aguirre. Nadie puede decir que fue porque andaban en malos pasos, como suele decirse. Simple y sencillamente, ni la temían, ni la debían.
La muerte de dichas personas, entre ellas los citados periodistas, es producto o consecuencia de la narcoguerra, de la inseguridad pública y de la incapacidad de los gibiernos federal, estatales y municipales, para devolver a los mexicanos la seguridad y tranquilidad que merecen. Suman ya más de 60 mil muertos.
Ayer domingo, diversas organizaciones de periodistas, principalmente de aquella entidad fronteriza, encabezadas por el Foro de Periodistas de Chihuahua, A.C., hicieron un reclamo de justicia y alto a la violencia, dirigido al Presidente de la República, al Senado de la República, a la Cámara de Diputados, a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, al Gobernador del Estado, al Congreso del Estado, al Presidente Municipal de Chihuahua y a la comunidad en general.
“Los lamentables acontecimientos -señalan- ocurridos el viernes pasado, una vez más lastiman y agravian a la sociedad, particularmente a nuestro gremio, por la pérdida de los estimados y queridos amigos periodistas, Javier Moya y Javier Salinas, ambos de reputación intachable, con amplia trayectoria periodística y calidad humana”.
De los periodistas victimados, refieren : “…Javier Moya, conductor de radio, director de noticieros, impulsor incansable de campañas altruistas por la tarahumara, fundador y director de instituciones educativas de nivel medio superior, impulsor del profesionalismo de los locutores y líder gremial nacional”. Y agregan : “ Javier Salinas, líder estudiantil, jefe de oficinas de prensa políticas y gubernamentales, director de medios de comunicación, periodista valiente en su portal www.futuro.mx”.
Dirigiéndose a las autoridades de los tres niveles de Gobierno, les manifiestan : “Exigimos justicia y un alto a esta ola de violencia irracional que ha enlutado a niles de familias en el estado y en el país”.
“De la Federación, -piden- la atracción inmediata de las investigaciones para el esclarecimiento de estos hechos y del Gobierno del Estado, que de manera expedita coadyuve con las autoridades federales para que se tutelen los derechos humanos vulnerables”. Demandan que se establezcan las medidas necesarias, acciones de coordinación entre niveles y se apliquen acciones que contrarresten los embates del crimen organizado.
Señalan que “el crimen de nuestros compañeros no debe prestarse al lucro político, ni de ninguna especie, todos debemos respetar el dolor de las familias” y de manera categórica advierten que : “La sociedad está harta de la ola de violencia e inseguridad que impera y que ha scuestrado la tranquilidad de nuestra comunidad, por lo que exigimos acciones contundentes que devuelvan la paz y la tranquilidad”.
El manifiesto de reclamo lo firman : el Foro de Periodistas de Chihuahua, A.C., el Colegio de Periodistas “José Vasconcelos”, la Sociedad de Periodistas y Comunicadores de Ciudad Juárez, A.C., la Asociación de Periodistas de Ciudad Juárez, la Red de Periodistas de Ciudad Juárez, el Foro de Periodistas de Parral, el Foro de Periodistas de Cuauhtémoc, el Foro de Periodistas de Delicias, el Instituto Internacional de Periodismo y Comunicación Política, A.C., la Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos, A.C., la Asociación Nacional de Locutores, el Club Primera Plana de la Ciudad de México, el Sindicato de Trabajadores y Artistas de Televisión y Radio, Sección 23 y el Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Radio y la Televisión, Delegación Chihuahua.
Chihuahua, en el norte del país, es uno de los estados más afectados por la violencia entre grupos criminales de la droga que intentan dominar este territorio, estratégico para el tránsito de drogas a Estados Unidos.
El pasado 4 de febrero un tiroteo en un bar de la misma ciudad causó la muerte a nueve personas, entre ellas un policía y cinco músicos, y otras 11 resultaron heridas. En los últimos cuatro años, el estado ha concentrado cerca del 30 % de los más de 40 mil asesinatos en todo el país, muchos de ellos cometidos en Ciudad Juárez.
Muchos mexicanos han perdido padres, hermanos, hijos, amigos. Muchos de ellos, víctimas inocentes del crimen organizado y de la narcoguerra. Las autoridades, irresponsables y cínicas, a lo más que han llegado, además de fomentar la violencia, es a pedirles perdón.
Mientras la estrategia no cambie, mientras los índices de violencia cotinuen como hasta ahora y los delincuentes continúen retando a las autoridades, masacrando inocentes en centros de reunión, como ocurrió en el Casino Royale en Monterrey y el viernes pasado en Chihuahua, la cifra de víctimas seguirá aumentando.
Es más que obvio que gritar ¡Ya basta ! como el poeta Sicilia, no basta. Mucho menos ante autoridades sordas, necias, insensibles e ineptas.
gil_lavenants@hotmail.com
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