Por Gilberto Lavenant
El 30 de marzo empieza formalmente la contienda electoral.Todos los candidatos a Diputados Federales, Senadores y Presidente de la República, de los diversos partidos políticos, podrán realizar sus actividades de proselitismo. Ya podrán medirse con sus respectivos rivales.
Sin embargo, algunos partidos políticos aún no tienen completas sus fórmulas. Tienen candidatos a los diversos puestos de elección popular por los cuales habrán de contender, pero les faltan los suplentes.
En el caso de los candidatos titulares, sobraron aspirantes. En cuanto a los aspirantes al Senado, por lo que respecta a los priístas, hubo más de 20, para dos posiciones. Por lo que respecta a las diputaciones federales, que son solamente 8 posiciones, hubo casi 60 priístas haciendo fila, con la esperanza de que les tocara una.
Al final de cuentas se dieron las candidaturas de unidad, o de dedazo, como sea que se les llame y hubo muchos decepcionados o frustrados, porque no agarraron nada y además se tuvieron que aguantar el coraje sin hacer berrinches ni reclamos.
El problema ahora son las suplencias. Nadie quiere ser algo así como plato de segunda mesa. A nadie se le antoja o apetece ser suplente de un candidato titular. Generalmente los suplentes son de relleno, nada más. No cobran sueldo y ni de chiste llegan a ostentar el cargo por el que presunta o supuestamente contienden.
Los suplentes son una obligación legal y además son una necesidad. Nunca se sabe, nadie tiene la vida comprada. El ensenadense Gilberto Hirata Chico, tuvo que declinar en sus aspiraciones por la alcaldía de Ensenada, en el 2010, debido a quebrantos en su salud. Debido a eso, los ensenadenses ahora están padeciendo que Enrique Pelayo Torres sea el Alcalde del puerto.
Hirata Chico ahora será candidato a diputado federal. Quien sea su suplente, tiene relativas posibilidades de llegar a ocupar el cargo, si el titular vuelve a tener problemas de salud.
Para el resto de las candidaturas, los priístas no encuentran quien desee ostentar una suplencia. Como que el sacrificio, no vale la pena. Tienen que participar en la contienda, pero solamente son la sombra del titular. Le siguen sus pasos, escuchan las peticiones que les hacen, hacen suyas las propuestas, pero nada pueden prometer.
Es más, en muchos de los casos, participar en la contienda, les implicará gastar su propio dinero, sin esperanza de poder recuperarlo. El candidato propietario, de ganar en los comicios, al ocupar el cargo por el cual habrá de contender, pues recibirá jugosos sueldos y otras prerrogativas. Desde la posición, podrá hacer gestiones que le redituarán buenas ganancias.
El suplente, luego de la contienda, se tiene que reincorporar a sus labores cotidianas. La mayoría de ellos a sus modestos empleos, mal pagados, con horarios restringidos. A buscar la forma de ganar dinero, para poder pagar lo que le prestaron para cubrir los gastos de campaña. La verdad que está triste el panorama para los suplentes.
Los priístas están sumamente preocupados. Casi están dispuestos a colocar letreros con la leyenda : “Se buscan suplentes”. Lo más que les pueden ofrecer es una fotografía del candidato a la Presidencia de la República, Enrique Peña Nieto, autografiada.
Se acaba el tiempo y nada más no encuentran ingenuos que accedan a ser suplentes. En especial, cuando se requiere suplentes que efectivamente sean soporte de candidatos grises, poco o nada carismáticos, sin una pizca de aptitudes políticas. Se los dejamos a la imaginación, porque luego dicen que el columnista le trae tirria a tal o cual personaje.
Porque el colmo de los suplentes, es serlo de un candidato perdedor. De uno que saben que tiene bastantes posibilidades de triunfo y efectivamente obtiene buenos resultados en los comicios y llega a ocupar el cargo por el que contiende, pues al menos saben que conocen a alguien a quien algún día podrán pedirle un favor. El sacrificio de ser suplente, podría tener alguna compensación.
Pero ser suplente de un candidato perdedor, eso ni aunque le paguen por serlo. Ser suplente de un candidato perdedor, es como casarse con la hija fea de un hacendado, con la esperanza de heredar una fortuna a su muerte y al darse el fallecimiento saber que dejó más deudas que bienes. Horrible el sacrificio.
Ahora que hay una opción para algunos suplentes. Si aceptan la suplencia y participan en la contienda, el año próximo pueden reclamar que en compensación por el sacrificio, les den una candidatura a diputados locales, o al menos como regidores. Que el sacrificio no sea de oquis.
En otros casos, los sacrificados en una suplencia, pueden pedir que les compensen con chambas federales si es que su candidato presidencial triunfa en los comicios de julio próximo. Entonces, no estaría tan mal el sacrificio.
El tiempo se acaba y los posibles suplentes no terminan por decidir si se sacrifican y aceptan la postulación o mejor la rechazan. Aunque eso serían malos puntos para la contienda del 2013 en Baja California.
En los próximos días se darán a conocer los nombres de los suplentes y habrá que ver las caras de los “elegidos” a fin de más o menos saber si aceptaron “por amor” a la camiseta partidista, por mera conveniencia o por al menos aparecer en las boletas electorales.
Solo hay que advertir, y esto es para los candidatos de todos los partidos, tanto a Senadores como diputados federales, la contienda de este 2012 será tan fuerte, que ni siquiera los suplentes deben ser de relleno, sino individuos que tengan su propio capital político, igual o mejor que los propios candidatos propietarios.
gil_lavenants@hotmail.com
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