lunes, 6 de febrero de 2012

Palco de Prensa: La candidata blanquiazul

Por Gilberto Lavenant
Ya ha resultado una costumbre, en materia política, al momento de seleccionar a posibles candidatos o a quienes contienden por alguna posición electoral, votar por el menos peor. En el caso de la elección interna para escoger al candidato presidencial del PAN, no ha sido la excepción : doña Josefina Vázquez Mota, la candidata blanquiazul.




Aunque Ernesto Cordero, el llamado “candidato oficial”, había advertido que habría sorpresas el día 5 de febrero, tal parece que “la nómina oficial”, no le funcionó y apenas si obtuvo el segundo lugar, lo que signifricó una fea derrota para el Presidente Felipe Calderón .



Santiago Creel, por su parte, perdió de nueva cuenta. Difícilmente podría decir que “a la tercera va la vencida”. Ya quedó plenamente establecido que el Senador con licencia, aunque asumió el papel de “chico rebelde”, ha sido tan gris, que no arrancó pasiones entre los panistas, que dividieron sus preferencias entre el candidato del Presidente, soberbio, patán y una mujer, también calderonista, pero un tanto más centrada, más madura, con mayor proyección nacional, luego de haber ostentado la Secretaria de Desarrollo Social y luego la de Educación Pública.



Doña Josefina ya lo había anunciado, antes de esta jornada electoral interna, que este domingo haría la faena y que le darían “orejas y rabo”. Le faltó precisar si miraba a sus rivales como mansos bueyes o como simples corderitos. Al final, se salió con la suya. Lo cierto es que esto no ha sido tan sencillo. En solo unos meses de precampaña, los panistas se “doctoraron” en politiquería, en guerra sucia, en triquiñuelas políticas, en acarreo y compra de votos, en difamación y calumnias. Que nadie dude ya que están listos para la grande.



Se percibe, que la jerarquía partidista, estaba para cumplir los deseos presidenciales. Tenían todo listo para ungir como candidato a Cordero. El exSecretario de Hacienda, presumía el apoyo oficial, que no se midió en sus ataques en contra de Vázquez Mota y los dirigentes del partido no se atrevieron a frenarlo, por el contrario, le dieron manos libres.



Incluso durante el proceso electoral, Cordero arremetió contra doña Josefina. Por una parte se ufanaba de estar tranquilo, manifestaba confianza en ganar, o en todo caso de que estaría contendiendo en la segunda vuelta, y por otra, seguía atacando a su rival. Poco antes del mediodía reveló que su eqipo detectó “urnas embarazadas” en Guerrero.



Sin embargo, José Espina, Presidente de la Comisión Nacional de Elecciones, del CEN del PAN, dijo que la jornada se realizó en forma tranquila, salvo una denuncia en Guerrero. Bueno, también se menciona que en Veracruz 12 personas encapuchadas entraron al auditorio municipal, donde estaban colocadas las urnas, hicieron detonaciones y se las llevaron. Aún no se acredita, ni se refiere, a quien favorecería dicha acción violenta.

El que en todo momento, a lo largo de la precampaña, mantuvo una postura gris, incluso en el cierre del proceso interno de elección, fue Santiago Creel. Quedó en tercer lugar y por segunda ocasión sufre una fea derrota. Primero perdió ante Calderón y ahora ante Josefina. Después de esto, quizás se retire de la política.



Los chepinos, están felices, lograron que su precandidata obtuviera la postulación, sus contrincantes, Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador, no son como Ernesto Cordero y Santiago Creel. No solamente porque no son panistas, y además tampoco calderonistas, sino que tienen proyectos totalmente distintos al de Felipe Calderón.



A doña Josefina, ya como candidata del PAN a la Presidencia de la República, le tocará superar sus deficiencias y fallas, y además arrastrar el lastre del desprestigio del gobierno calderonista. El fenómeno anticalderonista, convertido en antipanismo, va a ser un enorme obstáculo en el camino de esta mujer en la contienda presidencial.



Porque aunque era evidente que no fue la preferida de Felipe Calderón en esta contienda interna, ella misma se encargo de resaltar sus nexos con el Presidente y pregonó, como argumento a su favor, el continuismo de las políticas calderonistas. Aunque a partir de ahora cambie un tanto su discurso, con tal de desmarcarse de Calderón, no podrá poner la suficiente distancia para convencer a los electores de que no será igual que el actual mandatario.



Por si fuese poco, el PAN llega totalmente fracturado al inicio de la contienda presidencial. Tres precandidatos, tres fracciones. Unirlas, luego de la elección interna, será algo sumamente difícil, casi imposible. La lucha interna fue muy radical y sucia. Las ofensas no se olvidan fácilmente.



Los equipos de campaña de sus rivales, la acusaron de enviar despensas a Zacatecas, para la compra de votos. Dicen que los 25 millones de pesos, decomisados a funcionarios priístas de Veracruz, al llegar a Toluca, estaban destinados para financiar su campaña. Le intervinieron sus llamadas telefónicas y difundieron una comunicación en la que calificaba de patán a Cordero. Aún circulan en la red las caricaturas de “Doña Chupina”.



Aunque en varios Estados, como Sonora e incluso Baja California, la consigna oficial era apoyar a Cordero, dicen que doña Josefina reforzó su estructura con sus antiguos colaboradores en Sedesol. Sin reconocer sus propios excesos, Cordero y Creel se quejaron del cochinero.



Total, los panistas se graduaron, en esta contienda interna, en “Doctorado en guerra sucia, descalificaciones, difamaciones, acarreos y compra de votos”, cuyos conocimientos seguramente tratarán de poner en práctica en la contienda presidencial.



Para empezar, la encuesta más reciente ubica a doña Josefina con un 22% de preferencias electorales, frente al 43 % de Peña Nieto y el 18% de López Obrador. Reto difícil de superar para una mujer, que por valiosa que sea para los panistas, tiene en su contra el anticalderonismo. Difícil reto a vencer.

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