Tal parece que la, en estos meses, famosa Fiscalía Especializada en Delitos Electorales (FEPADE), dependiente de la PGR, es solo una entidad mediática, que solo funciona cuando sus manipuladores, azuzan a sus mastines para que, como doberman’s, destrocen a los enemigos políticos, sin importar la identidad partidista a la que pertenecen.
Es de suponer, sin conceder que así sea, que este ente gubernamental, en apariencia, constituido e integrado para combatir a todos aquellos que se atreven a violar la Ley Electoral de este país, se le someta y se le presente ante la autoridad judicial para que se le juzgue con toda imparcialidad y en caso de ser encontrado responsable de algún ilícito en este sentido, reciba su castigo en conformidad a lo estipulado en el código penal federal vigente.
De ser cierto lo anterior, entonces pues, esta autoridad procuradora de justicia debe de estar atenta a que no se violente la ley de la materia y en cuanto esto sucede actuar en consecuencia sin importar quién o quienes sean los responsables del presunto ilícito.
Sin embargo, en la práctica la teoría no corresponde a la realidad, los funcionarios y en especial los de elección popular pueden hacer lo que se les plazca en ese sentido y nada sucede, los alelados elementos que integran la FEPADE que da cobertura a la zona costa, en donde se enmarca Playas de Rosarito, se encuentran en un estólido estado que, hasta el momento no se han percato del ilícito cometido por los alcaldes de Tecate y Playas de Rosarito.
El documento de apoyo a Eligio Valencia Roque, líder estatal de la CTM, dirigido a Pedro Joaquín Coldwel, dirigente nacional del tricolor, y al precandidato de ese partido a la presidencia de la republica, Enrique Peña Nieto, y publicado el pasado sábado 14 del actual, en el diario propiedad del propio Valencia Roque, para que este sea el candidato al Senado de la Republica, por el PRI, en el que estampan su rúbrica, bajo las divisas que caracterizan sus gobiernos, los ¨Javieres¨, Urbalejo Cinco de Tecate (quien repite ilícito) y Robles Aguirre, de Rosarito, cuenta con los sellos y escudos de sus respectivos Ayuntamientos, lo que transforma una simple misiva (ilegal) de carácter privado, a un público ilícito electoral.
Hasta el momento han trascurrido cinco días de esta ilegalidad y la FEPADE, sigue en el sueño de los justos, sin percatarse lo que se sucede a su alrededor. Sería recomendable pedir al delegado de la PGR, Fermín Gómez, que dé una explicación de cuál es la logística de actuación de los burócratas enquistados en la fiscalía especializada en los delitos electorales, que llevan a efecto para combatir la delincuencia electoral.
FEPADE, simple burocracia adiposa.
En el mundo de la impunidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario