Las fuerzas políticas del país, y la ciudadanía en general, coinciden en que el sistema presidencialista ya está agotado. Sobre todo, cuando el alto grado de abstencionismo lleva a ser gobernados por minorías, cuya operatividad se ve seriamente limitada por sus contrarios o rivales políticos.
Ante un riesgo permanente de parálisis gubernamental, se ha pensado en la posibilidad de encontrar nuevas formas de gobierno. El actual, se basa en el unipartidismo, en el que el Presidente de la República, se ve fortalecido con un Poder Legislativo controlado por una mayoría del mismo partido. En esas condiciones, todo es sencillo : los deseos presidenciales son órdenes y el legislativo solamente es la vía para la creación de las leyes o para legitimar los actos de gobierno.
Sin embargo, la alternancia partidista, en el gobierno federal mexicano, no logró su efectividad, precisamente porque la llegada de un Presidente de partido distinto al PRI, sin tener a la vez mayoría en el Legislativo, o en su caso, ahora que se habla del retorno del PRI a Los Pinos, pero que nada garantiza que el priísmo predomine en el legislativo, ocasiona el riesgo de un estancamiento del sistema político y del gobierno mexicano en general.
Constantemente se escucha al Presidente Calderón, reclamando se aprueben las reformas legislativas que requiere el país, para solucionar su problemática actual : laboral, fiscal, económica, por mencionar algunas. Pero el legislativo, dominado por las fuerzas priístas, básicamente, no atiende los deseos, ni las presiones presidenciales. En pocas palabras : un aparato legislativo tan costoso, pero con intereses políticos distintos a los del Presidente en turno, hace poco, cuando se requiere mucho.
Hablar de un sistema de gobierno distinto al presidencialista, en teoría puede ser atractivo, seductor y soñador. Pero en la práctica conlleva enormes riesgos. Quizás igual o más que dejar que las cosas sigan como hasta ahora.
El miércoles 14 de septiembre, el Senador Manlio Fabio Beltrones Rivera, coordinador de la bancada priísta en el Senado de la República, presentó una iniciativa de ley, para establecer en nuestro país un gobierno de coalición.
En su exposición de motivos, Beltrones dijo que : “…A partir de 1997 inicia en México la era de los gobiernos divididos, cuya característica principal es que el Ejecutivo Federal no dispone de una mayoría suficiente en el Congreso, adoleciendo también de mecanismos para la construcción de mayorías gobernantes, situación que ha provocado que las decisiones donde confluyen tanto el Ejecutivo como el Legislativo, se hayan tornado más complejas, tendiendo a la inmovilidad y al bloqueo antes que a la cooperación, el diálogo, el dinamismo y la oportunidad”.
La propuesta es sencilla y plantea dos opciones :
En caso de que el titular del Ejecutivo Federal, optara por la integración de un gobierno de coalición, ya sea para fortalecer institucionalmente su mandato o para construir una mayoría gobernante, los integrantes del Gabinete presidencial serán ratificados por el Senado y las políticas públicas que se convinieran por la coalición se registrarán en las Cámaras del Congreso para su seguimiento.
Si el Presidente no considera necesario formar un gobierno de coalición, ya sea porque cuenta con la mayoría suficiente para gobernar o porque la alcance al momento de las elecciones federales intermedias, siempre tendrá las facultades para nombrar y remover libremente a los integrantes de su gabinete y gobernar conforme al mandato conferido, sin requerir del proceso de ratificación.
Asimismo se propone que el Ejecutivo Federal disponga de voz en las Cámaras del Congreso por sí mismo o a través del titular de la Secretaría de Gobernación para presentar iniciativas de Ley, gestionar asuntos y responder preguntas parlamentarias, sea por invitación de las Cámaras del Congreso o por solicitud del Ejecutivo al respecto sin demérito de las demás facultades del Congreso y sus Cámaras establecidas constitucionalmente. Casi serٳa un sistema parlamentario.
Este domingo, un grupo de 46 personalidades, conformado por académicos, intelectuales y políticos del PAN, PRD y PRI, suscribieron un desplegado, mediante el que se pronuncian a favor del gobierno de coalición para el 2012, en caso de que ningún partido disponga de mayoría en la Presidencia de la República y en el Congreso de la Unión.
Ahí aparecen nombres de personajes como el escritor Carlos Fuentes, Juan Ramón de la Fuente, exrector de la UNAM, José Woldenberg, expresidente del IFE, Cuauhtémoc Cárdenas, el líder moral del PRD, Santiago Creel, precandidato presidencial panista, Manlio Fabio Beltrones, coordinador de la bancada priísta en el Senado y autor de la iniciativa del gobierno de coalición, Marcelo Ebrard, jefe de gobierno del Distrito Federal, así como Lorenzo Córdova, Mauricio Merino, Denise Dresser, Federico Reyes Heróles y José Antonio Crespo.
Resultan interesantes las coincidencias sobre este tema. Definitivamente el sistema político mexicano requiere una reestructuración, para que realmente sea funcional. Pero que no se olviden que el elemento humano es el factor fundamental en los aciertos o en las fallas. Con políticos corruptos y demagogos, cualquier sistema será deficiente. Algo así como “la misma gata, pero revolcada”.
Obviamente, contreras que son los mexicanos, de inmediato surgieron los pronunciamientos en contra. Francisco Blake Mora, Secretario de Gobernación, dijo que el gobierno de coalición, solo en segunda vuelta. Dolores Padierma, reprochó los pronunciamientos de Ebrard y Cuauhtémoc Cárdenas, a favor de la Ley Beltrones. Llama la atención que sea un priísta quien haga la propuesta, que implicaría romper una regla de oro de la política, que advierte que “El poder, no se comparte”, cuando presuntamente en el 2012 el PRI regresa a Los Pinos y sería el primer en estrenar el proyecto del gobierno de coalición.
gil_lavenants@hotmail.com
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