Por Fausto Ovalle (la-Ch.com)
Imposible no sentir que pisas muertos, ataúdes, huesos. Las tumbas se apretujan unas contra otras, a veces trompicas cuando tratas de esquivar una cripta, pero lo indeseable ocurre: plantas tus pies sobre un montón de tierra donde sabes, que tres metros abajo, hay un cadáver.
Es el panteón municipal de Playas de Rosarito, donde los caminos, entre tumbas, poco a poco han desaparecido. Hace cinco años el cementerio llegó a su capacidad, y ante la falta de espacios, se tuvieron que utilizar los pequeños andadores y algunas de las vías para vehículos.
"Ya solo hay 15 espacios y en un mes se llenan", dice, bajo su sombrero de tela con camuflaje, Juan Manuel Vázquez, cuidador del sitio desde hace un lustro.
Juan ignora cuándo fue inaugurado el panteón municipal de Playas de Rosarito, ubicado en la colonia Ejido Mazatlán, pero las tumbas informan que el primer cuerpo que llevaron fue el de Juan Eladio Torres, quien nació en 1937 y murió en 1965, y luego le siguió Francisca Navarra de Gallardo (1916-1966).
La sobrepoblación del cementerio se entiende, el quinto municipio tiene la más alta tasa de crecimiento anual en el estado (4.9 %) y en 15 años duplicó su población, pasando de 45 mil a 90 mil habitantes.
El cuidador del panteón recuerda que desde hace cinco años advirtió al titular de la Dirección de Obras Públicas que el sitio había llegado a su capacidad, pero que las cosas continuaron igual, por lo que tuvieron que acondicionarse los espacios libres.
Playas de Rosarito registró en 2009 393 defunciones, algunas de las cuales fueron por homicidios, cifra negra que ha aumentado en los últimos años. Hasta el mes de julio de 2011 han ocurrido en el municipio 20 asesinatos, 33% más que en 2010, cuando se registraron 15 homicidios en el mismo periodo de tiempo.
La situación del panteón municipal ha motivado que las autoridades declararan que existe el riesgo que se creen cementerios clandestinos.
José Carlos Gay, director de Desarrollo Urbano, declaró al periódico Frontera, que los tres camposantos municipales están llenos y que actualmente se investiga una denuncia de la existencia de un panteón clandestino.
Añadió que analizan autorizar un cementerio particular, que donará terrenos al Ayuntamiento de Playas de Rosarito.
El cuidador del panteón municipal, Juan Manuel Vázquez, es más práctico y expone que la solución sería utilizar panteones ejidales de Primo Tapia o del Plan Libertador.
Juan, quien prefiere trabajar donde están los muertos, porque no le generan problemas laborales como los vivos, ya sea por envidia o "grillas", dice que aunque se cierre el cementerio continuará en su plaza, porque los "pochos" vienen y visitan a sus familiares, comen pizza, toman cerveza y dejan la basura regada por todas partes.
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