jueves, 18 de agosto de 2011

Expediente Político: Reestructuración, impostura de Bustamante

Por Alfredo Calva
En el desayuno conferencia que el alcalde, Carlos Bustamante Anchondo, ofreció a los comunicadores que cubren las actividades del XX Ayuntamiento, su exigua capacidad política e itinerante agudeza, no le permitieron, de nueva cuenta, engañar a la ciudadanía a través de los reporteros, con respecto al enorme incremento en el monto de la deuda pública del gobierno local, gracias a su operación de reestructuración financiera.
Alterado por las críticas en los medios de comunicación por este endeudamiento lacerante, que durara, cuando menos así lo cree él, hasta el 2031 y que habrá de costarle a Tijuana, la abominable cantidad de casi 6167 millones de pesos, diferencia muy notable con respecto a los 3910 millones de pesos, que se pagarían hasta el 2028. El primer edil, en este evento emergió con espada flamígera, como deidad justiciera, con la intención de cortar de tajo las críticas, y embaucar a los comunicadores y con ello a los tijuanenses.







Para ello, se valió de su Secretario de Finanzas, Rufo Ibarra, quien con una verborrea digna de un merolico de la Merced en la capital del estado, en primer término, vertió una definición muy particular del concepto de Deuda, ya que para este personaje el vocablo representa solo lo relativo al dinero que se le entrego a las anteriores administraciones, ignorando, a su conveniencia, los intereses que esos dineros generan.







Esto, por aquello de que en los medios escritos se ha manejado que la administración de Bustamante con su reestructuración duplico la deuda municipal, hecho que por supuesto ego, ya que de acuerdo a su muy personal y pusilánime concepto, solo la aumentaron en un 23 por ciento.







Asimismo, culpo a la administración de Jorge Ramos, por la deuda que heredo, y justifico con vehemencia el proceso de reestructuración de la misma, claro, así como el aumento desproporcionado de esta, derivado de la negociación.







Lo anterior, fue aderezado con la perorata del representante del despacho Protego, quien ¨ayudo¨ al proceso de reestructuración y cobro por ello 19 millones de pesos, Alberto Portela, quien obviamente, al igual que Rufo Ibarra, señalo de manera sublime, las bondades de la negociación y la oportuna acción y reacción del primer edil al tener la determinación y tomar la decisión, de refinanciar el pasivo municipal, ante el serio problema de deuda que había recibido.







Hay que destacar que, el alcalde conto con un grupo de animadoras y porristas, integrados por funcionarios y funcionarias de elección y designación, las primeras encabezadas por la Sindico Procuradora, Yolanda Enríquez y los segundos, presididos por David Saúl Guakil, Secretario de Desarrollo Social, quienes durante la intervención de su jefe, Carlos Bustamante, vitorearon y aplaudieron como si les pagaran para ello, solo falto que las animadoras realizaran cabriolas para dar el toque circense del que se careció.







La realidad es simple, fría, la reestructuración sirvió para que el gobierno local pudiera liberar un poco más del 30 por ciento las participaciones federales, que son la garantía del adeudo, lo que le permitirá tener maniobrabilidad para llevar a cabo algunas obras que requiere la ciudad en beneficio de los tijuanenses.







El monto de esta deuda posterior a la negociación, se incremento de 3910 (2546 millones más intereses) a 6167 (los 2546 millones, más los intereses) millones de pesos, es decir, esta maniobra realizada por los amigos del primer edil que se integran en Protego, tendrá un aumento de 2257 millones de pesos, lo que representa, aunque no le guste a Carlos Bustamante, el 90 por ciento.







De igual manera, tendrán que blindar las tasas de interés que son variables a través de un seguro por espacio de cuatro años, con un costo de 29 millones de pesos y las subsecuentes administraciones de igual forma erogaran en este concepto, si es que no desean que por inestabilidad del mercados financieros, las tasas se disparen y se hagan imposible sus pagos.







Cierto es, que las siguientes administraciones podrán reestructurar la deuda si así lo consideran prudente sin tener que pagar penalidad alguna, pero esto, representa un serio riesgo para la ciudad, ya que en cada refinanciamiento que se realice, se incrementara su costo.







En fin, lo sucedido en el desayuno conferencia de Carlos Bustamante Anchondo, y como todo evento político, deja dos noticias a la comunidad, la buena y la mala, la segunda, que efectivamente el municipio tendrá más operatividad económica para obras, a un costo del casi 100 por ciento de la deuda, la buena, que a nadie se le ocurrió darle el uso del micrófono al Bobo del presídium.







Tal vez porque no hay coordinador





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