domingo, 31 de julio de 2011

Palco de Prensa: Las causas “externas”

Por Gilberto Lavenant
Como un “balde de agua fría”, cayó a los panistas la noticia de que durante el sexenio calderonista se incrementó el número de pobres en 13 millones. Lo que derriba estrepitosamente la estrategia del Partido Acción Nacional, hacia los comicios del 2012, que asevera que los mexicanos viven mejor bajo los gobiernos blanquiazules, que durante los 70 años que los priístas gobernaron a México.
Hablar de que durante los primeros 4 años de la administración de Felipe Calderón, se sumaron 13 millones de mexicanos a la condición de pobreza, o sea 3.25 millones cada año, 270 mil 833 mensuales, es advertir que literalmente ha sido una fábrica de pobres. Algo así como 9 mil 027 pobres cada día, es una verdadera “hazaña”. Sin duda alguna.



Y conste, la cifra de pobres sería mucho mayor, si se considerara a los 50 mil mexicanos que han perdido la vida durante la narcoguerra.



¿Cómo justificar, que en los 4 años de Calderón, el número de pobres patrimoniales, creció en 13 millones de mexicanos, y el total creció de 44.7 millones en 2006 a 57.7 millones en 2010 ? El número total de mexicanos, en el 2010, era de 112 millones 322 mil 757 habitantes. En el 2011, todavia no se hace un censo por parte del INEGI.



Los números, desdibujan el escenario halagador que se pinta con el discurso oficial y advierten los riesgos sociales que enfrenta el país, pues lo ubican en condiciones semejantes, proporcionalmente hablando, a las que prevalecían en los inicios del movimiento de independencia y 100 años más tarde en el inicio de la llamada Revolución Mexicana.



La información fue dada a conocer la semana pasada por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, Coneval. Cabe aclarar que el grado de pobreza se determinó en base a una línea de bienestar, considerando el costo de la canasta alimentaria y la no alimentaria, fijado en 2 mil 114 pesos al mes en las ciudades y en 1 mil 329 pesos en las áreas rurales. Todo aquel que perciba ingresos inferiores a esas cantidades, no solamente es pobre, sino que está jodido. Dicho con todo respeto.



En febrero de este año, el Secretario de Hacienda, Ernesto Cordero, quien pretende “sacrificarse” como candidato panista a la Presidencia de la República, auspiciado, patrocinado e impulsado por el propio Calderón, aseguró que la recuperación en la economía mexicana ya llegó a los bolsillos de las familias mexicanas, aunque señaló que la percepción de los mexicanos “es peor”, pues, según él, los mexicanos “…somos más exigentes de lo que las cifras muestran”. En otras palabras, si el estómago gruñe, obviamente por falta de alimentos, no es que tenga hambre, sino una mera percepción. Eso dice Cordero.



La desfachatez del citado funcionario federal, le llevó a aseverar que en la actualidad una familia mexicana tiene acceso a ciertos créditos con un ingreso de 6 mil pesos mensuales. “…hay familias mexicanas –dijo- que con ingresos de seis mil pesos al mes tienen un crédito para una vivienda, tienen crédito para un coche, se dan tiempo de mandar a sus hijos a una escuela privada y están pagando las colegiaturas”. Los 6 mil pesos mensuales, son más del doble del tope máximo para fijar la condición de pobreza, pero ni así logran brindar bienestar a las familias mexicanas, mucho menos para cubrir los satisfactores que dice Cordero. Ni que los billetes fueran de hule.



El flamante Secretario de Hacienda tuvo la osadía de asegurar que el crecimiento del Producto Interno Bruto -PIB- de 5.5 por ciento el año pasado, es el más alto de los últimos años, además de que con orgullo enfatizó que “…ya se siente al interior de cada familia que hoy es capaz de adquirir bienes duraderos”. Hoy podemos decir, sin riesgo de equivocación, que Cordero es más mentiroso que el “pinocho” del cuento.



Pero volviendo con la pretendida justificación de los panistas, respecto a la noticia sobre el incremento de pobres en México, Felipe Calderón afirma que su gobierno ha hecho lo posible para paliar el sufrimiento de la gente que ha visto disminuidos sus ingresos, y que mantiene el esfuerzo para garantizar prestaciones sociales, aduciendo que fueron causas externas lo que ocasionó esto. Dramáticamente confesó que “…nos duele enormemente que muchas familias han tenido que hacer grandes sacrificios para salir adelante en medio de la adversidad de la crisis”. Solo faltó, que a exigencia del poeta Sicilia, les pidiera perdón.



Esto fue secundado por los Secretarios Heriberto Félix Guerra, de Desarrollo Social; Alonso Lujambio, de Educación, y José Angel Córdova, de Salud, quienes supuestamente justificaron el incremento en el número de pobres mexicanos, señalando que fueron los efectos de la crisis económica mundial, que estalló en el 2008.



Como en la política -al igual que como se dice ocurre en la guerra y el amor- todo se vale, y bajo la advertencia de que “a la oportunidad la pintan calva”, Senadores y Diputados del PRI, PRD y PT, aprovecharon la ocasión para criticar la política social de Felipe Calderón y la calificaron como lápida que pesa sobre la mitad de la población, además de que se pronunciaron por un nuevo modelo económico que combata realmente la pobreza y no sea sólo un paliativo.



Lo único cierto es que los mexicanos se están muriendo de hambre, hambre que no se alivia con darles “atole con el dedo”, condición ésta que es consecuencia de la corrupción, ineptitud, frivolidad e ineficiencia de los políticos de todos los colores y “sabores”, que ven en la política un modus apropiado para lograr riquezas exageradas, indebidas y si no justificables, si plenamente acreditables.



Ya sale sobrando tratar de determinar el rumbo ideológico o político que requiere el país. Simplemente se requiere voluntad de trabajar por el bien común y honestidad, cualidades o condiciones difíciles de encontrar en los políticos mexicanos. Las causas externas de la pobreza, que aducen, unos y otros, son meros pretextos. Vergüenza, deberían de tener.

gil_lavenants@hotmail.com

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