miércoles, 8 de junio de 2011

Palco de Prensa: Las interpretaciones

Por Gilberto Lavenant
Aunque “la sangre no llegó al río”, como algunos pudiesen haber imaginado, y tuvieron el cuidado de que no se tomara como una declaración de guerra, los regidores del XX Ayuntamiento de Tijuana, cansados de que al interior del gobierno municipal, no los trataban con dignidad y respeto, suscribieron el pacto o alianza, anunciado desde el fin de semana.

Tal y como se había dicho, fueron 10 de 15 regidores, los aliancistas y hasta la denominación la moderaron, para quedar en “Alianza por Tijuana”. Inicialmente la habían anunciado como “Alianza por la Dignificación de Tijuana”, y aunque resulta un tanto “light”, moderada o “color de rosa”, del texto del mismo, en el que señalan principios y objetivos, se deducen las incomodidades que han venido padeciendo los regidores en los primeros siete meses de la administración de Carlos Bustamante Anchondo.
“Los regidores –señalan los aliancistas- de las diversas fracciones políticas representadas en el Cabildo del H. XX Ayuntamiento de Tijuana, unimos esfuerzos y compromisos para impulsar un Nuevo Modelo de participación incluyente, que fortalezca y garantice la gobernabilidad institucional, la construcción de acuerdos, y la vida democrática de la ciudad”.
No explican en qué consiste el llamado “Nuevo Modelo de participación incluyente”, ni por qué lo novedoso. Por cuanto hace a la “participación incluyente”, posiblemente significa que reclaman que los tomen en cuenta, como regidores que son, en la discusión y toma de decisiones, pues sabido es que hasta ahora, solo los citan a las reuniones de Cabildo, para que emitan su voto, en señal de aprobación o desaprobación de alguna propuesta, pero no se les toma en cuenta para darle forma a la propuesta.
En el pacto establecieron como principios, de este “Nuevo Modelo de participación política incluyente”, la gobernabilidad democrática, legalidad y respeto en la construcción de acuerdos, administración pública eficiente y modernización y transparencia en la función pública. Como esto no es lo suficientemente explícito, se debe entender que en la elaborción de propuestas, deben participar todos losregidores y no solo un grupito selecto de cercanos al Alcalde. Como ha ocurrido hasta ahora.
Así mismo, señalan objetivos, tales como consolidación del Cabildo como cuerpo colegiado para la toma de decisiones, fortalecimiento de la figura del Regidor en la participación en la administración pública, observancia de la normatividad en los acuerdos de Cabildo y las acciones de gobierno, optimización como eje rector en la aprobación y aplicación de los presupuestos, garantizar el desarrollo de nuevos esquemas de modernización para lograr procesos de administración expeditos e impulsar el reordenamiento de la administración para dar resultados a los tijuanenses.
Si esto se observa en sentido inverso, entonces se deduce que el Cabildo no funciona precisamente como cuerpo colegiado, en tanto que a los Regidores no los toman en cuenta para la toma de decisiones, al grado de que la figura del  Regidor es debilucha, no se observa la normatividad en los acuerdos de Cabildo y las acciones de gobierno, no hay optimización en la aprobación y aplicación de los presupuestos, de ahí que los procesos de administración son lentosy quizás hasta engorrrosos, todo es un desorden y por lo tanto no se logran los resultados que anhelan los tijuanenses.
Sin duda alguna, alguien se “quemó el cerebro” para redactar este pacto, diciendo las fallas e ineficiencias de la administración pública municipal, sin mencionarlas de manera directa y objetiva. Tan sencillo que resulta llamar a las cosas por su nombre. Pero en fin, cada quien.
Incluso en el penúltimo párrafo del texto del pacto, se midieron demasiado al señalar que “…Con esta alianza los regidores signamos y convenimos nuestro compromiso para hacer valer la observancia del marco normativo de acuerdo con lo establecido en nuestra Carta Magna, en todas y cada una de las acciones de gobierno”. Tan sencillo que hubiese sido decir : “…pedimos que se nos trate y respete como regidores que somos, conforme a la legislación correspondiente”. Así de sencillo.
Y concluyen con lo siguiente : “…Además, ratificamos nuestro interés y esfuerzo por dignificar y eficientizar la función pública, pero sobre todo nuestro compromiso supremo con los tijuanenses”, lo que en lenguaje puro y llano significa que es indigno que no los tomen en cuenta para nada y que la función pública es ineficiente.
Tal y como se había anunciado inicialmente, solo 10 de los 15 regidores suscriben este pacto, siendo estos Miriam J. Ayón Castro, Francisco Gómez Medina, Ruben Salazar Limón y Javier Merino Duarte, del PRI; Claudia Ramos Hernández y Erwin Aréizaga Uribe, del PAN; Mariano San Román Flores, del PVEM; Julio César Vázquez Castillo, del PT; Rodolfo O. Hernández Bojórquez, del PES y Najla Souraya Wehbe Dipp, del Panal.
No se sabe las razones por la que los demás regidores no lo suscribieron. Quizás por temor, compromisos o excesivo “respeto” al Alcalde. Sin embargo, los aliancistas hicieron señalamientos muy serios. Aunque para entenderlos, tenemos que recurrir a las interpretaciones. Esperemos a ver cómo siguen las cosas.
gil_lavenant@hotmail.com

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