A estas alturas no me queda duda de que el arresto del ex alcalde de Tijuana y dueño del grupo “Caliente”, Jorge Hank Rhon, ya degeneró en un simple show mediático, si es que alguna vez fue otra cosa.
Desde el hecho de que el cateo de su mansión ubicada en el lujoso fraccionamiento “Puerta de Hierro” fue llevado a cabo tras una “llamada anónima” hasta el “paseo” que le dieron de Tijuana a la Ciudad de México y de regreso a Tijuana y luego a Tecate, al penal de “El Hongo”, el asunto huele no mal, sino pésimo.
Hasta la Federación Mexicana de Fútbol aportó su granito de arena haciendo mutis y afirmando que no desafiliarán de ninguna manera al equipo Xoloitzcuintles de Tijuana, propiedad del empresario caído en desgracia. Impunidad futbolística.
Y como dejar de mencionar a los "espontáneos" acarreados que ayer se reunieron en los alrededores del monumento a Lincoln en Tijuana para “exigir” la libertad de Hank, esos que curiosamente nunca aparecieron exigiendo nada al gobierno durante las más cruentas horas de la guerra entre narcos en Baja California y que en muchos casos eran empleados del grupo Caliente o personas transportadas en vehículos propiedad del diputado Gregorio Barreto, del PRI, según reportes del periódico La Ch.
El toque final es la decisión de que Hank Rhon pise la cárcel en el penal de “El Hongo”, ubicado en el municipio de Tecate, literalmente a minutos de la base de operaciones y centro de poder del empresario en Tijuana. La pregunta es: si el tipo ya estaba en el centro del país ¿no era más sencillo internarlo en una de las cárceles de máxima seguridad ubicadas en los alrededores de la capital? ¿Tenían que volver a trasladarlo miles de kilómetros de regreso a Baja California? ¿Era eso necesario o son algunas de las concesiones que se le hacen a un tipo de su poder económico y político?
Pronto sale Hank Rhon, no teman, empleados y acarreados. Su modus vivendi no corre peligro.
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