viernes, 8 de abril de 2011

Cicuta

* Beltrones ignora al alcalde Bustamante
* "El sapo" sigue cobrando en los "congales"
Por Jaime Flores Martínez
Anfibios



Poseedor de un influyente apellido (motivo de su enquistamiento en la Secretaria General de Gobierno de Tijuana), Alcide Roberto Beltrones Rivera es tan ambicioso que está dispuesto a ignorar las ordenes del alcalde de Tijuana Carlos Bustamante Anchondo.



Hermano mayor de Manlio Fabio Beltrones (actual coordinador de los senadores priistas), don Alcide gusta de "hacer negocio" sin importarle que se entere el alcalde. Tan seguro se siente de su cargo que no le importa incomodar a las personas que rodean a Bustamante. Total, si ellos se dedican a grillarlo, él prefiere hacer dinero para más tarde jugárselo.



Cierta razón debe tener Alcide de sentirse “inamovible” porque esta enterado que el alcalde Bustamante ya sabe quiénes son sus “lugartenientes”. Bustamante sigue de cerca los movimientos que realizan Obed Silva Sánchez y Roberto Carrillo, ambos colaboradores de Alcide. Obed Silva despacha como director de gobierno, mientras que Roberto Carrillo “el Sapo” fue contratado por Alcide como su asesor en jefe. El alcalde ya sabe que estos dos personajes son quienes reciben el dinero que pagan los dueños de burdeles a cambio de la protección del gobierno.



Bustamante Anchondo está enterado que –a nombre de Alcide— los abogados Silva y Carrillo, reciben el monto de la colecta nocturna sabatina en bares, cantinas, discotecas y tugurios de la ciudad; estos funcionan con absoluta impunidad. Quienes conocen el tema al dedillo, aseguran que el arreglo económico que los dueños de antros tienen con Alcide no incluye los burdeles que se ubican en la Zona Norte de Tijuana. Ellos –claro-- están arreglados con Daniel León, actual director de Inspección y Verificación del Municipio.



Propietarios de bares ubicados sobre la Calle Sexta en el centro de Tijuana, entregan a Javier Carrillo hasta mil dólares por semana. El señor Carrillo, socio mayoritario de un burdel denominado Playboy, entrega el contenido del cochinito a Obed Silva y al Sapo. A nombre del secretario Beltrones, el señor Carrillo recolecta el dinero y de inmediato se lo entrega a los lugartenientes de Alcide. El dueño de uno de los antros en mención (que se ubica en el primer cuadro de la ciudad) asegura que la madrugada del domingo el señor Alcide recibe el dinero en una bolsa negra. El acuerdo es que --a cambio de mil dólares--“el gobierno municipal permite que operen hasta las 6 de la mañana”.



Se sabe que el director de Inspección y Verificación Daniel León conoce todos los vericuetos de la corrupción entre muchos burdeleros y funcionarios de la Secretaria General de Gobierno. Sin embargo ha preferido mantener la boca cerrada. Se supone que León ya informo al alcalde Bustamante, aunque --habrá que decir-- que el alcalde actúa sospechosamente tolerante. ¿Pesará el apellido Beltrones?



Durante los primeros días de febrero, Cicuta se refirió al desempeño de Roberto Carrillo “el Sapo” en la Secretaria General de Gobierno. Se hizo alusión al oscuro desempeño de el Sapo durante la administración municipal de Jorge Hank donde se encargo de recolectar la cuota entre los propietarios de los bares y las cantinas que estuvieron dispuestos a comprar impunidad.



Esa publicación llamó poderosamente la atención del alcalde Bustamante. Esa misma mañana llamó a Alcides Roberto Beltrones para cuestionarle sobre la presencia de el Sapo en la Secretaria General de Gobierno. Alcide le dijo que si –efectivamente—el Sapo había sido contratado como asesor.



Bustamante le pidió que despidiera inmediatamente a su flamante asesor, pues su estancia en el gobierno contribuía al desprestigio. En otras palabras el Sapo estaba “muy quemado” y el gobierno municipal no podía tolerarlo. Se supone que esa misma tarde el secretario general de gobierno le notificaría su destitución, aunque seguramente se aguanto la risa al abandonar la oficina del presidente municipal. Lejos de “correrlo” como le ordeno el alcalde, Alcide le otorgo más poder a su amigo el Sapo, aunque dejo de ser el cobrador oficial. Desde ese momento se hizo cargo Javier Carrillo, intimo amigo de el Sapo. Desde ese momento, el talentoso abogado Obed Silva Sánchez debió ser instruido para realizar la colecta semanal junto con el Sapo.



El propietario de aquella cantina recuerda que hasta hace tres meses, se mostraba ansioso al observar la llegada del Sapo, que en alguna ocasión llego acompañado por el chaparrito Obed Silva. Tres hombres que parecen policías esperaban afuera de su negocio en doble fila. Los recaudadores no tardaban más allá del tiempo necesario para llenar la alcancía. Son muchos los antros que debían visitar y por eso se apuraban.



Merluza



Un detractor de Alcide Roberto Beltrones recuerda un incidente ocurrido a principios de 1999 en el aeropuerto de Los Ángeles, California. Por esos tiempos el señor Beltrones despachaba como administrador de la Aduana de Tijuana y gustaba de visitar la ciudad de Las Vegas, Nevada. Una de esas tardes abordaría una aeronave que los llevaría a la ciudad del juego, aunque tendría algunos minutos para reposar los “aliupuses”.



Dormitó una media hora en una banca de la terminal aérea y, con sobresalto, abordó tardíamente la aeronave. Apenas despegó el pájaro de acero, el ansioso pasajero se dio cuenta que –en la sala de espera-- había olvidado un portafolio con 300 mil dólares.Ni pensar de decirle al piloto que se regresara. ¡De todos modos no podría explicar el origen del dinero!. El mismo detractor estima que Alcide se ha convertido en “una piedra en el zapato” para su hermano Manlio, pues cualquiera que voltee la mirada a Baja California se dará cuenta que su consanguíneo ha hecho del erario público, su cochinito particular.



Comentarios: cicuta45@gmail.com

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