miércoles, 16 de marzo de 2011

COLUMNA: Palco de Prensa

* La caída del 20
Por Gilberto Lavenánt
En la época de las rocolas, todo mundo sabía que, para ponerlas a funcionar y esuchar las canciones de nuestro agrado, era necesario echarle una moneda al aparato, generalmente de 20 centavos, y entonces el mecanismo empezaba a funcionar y el usuario del mismo a disfrutar la música.
Hoy en día, la referencia a la “caída del 20”, se utiliza para observar si alguien entendió o no entendió el tema. Tal parece que en el caso de las propuestas, tanto panista como priísta, para empatar las elecciones estatales con las federales, a muchos, tanto políticos, como no políticos, “…aún no les cae el 20”, o sea aún no le entienden del todo. Por ello vale la pena tocar el tema, cuantas veces sea necesario.



En la sesión del pleno de la XX Legislatura Estatal, del miércoles 9 de marzo, la fracción parlamentaria panista, presentó una iniciativa o proyecto de ley, para empatar las elecciones federales, con las estatales.



Ese mismo día, propuesta similar, al menos en cuanto al empate, fue presentada por la fracción priísta.



Hasta ahí, hay coincidencia entre ambas fracciones partidistas.



En lo que no coinciden, ambas propuestas, es que los panistas proponen que las elecciones locales se lleven a cabo en el 2013, como están programadas, pero que los períodos de gestión se reduzcan, para lograr el empate de elecciones, en el 2018, de tal forma que el próximo Gobernador de la entidad lo sería sólo para un período de 5 años, y los Diputados locales y Alcaldes, por tan solo 2 años.



En tales condiciones, en el 2015 habría elecciones de Alcaldes y Diputados locales y el empate de los comicios estatales, con los federales, sería hasta el 2018.



En cuanto a la propuesta priísta, se plantea que los comicios del 2013, se anticipen y se celebren en el 2012, o sea el próximo año, junto con las elecciones federales de Presidente de la República, Senadores y Diputados Federales, lo que permitiría lograr un ahorro económico sustancial al utilizar, ambos procesos, la misma estructura electoral.



Los priístas proponen, contrario a los panistas que recomiendan reducir los períodos de gestión de Diputados locales y Alcaldes, a solamente 2 años, el reducir el de Gobernador a 5 años, pero incrementar a 5 años los de Diputados locales y Alcaldes.



¿Ahora si les cayo el 20 ?



Para quienes tengan aspiraciones de ser Diputados locales y Alcaldes, sin duda alguna la propuesta priísta, que implicaría permanecer en dichos cargos por un período de 5 años, sería lo ideal. Hasta con los ojos cerrados. Al aspirante a la gubernatura, quizás no le resulte agradable que le recorten un año a su gestión y sea electo tan sólo para 5 años. No obstante, no hay duda de que todo político está dispuesto a “sacrificarse”, sin importar el tiempo de la gestión pública. Por algo dicen que más vale pájaro en mano, que ver cientos volar.



Otro aspecto interesante, en cuanto a la propuesta priísta, es que el Gobernador, así como diputados locales y Alcaldes, que sean electos en el 2012, iniciarían sus funciones hasta el 2013. Esto tiene sus pros y sus contras.



Si las elecciones locales se celebran en el 2012, Osuna Millán, siendo Gobernador en funciones, podrá dirigir o inducir la selección o imposición de candidatos panistas. Incluso a su posible sucesor.



Si las elecciones locales se celebran en el 2013, Osuna Millán estaría en los últimos días de su gestión, y difícilmente podría incidir o influir para designar como candidato a su posible sucesor. Aunque aún estuviese en el cargo, ya carecería de poder político suficiente para ello. Sin duda alguna sería rebasado por los diversos grupos que existen y persisten dentro del Partido Acción Nacional.



El otro aspecto que preocupa a muchos, en especial a los panistas, léase Osuna Millán, es que si en el 2012 se elige a su sucesor, el último año de su gestión, sería un Gobernador sin fuerza política alguna, pues en lugar de acudir a él, buscarían al electo, al que tendrá varios años por delante, para atender demandas o atender caprichos. Entonces, advierten, se daría un vacio de poder.



Si el sucesor de Osuna Millán, es panista, pues la situación es más o menos llevadera, pero si es priísta, le resultaría muy incómoda, pues le haría ver su suerte, aunque sólo fuese gobernador electo.



Así es que el empate de elecciones, no es un asunto meramente económico, sino que “lleva chanfle”, “jiribilla”, plan con maña o doble fondo.



Esto también tiene aplicación a nivel federal, pues si el empate de elecciones se lleva a cabo en el 2012, Felipe Calderón, aún siendo Presidente de la República, con el poder presidencial en sus manos, aunque bastante débil, podría “sembrar” a alguno de sus amigos como candidato a la Gubernatura de Baja California y entonces el más viable podría ser Francisco Blake, actual Secretario de Gobernación.



Por todo ello, y por muchas otras cosas más, el ahorro económico, como argumento para empatar las eleciones, resulta ser un mero pretexto.



¿Les cayó el 20?

gil_lavenant@hotmail.com

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