viernes, 11 de febrero de 2011

La oratoria no es un adorno, sino un arma viva

TECOMATLAN, PUEBLA.- “Antorcha quiere que el pueblo hable, que diga sus necesidades, que critique y opine; queremos que la gente hable para que nosotros sepamos lo que le duele. Por eso para nosotros la oratoria no es un adorno, sino arma viva y cotidiana de lucha”, así lo dijo Aquiles Córdova Morán, líder nacional del antorchismo, en el tercer día de encuentros culturales.
Ayer, más de 70 oradores se dieron cita al auditorio Clara Córdova Morán para mostrar sus dotes orales y su capacidad para ligar ideas consistentes y precisas, opiniones sobre qué aqueja al país y cuál sería el papel de los jóvenes para cambiarlo, cuál es la situación del campesinado y qué tendría que hacer el gobierno para sacarlo del rezago milenario en que se encuentra, entre otros.

En este contexto Aquiles Córdova Morán dijo que es grato ver cómo esta arma de lucha para convencer con las ideas y la razón ha llamado la atención de los jóvenes, ya que quiere decir que se van dando cuenta y que les inquieta la crisis social que actualmente aqueja al país.

El líder explicó que la oratoria ha venido cayendo en desuso porque el gobierno no la promueve, no hay escuelas de oratoria ni interés por el cultivo de ella, porque ya no hay necesidad de las clases altas de los oradores.

“Nadie está interesado en reunir al pueblo para explicarle, le huyen como a la peste porque saben que los harían pedazos. El gobierno le tiene pavor a la oratoria porque saben que el pueblo que habla no los dejaría abusar del poder”.

Pero dijo que Antorcha sí necesita la oratoria porque es un arma de vida o muerte; “nosotros reunimos a la gente, la llamamos y le pedimos que opine, que discuta, que nos apoye y que critique porque queremos que la gente hable para que nosotros sepamos lo que le duele a la gente. Por eso para nosotros nos es un adorno, sino arma viva y cotidiana de lucha”.

En la Grecia clásica, los oradores eran poderosísimos, como Demóstenes y Cicerón, que han pasado a la historia como grandes oradores. “¿Por qué tenía tanto pose la oratoria?, porque se gobernaba mediante la democracia: las decisiones se tomaban en la asamblea popular, allí el que mejor hablaba era el que realmente gobernaba porque era el que convencía a la asamblea e imponía su voluntad por la vía de la razón. La oratoria era arma para gobernar; ya no lo es: ha sido relegada y ahora se gobierna por otros métodos más sucios y menos transparentes.”, explicó el también jurado en la justa cultural.

Por último, el líder exhortó a los participantes a ponerse a estudiar para conocer bien la situación en la que viven y así poder opinar y hablar certeramente sobre ello, lo que los llevaría a influir y convencer en el pueblo pobre de México.

“La oratoria es uno de los caminos más poderosos y eficaces para que un hombre influya a otro, para cultivar la palabra y hacerla una herramienta eficaz. Es una obligación ineludible y es un rasgo de honradez e intelectualismo porque si queremos que otro nos escuche y nos haga caso estamos obligados a convencerlo en términos de calidad, que realmente trasformen su manera de pensar y de sentir sin hacerle violencia, sin que se sienta sometido y oprimido, sino que se sienta convencido”.

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