* La renuncia
Por Gilberto Lavenánt
Ayer sábado 26 de febrero, el columnista autor de Palco de Prensa, recibió copia del escrito de renuncia del panista Sergio Verdugo Barba, al PAN. Lo habían amenazado con expulsarlo. Optó por anticiparse.
Pero ¿quien es Sergio Verdugo Barba?
Laboró en el XIX Ayuntamiento de Tijuana, que encabezó el panista Jorge Ramos Hernández, primero como Recaudador de Rentas y luego como titular de la Delegación Municipal de la Zona Centro. Actualmente es Contralor de la XX Legislatura Estatal, apadrinado, según lo indica él mismo, por el diputado Ricardo Magaña Mosqueda.
Y ¿por qué lo querían expulsar del PAN ?
Pues resulta que, siendo panista, tuvo la osadía de atender el llamado del Senador Fernando Castro Tenti y asistió, el sábado 12 de febrero, a la reunión celebrada en Playas de Rosarito, donde se anunció públicamente el surgimiento del movimiento político denominado “Fuerza BC”.
Se dice que aproximádamente 500 personas, sin distinción de siglas partidistas e incluso empresarios destacados, participan en este movimiento, ante quienes el Senador priísta señaló que se pretendía "re-lanzar" en todos los ámbitos a Baja California, por el hecho de que los actuales gobernantes no responden a las demandas populares, lo que ha llevado a la pérdida del liderazgo de la entidad, en los rubros turístico, educativo, económico y de seguridad, "dejando que nuestro estado se les vaya de las manos".
En ese evento, fue notoria la presencia de los panistas Héctor Juárez, Eduardo Goris y Sergio Verdugo Barba, ahora expanista. Las críticas y reproches surgieron de inmediato, a la vez que las amenazas de expulsión del Partido Acción Nacional. Sácrates Bastidas, recién inaugurado dirigente estatal, dijo que se iniciaría el proceso para ello.
Verdugo, no quizo enfrentar la pena de una vergonzosa expulsión y sobre todo porque estima que no cometió ningún pecado al asistir a dicho evento, ni le fue desleal al PAN. Por ello, por considerar injusta la anunciada expulsión, mejor renunció.
Sin embargo, la renuncia no es tan trascendente como su amplio mensaje, contenido en su escrito de renuncia, dirigido a Sócrates Bastida Hernández, Presidente del Comité Directivo Estatal del PAN.
Para empezar, observa que renuncia, por así convenir a sus intereses políticos y personales. Obviamente. La conveniencia es la que lleva a muchos individuos a tomar decisiones, que presume le darán beneficios, políticos y personales. Y económicos, por supuesto.
Aparentemente decepcionado, dice que “…los gobiernos del PAN, en particular de mi estado, han llevado las riendas a mi juicio por rumbos desconocidos, apartados de los principios y doctrina de acción nacional, se han separado de la forma de pensar de muchos de mis ahora ex compañeros de partido, pero que aún no se atreven a hablar”.
A esto agrega : “…Hoy, el Gobierno de mi entidad, prefiere involucrarse en las tareas del partido y evitar que democracia surja y se manifieste, hoy es claro que las cabezas del Gobierno Estatal, por la permanencia de sus sillas y sus quincenas, han impuesto candidatos en el Estado y que sin duda permitieron perder los 5 ayuntamientos del Estado y la mayoría del congreso del Estado, han sido intrusos en la vida interna y truncado la vida democrática de Acción Nacional, eso es intolerable”.
Luego advierte que “…la época de la dictadura ha regresado, en la que el supremo Rey instruía y se acataba, en la que el súbdito no decidía y solo aceptaba, en la época en la que no había mas razón que la del Patrón y el campesino solo araba, esas épocas han regresado a mi partido y en el Gobierno, por ello, no me representan y no soy como ellos, por eso, por eso me voy”.
“No se aprende –recalca- de la derrota, no somos honestos con nuestros actos, no perdimos 5 ayuntamientos y la mayoría del congreso por malos candidatos, sino, por que se impuso la orden del Jefe de Estado y la gente dejó de creer. Por eso, por eso me voy”.
Para el ahora expanista, “…La realidad en el Estado es otra, ya no existe el Panismo de 1989, cuando se le dió a mi Partido la oportunidad de Gobernar, el arribo de falsos profetas, de discursos de Panismo de Corazón en los que creí, a la hora de asumir las sillas se tornan crueles con la necesidad de la gente y han creado condiciones de dolor y desesperanza en Baja California”.
Y aunque no menciona el nombre de Castro Trenti, prácticamente anuncia que se abrigará en brazos del legislador priísta, cuando dice que “…La esperanza de ser y creer se ha perdido, han surgido nuevos liderazgos y gente capaz que quieren el Estado, que sienten a Baja California, que buscan lo mejor para el Estado, que con la Fuerza Baja Californiana llegarán a ser y representar mis sueños y mis creencias”. ¡Gulp…!
El panismo se hunde, como el Titánic. ¿Cuántos saltarán por la borda, antes de que se hunda? ¿Cuántos panistas más, decepcionados, hay en Baja California?
De todas las razones expuestas por Verdugo, ¿cuál será la de mayor peso, la dictadura partidista, las pobres expectativas económicas de los panistas, al reducirse la oferta de empleo, las posibles mejores perspectivas bajo otras siglas partidistas, o las ideologías políticas ?
Al menos no niega que renuncia, por así convenir a sus intereses políticos y personales. Solo le falto referir sus intereses económicos. Es el primero. ¿Cuántos más?
gil_lavenant@hotmail.com
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